viernes, 28 de septiembre de 2012

NÚMERO 5




La Revista se edita en forma virtual. En acontecimientos de importancia, puede lanzar ediciones especiales. La distribución es gratuita por medio de los correos de personas interesadas en la Internet. Ya estamos llegando a cuatro países y esperamos aumentar nuestros lectores.

Director-Editor
Bernardo A. Rendón Restrepo
    


Enviado: Email restrepo42@   09/09/2012


Miguel Gómez Martínez
KienyKe, 10/09/2012

Entramos en la dictadura de la paz.
Quien tenga dudas o reservas sobre el proceso es tildado con los peores epítetos como “enemigo agazapado”, “guerrerista” o el insulto mayor “uribista”.
Con el eco de una prensa entregada y sobornada, las negociaciones se inician con un manto de mentiras que conviene resaltar.
La primera de ellas es que esta es una negociación de paz. No es cierto.
Si el gobierno es exitoso, solo después de que se hayan realizado todas las reformas exigidas por las Farc y ellos tengan representación política garantizada, podremos esperar soñar con la paz.
Lo que se está negociando es la desmovilización que ni siquiera implica el desarme pues existe la posibilidad de que ellos exijan la dejación de armas, que es un asunto bien diferente.
No es cierto que las guerrillas estén derrotadas militarmente y vean la paz como una salida para su “desesperada” situación.

Basta escuchar el encendido discurso de Timochenko para entender que la lectura que hace la guerrilla de su situación actual es heroica y triunfante.

Para ellos, el Estado fue incapaz de doblegarlos y se sientan  en la mesa como un ejército legítimo que resistió a la ofensiva sin ser derrotado.

Para ellos la mesa de negociación no es un testimonio de su fracaso sino la demostración de su éxito contra un Estado que nunca quiso ganar la guerra.

Es mentira que las Farc quieran la paz. Lo que quieren es el poder. Los elitistas negociadores del gobierno pronto se darán cuenta que lo que ellos exigen implica afectar negativamente los intereses de la clase dirigente de este país.

Entenderán que lo que la guerrilla llama paz consiste en que les entreguen instrumentos de poder que nunca lograrían por el camino de las urnas.

Quiero ver las caras de los negociadores cuando empiecen a escuchar propuestas que afecten a los medios, los bancos, los grandes empresarios, los agricultores, los ganaderos, los constructores, los mineros, las universidades, los políticos, los médicos y demás.

Ese día tal vez entiendan que la paz no es lanzar palomas al aire ni tomarse fotos para la posteridad, ni aspirar al premio Nobel ni a la secretaría de las Naciones Unidas.

Es mentira que las Farc pierden si se levantan de la mesa. Pierde el gobierno que, presionado por la obsesión de la reelección, no sobreviviría al fracaso de su estrategia bandera. No importa lo que las Farc exijan, ni el aumento de violencia que nos espera.

Esas víctimas, como todas las de la guerrilla no tienen importancia. Ya lo dijo el Presidente: habrá más muertos pero no importa porque la reelección está primero.

El que está preso de su estrategia es el pomposo gobierno que cree que todo lo tiene calculado.

Tampoco es cierto que Cuba, Venezuela y Noruega sean neutras. Un amigo me dijo que Colombia es tan ingenua que es como si Israel aceptara negociar con Hamás en Siria y con la garantía de Irán e Irak. 

La “neutralidad” de los “facilitadores” es otra de las grandes falacias.
En lo que está sucediendo hay muchas mentiras. Pero los colombianos, como compradores deslumbrados por el vendedor habilidoso, no quieren ver ni dudar del producto que con tanto entusiasmo les están empacando.
La única verdad es que se quiere hacer una paz bogotana a espaldas del país.

DE BUENA FUENTE

Por LUIS FERNANDO OSPINA VANEGAS, Macroeditor de Opinión | Medellín | 
Publicado el 22 de septiembre de 2012 en EL COLOMBIANO






LA VERDAD ENTRE URIBE Y SANTOS 


LA VERDAD ENTRE URIBE Y SANTOS 

El expresidente Álvaro Uribe ha compartido con escasas personas el origen de los motivos que lo llevaron al distanciamiento con el Presidente Juan Manuel Santos. Pues bien, son estos: Santos, ya como Jefe de Estado, invitó a Uribe a la Casa de Nariño y éste aceptó. 

Dos temas centraron el diálogo: uno, la terna para elegir el Fiscal General, y el otro, el alcance y los lineamientos de la Ley de Restitución de Tierras y de Víctimas, pero la nueva, pues la que había presentado el gobierno anterior se hundió en el Congreso en la última legislatura de Uribe, porque algunos partidos políticos, entre ellos el Liberal, incumplieron los acuerdos logrados con el Gobierno, no sólo en términos de los costos, sino de la protección a las Fuerzas Armadas...

                                                              LA LA VERDAD ENTRE URIBE Y SANTOS (2)

LA VERDAD ENTRE URIBE Y SANTOS (2)

Pues bien. En el primer punto, el de la terna para Fiscal, Uribe sólo expuso los argumentos para la escogencia de los ternados y sus calidades profesionales, pero se mostró respetuoso de la decisión que finalmente tomara Santos de si mantenerla o cambiarla. En eso no hubo mayores dificultades. Santos la terminó cambiando. 

El punto de la discordia irreconciliable fue cuando Uribe le recordó a Santos que como Ministro de Defensa había defendido a capa y espada que la Ley de Víctimas no podía poner al mismo nivel a miembros de grupos terroristas y de narcotraficantes con los militares. El expresidente le insistió en que no era aceptable un cambio de posición en eso. Y Santos dijo lo que finalmente rompió la relación: “Yo ya cambié de posición”.



LOS PASOS DE PIEDAD

Con las especulaciones y no pocas posibilidades de que Piedad Córdoba pueda hacer parte de la mesa de negociaciones entre el Gobierno y las Farc, sobre todo, por la confianza que ella le inspira a la guerrilla, en los círculos más cerrados de la Casa de Nariño hay preocupación ante esa eventualidad. 

Primero, porque eso podría generar un enfrentamiento entre los propios miembros del Partido Liberal que nunca han visto con buenos ojos a Piedad. Incluso algunos, cargados de humor ácido, ya están diciendo que así no sea a nombre de las Farc, sino a través del Consejo Nacional de Paz, la presencia de la exsenadora podría achacársele a los liberales, y que el Gobierno demostraría que está hipotecado con ese partido.

¿Estamos pactando 

con el diablo?


Públicado en EL TIEMPO.








Natalia Springer
Mienten las Farc cuando, torciendo las palabras, se niegan a aceptar que fueron ellos los que se inventaron el secuestro, los que convirtieron en ley propia una obscena forma de esclavitud y tráfico de personas.

Mienten las Farc cuando, torciendo las palabras, se niegan a aceptar que fueron ellos los que se inventaron el secuestro, los que convirtieron en ley propia una obscena forma de esclavitud y tráfico de personas. Mienten cuando se resisten a aceptar que hicieron del Caguán un campo de concentración. Esa es una imagen angustiosamente inolvidable: la cochera con paredes de alambre de púas en la que permanecían decenas de víctimas encadenadas al cuello. Mienten cuando aseguran que nada tienen que ver con el narcotráfico, que no reclutan niños y niñas, que no hay esclavitud sexual en sus filas, que no han causado dolor y que nada les deben a sus víctimas, porque las víctimas son ellos.
Y entonces es aquí donde hay que preguntarse: ¿qué y con quién estamos negociando? ¿Qué legitimidad, si alguna ostenta, tiene una negociación con enemigos de los más básicos principios de la dignidad humana, en cuya defensa hemos justificado el uso de la fuerza?
La admisión de fondo de este proceso de paz consiste en aceptar que las Farc no son un capricho ideológico, nacido de la imaginación de un megalómano, como sí sucedió con Sendero Luminoso en el Perú, ni representan el trasnochado sueño comunista, ni son la versión criolla de Al Qaeda. Las Farc representan, lamentablemente, el último lastre histórico, la gran deuda pendiente de la institucionalidad colombiana con la agenda política de los movimientos de los 60. Hay que resolver el pacto inconcluso con el liberalismo campesino deliberante y la agenda agraria, que terminaron sacrificados por la cúpula que negoció el Frente Nacional. Esa es una deuda que aún hoy nos sitúa como una de las naciones más desiguales del planeta.
Esta negociación le da al Estado colombiano la excepcional oportunidad de poner en marcha mecanismos que permitan erradicar esas grandes desigualdades que empiezan (no terminan) en el campo y que no podrían abordarse por los medios actuales sin desatar una (otra) guerra civil. Es la oportunidad de saldar la deuda de integración regional.
¿Cómo desandar tanta barbarie? De aquí se deriva nuestra primera obligación. Como sociedad, es nuestro deber exigir que el primer objetivo de esta negociación no sea el cese del fuego. A las Farc no hay que creerles, hay que exigirles la adherencia a los principios del Derecho Internacional Humanitario bajo estrictos parámetros de verificación, como en su momento sucedió con el Frente Sandinista en Nicaragua, el FMLN en El Salvador y la URNG en Guatemala.
Ya en ese camino, tal vez tengamos la oportunidad de empezar a enfrentar la agenda del siglo XXI. El diagnóstico es sombrío. Tenemos un estado de barbarie bien gerenciado,
aspiracional, enmarcado por leyes magníficas, transitado por millones de víctimas, señalado como la peor crisis de desplazamiento en el planeta, amenazado por cientos de bandas criminales. Nuestra paz está en la transición, en la reformulación de un pacto de civilidad que no tenemos, en el que quepamos todos, en el que "cada colombiano deje de ser un enemigo".
En ese sentido, hace falta y es correcto trazar como meta una comisión de la verdad como
instrumento de diagnóstico, como catarsis, como estación
indispensable hacia la
reconciliación. Nos permitirá
mirarnos al espejo y, sobre todo, revisar el pacto de civilidad que tanto necesitamos para repensar esa cultura maldita que sustancia todos nuestros problemas: la
pobreza como sinónimo de
invisibilidad, la exclusión, el
ejercicio de la política y las formas de representación, etc.
Y, por supuesto, debe
posicionarnos en la agenda global: ¿es sostenible la actual alianza en la fallida guerra contra las drogas, una guerra cuyas consecuencias amenazan la estabilidad y la viabilidad del Estado, no solo en Colombia, sino en toda la región? Es largo el camino, pero hay que empezar a soñarlo.
Natalia Springer  @nataliaspringer

¿Y SI EL 'LOCO' 

BARRERA CANTA?

Publicado en EL TIEMPO




Mauricio Vargas
¿Qué pasará en La Habana si Barrera involucra a 'Timochenko' en el narco y EE. UU. pide extraditarlo?

La captura en Venezuela de Daniel Barrera, más conocido en el ambiente criminal como el 'Loco', es una excelente noticia. No solo implica la caída del que algunos han llamado "el último de los grandes capos" del narcotráfico -vendrán otros, pero este era un pez bien gordo-, sino que el golpe fue el resultado de una labor de cooperación internacional entre la CIA, la Policía colombiana, la inteligencia británica -que apoyó los seguimientos con sus sofisticados equipos- y hasta las autoridades venezolanas, tan reacias a esta clase de colaboración con el 'imperio'.

Pero Juan Manuel Santos debe andar meditando algunos riesgos derivados de semejante golpe. Mientras escribo esta columna, Colombia está a la espera de que Hugo Chávez ordene deportar al capo a Bogotá, donde un fiscal colombiano ya le dictó a Barrera orden de captura con fines de extradición a los Estados Unidos. Si no surgen tropiezos, el 'Loco' estará en una cárcel del Tío Sam en cuestión de semanas. Allá, los fiscales lo esperan como leones hambrientos, ansiosos por acopiar toda la información que pueda brindarles a cambio de alguna rebaja de pena y, sobre todo, de una mejora en sus condiciones de reclusión (una hora más de sol al día, una visita semanal más) y por la crucial protección de su familia, que desde ya debe estar recibiendo amenazas de aquellos a quienes el 'Loco' pueda salpicar, incluso dentro de las Fuerzas Armadas, según lo ha reconocido el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Pero, ¿quiénes han sido los socios de Barrera? La mayoría de sus aliados en las bandas criminales están muertos, como Wílber Varela, o extraditados, como Javier Calle Serna, uno de los 'Comba'. No obstante, hay socios de altísimo vuelo que andan sueltos: los comandantes de las Farc Rodrigo Londoño, alias 'Timochenko', y 'Pablo Catatumbo'. La colaboración de Barrera con las Farc llevaba años. En un correo de 1999, el 'Mono Jojoy' elogió su fidelidad: "Ha sido viejo amigo de las Farc. Compra en el Caguán, Guaviare y Meta. Compra camionetas para nosotros y nos presta plata para los mismos negocios.

Nos ha ayudado con inteligencia a conseguir más de 5.000 millones de pesos. Lo considero leal con nosotros". Tras conocer a 'Jojoy', trabó amistad con 'Alfonso Cano' y luego con 'Timochenko' y 'Catatumbo'.

¿Qué hacía Barrera con la cocaína que les compraba a las Farc? La sacaba por Arauca hacia Venezuela. Allí, durante años, la embarcó hacia Europa y Estados Unidos, con la complicidad del cartel de los soles, entre quienes está, según lo ha sugerido Washington, el general Henry Rangel, ministro de Defensa de Chávez. Basta una rápida mirada al prontuario del 'Loco' para concluir que es una verdadera biblia en materia de narcotráfico y de la relación con estas actividades de los comandantes de las Farc y de algunos generales del régimen chavista.
La cuestión es tan delicada que una fuente de inteligencia de la Policía me comentó la semana pasada: "No sería extraño que Chávez comience a dudar sobre el envío de Barrera a Colombia, a menos que esté pensando que, para su nuevo mandato, tiene que cortarles la cabeza a los generales del cartel, antes de que Washington comience a pedirlos en extradición". Es un ajedrez complicado y solo el paso de los meses irá resolviendo quién lo gana.

Mientras tanto, es fácil prever que una buena cantada de Barrera ante los fiscales estadounidenses termine por llevar a Washington a pedir en extradición a 'Timochenko' o, incluso, a 'Catatumbo', y quién sabe a qué otro comandante de las Farc. Si eso ocurre en plena negociación del gobierno de Santos con el grupo terrorista en La Habana, ¿qué va a hacer el Presidente? Y si ocurre después de un acuerdo de paz, que ojalá llegue a darse, y con 'Timochenko' y sus cómplices desmovilizados y amnistiados, ¿cómo manejará Santos el lío?

Mauricio Vargas


LA PATRONA DEL 
MAL
Por Antonio Caballero  / Miércoles,26 de septiembre            



 


Y es que Pablo Escobar, como se ha dicho de Hitler, ganó su guerra después de muerto. Porque la Colombia corrompida y criminal es la que se está imponiendo. No es de extrañar que la serie tenga el rating más alto de la historia de la televisión colombiana, a pesar de que compite, desde la semificción, con sustanciosos crímenes de verdad-verdad: la traición de que se acusa a Sigifredo en el Valle, el presunto asesinato del caño de la 93, el empalamiento del Parque Nacional, sin contar asaltos guerrilleros, ejecuciones sumarias, bombardeos, falsos positivos, secuestros. Nuestra televisión es una mina de sangre.

El estreno de la serie fue anunciado por una campaña publicitaria sin precedentes y presentado en una ceremonia a la cual acudió lo más granado de la sociedad -políticos, empresarios, ministros, periodistas, millonarios, artistas, damas de sociedad- encabezado por varios de los hijos de las víctimas del bandido difunto. Y tan arriba va el rating, o sea, el número de espectadores que siguen la serie día a día (entre los cuales me incluyo), que habiendo sido prevista para 60 capítulos de una hora Caracol ha decidido transmitirla más bien en 120 de media hora, para que en la otra media quepa la avalancha de anuncios publicitarios de empresas de toda índole que quieren aprovechar la popularidad del capo mafioso: farmacéuticas, cementeras, bancos, grandes tiendas, telefónicas, cines, empresas públicas distritales. Y el gobierno nacional, que es de todos modos el principal puntal publicitario de todos los medios audiovisuales o escritos. Al gobierno no le tiembla la mano para poner a remolque del más despiadado asesino de nuestra historia a los niños (y las niñas) que piden amor y cuidados y a las señoritas que fingen atrapar en el aire la urna de la transparencia. Es impresionante.


La serie lo merece, sin duda, pues es una magnífica producción televisiva. El guion, los libretos, la ambientación, la dirección, la actuación de todos los participantes. Los mejores son los más malos: Escobar, su mamá. Y el espléndido conjunto es, en suma, un canto a la mayor gloria póstuma de un bandido.
Sin embargo los productores de la serie y padres de la idea, Juana Uribe y Camilo Cano, habían dicho que su propósito era contar la historia desde el lado de las víctimas. Y ellos mismos lo son: sobrina la una de Luis Carlos Galán, e hijo el otro de Guillermo Cano, asesinados ambos por orden de Escobar. Pero por muy víctimas que hayan sido, su producción televisiva es, repito, un canto al triunfo de un criminal, que es ya, por otra parte, un personaje casi mitológico, venerado como un santo en las comunas y los barrios populares de Medellín, desde donde se hacen peregrinaciones para orar y poner flores en su tumba. La cual es también escala habitual en los circuitos para extranjeros que organizan las agencias de turismo, pues no en balde se trata del colombiano más famoso en el mundo: más que Rafael Puyana y que Radamel Falcao y que César Rincón y que Fernando Botero, y solo comparable a Gabriel García Márquez -quien, por cierto, le dedicó a una de sus fechorías un libro entero: Noticia de un secuestro-.
Y es que Pablo Escobar, como se ha dicho de Adolf Hitler, ganó su guerra después de muerto.
La ganó porque la Colombia corrompida y criminal de la que fue pionero, adoradora del dinero rápido a cualquier precio y olvidada de toda moral y todo escrúpulo, es la que se está imponiendo. Escobar murió a tiros (como sus víctimas). Pero tras su muerte el narcotráfico terminó por penetrar e inficionar todo: el campo y la ciudad, la guerrilla y el Estado, la banca, la política: ya no es Pablo Escobar el único narcoparlamentario. La televisión: lo estamos viendo. La lengua: media Colombia habla hoy la lengua de la mafia, mitad de sicario paisa, mitad de traqueto valluno: "¡Hágale!", "¡Sí o sí?". Y el ejemplo va calando, en la llamada 'colombianización' -o sea, escobarización- de México, de América Central, de la Argentina, del pacífico Uruguay, del Brasil. Porque a todo esto, y pese a la idolización del difunto Pablo Escobar, no hay que olvidar que él no fue sino una encarnación pasajera del mal: no el patrón. La patrona es la droga. O, más exactamente, la prohibición de la droga, que la convierte en un valiosísimo producto de primerísima necesidad: en un exquisito bocado de criminal, en el sentido en que se habla de un 'bocado de cardenal'.
No me cansaré de repetirlo.

CELULARES DEBERÁN 
REGISTRARSE ANTES DE 
DICIEMBRE PARA EVITAR 
BLOQUEOS





Si en diciembre la 'cédula' del móvil no está vinculada a la línea será bloqueado.


A partir del primero de octubre, todos los teléfonos celulares que funcionan en Colombia deben estar registrados en la base de datos positiva, que alberga los números IMEI (serial único que tiene cada aparato) de los equipos, para que este sea vinculado a una línea y la cédula de su dueño.


Con esta medida, junto a otras iniciativas como desincentivar la compra de celulares robados, control policial contra las mafias del 'negocio' y una base de datos negativa adonde va el IMEI de los teléfonos robados, el Gobierno y los operadores buscan frenar este grave problema.


El 10 por ciento de los 37 millones de usuarios prepago ya están registrados e identificados. La mayoría de usuarios pospago no tienen inconvenientes, por estar ligados a una factura. El registro del equipo puede hacerse mediante la página web del operador, llamando al centro de contacto o de forma presencial en los puntos de atención al cliente. Para actualizar los datos sólo tiene que entregar el número IMEI, su cédula, nombre y número de teléfono. Para encontrar el IMEI digite en cualquier móvil *#06#.


A continuación, algunas respuestas a dudas comunes sobre el proceso, contestadas por el presidente de Asomóvil, Rodrigo Lara y la Comisión de Regulación de Comunicaciones:


¿Si no actualizo el celular dejará de funcionar?
Quien no actualiza los datos de la línea, el usuario y el IMEI del teléfono podrá seguir usándolo sin problemas. Sin embargo, si lo quiere registrar después del primero de octubre, solo podrá hacerlo -ante su operador- presentando la factura de compra o el comprobante de pago del aparato. A partir del primero de diciembre, los operadores verificarán si las líneas operan con equipos registrados. En caso de encontrar un móvil que no coincida con la información de la línea, enviarán al usuario un mensaje de texto informando que tiene 15 días calendario para registrarlo con sus datos y el recibo de compra. De no hacerlo, el equipo será bloqueado y en caso de encontrar que se trata de un IMEI repetido, la línea será cortada.


¿Qué pasa si el teléfono ha pasado por más de un dueño y no lo actualizo antes del primero de octubre?

Puede estar registrado con los datos del usuario anterior, por lo que es posible que deje de funcionar en diciembre si no lo registra a su nombre.


¿Qué tengo que hacer al entregar mi celular a otra persona, aún cuando lo haya registrado?

Debe entregarle a la persona un documento de transferencia del dominio, donde especifique con IMEI, nombre y cédula que lo cede al nuevo dueño.


¿Al actualizar los datos o registrar al equipo en la base de datos positiva se tiene que entregar el IMEI?

No. El IMEI lo obtienen los operadores.  El usuario debe confirmar que la información sea correcta, verificando su IMEI marcando *#06#.


¿Cómo se registra un móvil comprado en el exterior, en una tienda de electrónica o de segunda mano después del primero de octubre?

El Decreto 1630 de 2011 ordena que para los equipos comprados en el exterior se debe demostrar la compra legal por medio de la factura original de compra del establecimiento o el comprobante de pago en efectivo, cheque o tarjeta débito o crédito.


¿Cómo puedo comprobar que un teléfono usado que me ofrecen no es robado y no está en la lista negra?

Para verificar si un teléfono se encuentra en la base de datos negativa se debe ingresar a www.imeicolombia.com.co e indicar el IMEI del teléfono, el cual se obtiene marcando *#06#.



¿Qué pasa si reporto mi celular como extraviado o robado y lo encuentro?

La persona que reporto el extravío ante el operador debe ser la misma que llame nuevamente a informar que encontró el equipo, ya que el operador realizará unos datos de validación que fueron entregados en el momento del reporte de extravío.


¿Los equipos robados antes de la creación de los bancos de datos harán parte de la lista positiva?

No, los equipos que tenían reporte de hurto antes de la creación de las listas positivas y negativa, también fueron cargados en la lista negativa por lo que continúan como reportados por hurto y/o extravío.


¿Qué pasa cuando cambio de equipo por agotamiento de batería, debo registrar dicho cambio en el operador móvil?

Para cambios temporales de equipos entre líneas o usuarios, no habrá necesidad de actualizar el registro de propietarios, siempre y cuando dicho cambio no supere el tiempo máximo que definirá la regulación.


¿Qué son las bases de datos positivas y negativas?

Las bases de datos positivas contienen el listado de los equipos terminales móviles. En dicha base de datos se relaciona el equipo con su propietario. En efecto, los equipos son registrados con su número de identificación internacional (IMEI, por sus siglas en inglés) y se asocian o vinculan a la información de su propietario (nombres, apellidos, dirección, teléfono de contacto, tipo y número de documento de identificación). 

Las bases de datos negativas contienen el listado de los números de identificación del equipo móvil (IMEI) que han sido reportados como hurtados y/o extraviados tanto en Colombia como en el exterior, y por lo tanto no pueden ser habilitados o usados en las redes de telecomunicaciones móviles del país y de otros países. En consecuencia, los usuarios nunca podrán usar, es decir no podrán recibir servicios, a través de un equipo reportado en la base de datos negativa.   


Felipe Castro Cervantes
Redactor de EL TIEMPO






PENSAMIENTOS 

FILOSÓFICOS PARA

INTERPRETAR 














Toda la información e imágenes publicadas en esta revista están extractadas de la Internet, principalmente de Google,   El Colombiano, El Barquero de Eje21, El Tiempo, El Campanario, Juan Paz y demás prensa y a la vez vía email.  Si hay algún error o queja, se puede contactar con nosotros en   bernal.rendon@hotmail.com Además, los artículos y opiniones que se publican en cada edición,  es de responsabilidad exclusiva de cada articulista y en ninguna forma comprometen el pensamiento editorial del Director-Editor de OJO AVIZOR.
NO PLAGIAMOS LO UNICO QUE HACEMOS ES REPRODUCIR COMENTARIOS POR SU INTERÉS RECONOCIENDO EL AUTOR