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Bernardo A. Rendon Restrepo
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Alba Hoyos Botero
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Twitter@revistaconstelaShakuntala Devi, la mujer ordenador
Conocida como la “mujer
ordenador” o la “maga de las matemáticas”, Shakuntala Devi murió el 21 de abril
a los 83 años por problemas respiratorios y de corazón en un hospital de su
natal Bangalore, al sur de India. Era muy respetada por sus cálculos mentales.
En 1982 obtuvo un récord Guiness por multiplicar dos números de 13 dígitos en
solo 28 segundos. Los números eran 7686369774870 por 2465099745779 y el
resultado: 18947668177995426462773730. También podía decir en qué día de la
semana había caído cualquier fecha del siglo pasado.
Otra de sus múltiples hazañas
estaba el haber ganado a un ordenador a calcular la raíz 23 de un número de 201
dígitos. Aunque también era conocida por su gusto y dedicación a la astrología.
En uno de sus varios libros
(Mathability: Despierta el genio matemático de tu hijo) escribió para motivar a
los niños: “Las matemáticas te dan un propósito, un objetivo, un foco que te
ayuda contra la inquietud”. También “te hacen más consciente, más alerta, más
agudo, porque es una fuente constante de inspiración”. Otros de sus títulos son
En el maravilloso mundo de los números, El deleite de los números o
Supermemoria: puede ser tuya.
Shakuntala Devi describía sus
habilidades como “un regalo” que recibió, con el que nació, pues no tenía
educación formal de ningún tipo. “Era fascinante. Era como si ella misma no
pudiera explicar cómo hacia los cálculos. Es como no poder decir cómo se
mantiene el equilibrio sobre una bicicleta”, escribió el diario Mint Dilip
D’Souza en su obituario.
El consejero de la Fundación
Educativa Shakuntala Devi, D. C. Shivadev, asegura que la mujer computadora
desarrolló unas técnicas muy efectivas para asimilar las matemáticas, pero
lamenta que no sean usadas en las escuelas de India. “Es una pena que sus
técnicas mueran con ella. Devi luchó por simplificar las matemáticas para los
estudiantes y que superaran la fobia hacia los números”, dijo a los medios.
Su
padre era un brahmán que renegaba de su alta casta y que se negó a ser
sacerdote. Trabajaba en un circo como trapecista y domador de leones. Fue él
quien descubrió su talento cuando Devi tenía solo tres años: le ganó en un
juego de cartas porque había memorizado todos los números. Devi comenzó a
mostrar sus talentos en un show en el circo y luego en presentaciones callejeras
que su padre arreglaba. A los seis años dio su primera exhibición importante en
la Universidad de Mysore y de ahí continuó una tras otra. Devi estuvo casada y
luego se divorció tras descubrir la homosexualidad de su marido. Lejos de
tenerle rencor, escribió un libro para entender la homosexualidad. Sus
allegados aseguran que a pesar de su genialidad era una mujer muy abierta y
amable.
---
Constitución física de Jesús.
Es de elevada estatura,
distinguido, de rostro venerable. Sus cabellos, ensortijados y rizados, de
color muy oscuro y brillante, flotando sobre las espaldas, al modo de los
nazarenos. La frente es despejada y serena: el rostro sin arruga ni mancha. Su
nariz y boca son regulares. La barba abundante y partida al medio. Los ojos
color gris azulado, claros, plácidos y brillantes; resplandecen en su rostro
como rayos de sol, de modo que nadie puede mirarle fijo. Cuando reprende es
terrible; cuando amonesta, dulce, amable, alegre, sin perder nunca la gravedad.
Jamás se le ha visto reír, pero sí llorar con frecuencia. Camina con los pies
descalzos y con la cabeza descubierta.
Estando en su presencia nadie lo
desprecia; al contrario, le tiene un profundo respeto. Se mantiene siempre
erguido; sus brazos y sus manos son de aspecto agradable. Habla poco y con
modestia. Es el más hermoso de los hijos de los hombres. Dicen que este Jesús
nunca hizo mal a nadie; al contrario, aquellos que lo conocen y han estado con
él, afirman haber recibido de él grandes beneficios y salud. Según me dicen los
hebreos, nunca se oyeron tan sabios consejos y tan bellas doctrinas. Hay
quienes, sin embargo, lo acusan de ir contra la ley de Vuestra Majestad, porque
afirma que reyes y esclavos son todos iguales delante de Dios" (Publio Léntulo,
procurador de Judea al emperador).
¿Qué rasgos físicos de Jesús podemos recabar de los
evangelios?
-Cuerpo robusto
y resistente: La vida dura del
taller y las correrías por las colinas circundantes
de Nazaret robustecieron el cuerpo de Jesús, preparándolo para las duras
jornadas de su vida apostólica, a la intemperie por las calcinadas rutas de
Palestina. Sabemos que en una jornada hizo el camino de 30 Kilómetros, por la calzada
pendiente que sube de Jericó a Betania.
Junto
al pozo de Sicar se sentó fatigado y sediento. Cuando los discípulos le ofrecen
la comida, la rechaza diciendo que su alimento es hacer la voluntad del Padre,
y antes había rechazado la bebida que le ofreciera la samaritana. No sabemos
que Jesús en aquella jornada comiera o bebiera a pesar de estar fatigado, lo
que prueba su complexión robusta.
El
evangelista detalla que Jesús iba delante de los discípulos en esa marcha
ascensional hacia Betania. Sus jornadas apostólicas son agotadoras; así, en una
de ellas por la mañana predica en la sinagoga de Cafarnaum, cura a un poseso,
sana a la suegra de Pedro, y por la tarde se dedica a curar los enfermos que a
él afluyen de todas partes. Al día siguiente las turbas le buscan de nuevo y
empieza de nuevo la jornada agotadora. En ese plan recorre todos los poblados
de Galilea, predicando la penitencia y el mensaje de salvación. Es tal el
trabajo que tiene que desplegar que muchas veces no tiene tiempo ni para comer.
Las
turbas le siguen al otro lado del lago, y Jesús está de nueva a disposición de
ellas. Después de multiplicar los panes, se retiró de noche a orar. Al día
siguiente volvió a Cafarnaum a reanudar la tarea, después de haber calmado la
tempestad.
Este
plan de trabajo supone una salud robusta y un sistema nervioso a toda prueba.
En el lago duerme en la nave mientras los discípulos luchan ansiosos con el
temporal; esto refleja que tiene salud equilibrada, muy apropiada al espíritu
equilibrado del Maestro, que siempre se manifiesta dueño de sí mismo y de la
situación.
-Su porte debía ser majestuoso y viril. Cuando sus compatriotas
quieren despeñarle en Nazaret, Jesús pasa por medio de ellos sin inmutarse y
con un continente tal, que no se atreven a atentar contra su vida. Al ser
prendido en Getsemaní, sus enemigos
caen
unos sobre otros, impresionados del porte majestuoso del Maestro, que lejos de
huir les declara: "Yo soy
a quien buscáis".
La
mirada de Jesús debía ser majestuosa y dominadora. San Marcos repite con
insistencia cuando el Maestro va a proferir una sentencia: "Y mirándolos, dijo".
Cuando tratan de lapidarle en Jerusalén, Jesús interpela a sus enemigos: "Muchas cosas buenas os he
hecho, ¿por cuál de ellas me queréis apedrear?". Este dominio de sí
mismo resplandece en las palabras mansas con que Jesús responde al criado que
le ha abofeteado: "Si mal
hablé, muéstrame en qué; y si bien, ¿por qué me hieres?".
-Equilibrado: esta
complexión sana y equilibrada de nervios de Jesús contrasta con los
desequilibrios nerviosos de Mahoma y con el agotamiento físico de Buda, que
vencido por la vida, predica una religión pesimista y negativa. La actitud de
Jesús en los momentos de la Pasión es la de un espíritu equilibrado, señor de
sí mismo en medio de las agitaciones nerviosas de sus jueces y acusadores: En
el drama de la Pasión no hay más señor que Jesús.
Sus
últimas palabras en la cruz, ofreciendo perdón a los enemigos, son eco de la
paz interior de su espíritu. Nada de desahogos rabiosos incontrolados, sino
autonomía y perfecto control de sus actos, y todo con suma naturalidad y sin
afectación.
-Sano: Nunca los evangelistas aluden a alguna
enfermedad del Maestro. En medio de su dura vida de apostolado su cuerpo parece
responder sin debilidades morbosas. Su tarea se iniciaba muy de mañana. El
frescor de su espíritu se refleja en el amor que siente por las bellezas de la
naturaleza, los lirios del campo, los pajarillos del cielo, la candidez
infantil.
En
sus parábolas nada insinúa un espíritu cansado y pesimista; al contrario, su
alma tersa sabe contemplar al Padre siempre obrando en la naturaleza y en las
vidas de los hombres. La vida apostólica del Maestro discurre al aire libre, a
la intemperie, caminando por las calzadas y caminos de Galilea, Samaria, Judea,
Tiro, Sidón. Viviendo en extrema pobreza, sin tener dónde reclinar su cabeza,
Jesús iba de un lugar para otro predicando la buena nueva. Esto no se explica
sin suponiendo en él una salud robusta y equilibrada.
----
Los
principales nombres que se le dan a Jesús.
Leyendo los Santos Evangelios nos sorprende la
variedad de nombres que se le dan a Cristo, ya sea por parte de los
evangelistas o porque el mismo Cristo se los aplica a sí mismo: Camino, Verdad,
Vida, Pastor, Rey, Luz, Pan, Maestro, Compañero de camino, Resurrección, Vida,
Salvador, Mesías, Cordero de Dios, etc.. Esto nos demuestra la riqueza inmensa que encierra el corazón
de Cristo. Acerquémonos, pues, al Evangelio para descubrir la hondura y
profundidad de su Amor.
A lo largo de los Evangelios podemos descubrir
diversos títulos de Jesús. Todos nos demuestran que ha sido el hombre más
grande de la historia. Muchos hombres han sido admirados, pero no siempre
amados. Jesucristo es el único hombre que ha sido amado más allá de su tumba.
A los dos mil años de su muerte, legiones de hombres y mujeres, dejando su familia paterna y su familia futura, sus riquezas y su Patria, despojándose de todo, han vivido sólo para Él. Jesucristo ha sido amado con heroísmo.
Millares y millares de mártires dieron por Él su sangre. Millares y millares de santos centraron en Él su vida. Jesús ha sido también el hombre más combatido de la humanidad. ¿Qué tendrá este hombre que murió hace dos mil años y hoy molesta a tantos vivos? ¿Qué tendrá este hombre que sigue enterrando a sus mismos enemigos y Él sigue vivo? ¿Quién es Jesús?
Fray Luis de León ha escrito lo siguiente: "Vienen a ser casi innumerables los nombres que la Escritura divina da a Cristo, porque le llama León y Cordero, y Puerta y Camino, y Pastor y Sacerdote, y Sacrificio y Esposo, y Vid y Pimpollo, y Rey de Dios y Cara suya, y Piedra y Lucero, y Oriente y Padre, y Príncipe de Paz y Salud, y Vida y Verdad, y así otros nombres sin cuento".
¿Quién es, pues, Cristo?
Aún resuena en nuestros oídos la pregunta que el mismo Cristo formuló hace dos mil años: "¿Quién decís que soy Yo?" (Mateo 16, 16-17).
A esta pregunta respondió su mismo Padre celestial, respondió la gente que le vio y le escuchó y respondió el mismo Jesús.
Todos los títulos que se le dan nos demuestran la riqueza escondida en Jesús, el Hijo de Dios. Es la riqueza que Dios Padre quiso compartir con la humanidad. Cada uno de nosotros va haciendo a lo largo de la vida diversas experiencias de Jesucristo. Lo importante es estar abierto a este Pozo insondable y acercarnos cada día a sorber aunque sólo sea una gota de su agua saciativa y refrescante.
Ojalá terminemos nuestra vida con el nombre de Jesús en nuestros labios y en nuestro corazón. Con solo escuchar este nombre el alma se pacifica, el corazón se enardece y se ensancha. ¿Cómo no predicarlo por todos los rincones del mundo? En Él está la salvación.
1. Jesús
San Mateo nos dice así, de parte del ángel: Le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1,21). Son palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador.
A los dos mil años de su muerte, legiones de hombres y mujeres, dejando su familia paterna y su familia futura, sus riquezas y su Patria, despojándose de todo, han vivido sólo para Él. Jesucristo ha sido amado con heroísmo.
Millares y millares de mártires dieron por Él su sangre. Millares y millares de santos centraron en Él su vida. Jesús ha sido también el hombre más combatido de la humanidad. ¿Qué tendrá este hombre que murió hace dos mil años y hoy molesta a tantos vivos? ¿Qué tendrá este hombre que sigue enterrando a sus mismos enemigos y Él sigue vivo? ¿Quién es Jesús?
Fray Luis de León ha escrito lo siguiente: "Vienen a ser casi innumerables los nombres que la Escritura divina da a Cristo, porque le llama León y Cordero, y Puerta y Camino, y Pastor y Sacerdote, y Sacrificio y Esposo, y Vid y Pimpollo, y Rey de Dios y Cara suya, y Piedra y Lucero, y Oriente y Padre, y Príncipe de Paz y Salud, y Vida y Verdad, y así otros nombres sin cuento".
¿Quién es, pues, Cristo?
Aún resuena en nuestros oídos la pregunta que el mismo Cristo formuló hace dos mil años: "¿Quién decís que soy Yo?" (Mateo 16, 16-17).
A esta pregunta respondió su mismo Padre celestial, respondió la gente que le vio y le escuchó y respondió el mismo Jesús.
Todos los títulos que se le dan nos demuestran la riqueza escondida en Jesús, el Hijo de Dios. Es la riqueza que Dios Padre quiso compartir con la humanidad. Cada uno de nosotros va haciendo a lo largo de la vida diversas experiencias de Jesucristo. Lo importante es estar abierto a este Pozo insondable y acercarnos cada día a sorber aunque sólo sea una gota de su agua saciativa y refrescante.
Ojalá terminemos nuestra vida con el nombre de Jesús en nuestros labios y en nuestro corazón. Con solo escuchar este nombre el alma se pacifica, el corazón se enardece y se ensancha. ¿Cómo no predicarlo por todos los rincones del mundo? En Él está la salvación.
1. Jesús
San Mateo nos dice así, de parte del ángel: Le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1,21). Son palabras del ángel a José. Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse. Revela el motivo de la encarnación. Jesús en lengua hebrea se dice Yehoshuah y quiere decir Yahvéh salva, Dios salva; quiere decir, pues, Salud-dador.
Este el nombre que resume todos los demás que enunció
Fray Luis de León. Es el nombre más suave. Así lo dirá san Bernardo: Nada más suave de cantar, nada más
grato de oír, nada tan dulce de pensar, como Jesús, Hijo de Dios.
¡Jesús! No existe bajo el cielo otro nombre, dado a los hombres, en el cual hayamos de salvarnos (Act 4,12).
Manuel de Iribarne cuenta la muerte trágica de Francisco Pizarro diciendo: Pizarro quedó solo en medio de sus enemigos, que arremetieron contra él sin compasión. Atacado por todas partes, el viejo soldado se mantuvo en pie defendiéndose durante algún tiempo, hasta que su nervudo brazo se rindió a la fatiga, incapaz de sostener la espada.
Martín Bilbao le asestó entonces una furiosa cuchillada en el cuello, que dio con él de bruces sobre las losas. Un surtidor de sangre caliente brotó de su garganta. Al caer, el conquistador del Perú pidió confesión a voces. Dícese que antes de lanzar su postres aliento, como español y como cristiano, trazó una cruz con su propia sangre en el suelo -única firma que usó en vida- y luego la besó devotamente. Un tenue y suspirado ¡Jesús! Se escapó de sus labios"
Un nombre, pues, que trae consuelo y confianza incluso en el mismo trance de la muerte trágica.
2. Jesús: Cordero de Dios
Así lo nombró Juan Bautista a orillas del Jordán (cf Jn 1, 29). ¿Qué quiso significar Juan? Tal vez estaba indicándolo como el verdadero Cordero Pascual (cf Ex 12,6), o tenía en mente el cordero del sacrificio cotidiano en el templo (cf Ex 29,38); o tal vez al Siervo de Yahvéh, de Isaías, llevado al matadero como corderito mudo (cf Is 53, 6,7); podía también querer resaltar su cualidad de inocencia o su disposición al sufrimiento.
Es Cordero que quita el pecado del mundo, no sólo que lo lleva. Y san Juan dice que quita y no que quitará, para indicar y significar la virtud natural de Cristo de quitar los pecados.
¡Jesús! No existe bajo el cielo otro nombre, dado a los hombres, en el cual hayamos de salvarnos (Act 4,12).
Manuel de Iribarne cuenta la muerte trágica de Francisco Pizarro diciendo: Pizarro quedó solo en medio de sus enemigos, que arremetieron contra él sin compasión. Atacado por todas partes, el viejo soldado se mantuvo en pie defendiéndose durante algún tiempo, hasta que su nervudo brazo se rindió a la fatiga, incapaz de sostener la espada.
Martín Bilbao le asestó entonces una furiosa cuchillada en el cuello, que dio con él de bruces sobre las losas. Un surtidor de sangre caliente brotó de su garganta. Al caer, el conquistador del Perú pidió confesión a voces. Dícese que antes de lanzar su postres aliento, como español y como cristiano, trazó una cruz con su propia sangre en el suelo -única firma que usó en vida- y luego la besó devotamente. Un tenue y suspirado ¡Jesús! Se escapó de sus labios"
Un nombre, pues, que trae consuelo y confianza incluso en el mismo trance de la muerte trágica.
2. Jesús: Cordero de Dios
Así lo nombró Juan Bautista a orillas del Jordán (cf Jn 1, 29). ¿Qué quiso significar Juan? Tal vez estaba indicándolo como el verdadero Cordero Pascual (cf Ex 12,6), o tenía en mente el cordero del sacrificio cotidiano en el templo (cf Ex 29,38); o tal vez al Siervo de Yahvéh, de Isaías, llevado al matadero como corderito mudo (cf Is 53, 6,7); podía también querer resaltar su cualidad de inocencia o su disposición al sufrimiento.
Es Cordero que quita el pecado del mundo, no sólo que lo lleva. Y san Juan dice que quita y no que quitará, para indicar y significar la virtud natural de Cristo de quitar los pecados.
3. Jesús: Profeta
Este es el profeta Jesús, de Nazaret en Galilea (Mt 21, 9-11). Jesús fue el Profeta esperado. ¿Qué es una profecía? Es un conocimiento impreso en la mente del profeta mediante una revelación divina; es una señal de la divina presciencia.
¿Qué clase de profeta: taumaturgo (que obra milagros),
reformador, mesiánico?
Jesús no rechaza el intento popular de colocar su obra y su personalidad dentro del marco de profetismo, pero la supera porque no sólo anuncia la venida del Reino, sino que la realiza en Él mismo. Es profeta, también, porque es rechazado y perseguido; así supera la imagen del profeta mesiánico nacionalista, apocalíptico y espectacular.
Como Profeta Jesús tuvo conocimiento del corazón del hombre. Conocía lo que había en el corazón de Natanael (cf Jn 1, 43). Conocía los pecados de la samaritana (cf Jn 4, 17-18). Conocía las murmuraciones internas de los escribas cuando sana al paralítico (cf Lc 9, 46). Conocía los juicios del fariseo cuando la pecadora lava sus pies con lágrimas (cf Lc 7, 36-50). Conocía la traición de Judas (cf Jn 13, 27). ¡Él conocía lo que hay en el corazón del hombre!
Pero Jesús fue más que un Profeta. Y con sus profecías demostró que era enviado de Dios y además demostró que era Dios. Todo cuanto Él decía lo sabía como Dios y también como Hombre.
Jesús no rechaza el intento popular de colocar su obra y su personalidad dentro del marco de profetismo, pero la supera porque no sólo anuncia la venida del Reino, sino que la realiza en Él mismo. Es profeta, también, porque es rechazado y perseguido; así supera la imagen del profeta mesiánico nacionalista, apocalíptico y espectacular.
Como Profeta Jesús tuvo conocimiento del corazón del hombre. Conocía lo que había en el corazón de Natanael (cf Jn 1, 43). Conocía los pecados de la samaritana (cf Jn 4, 17-18). Conocía las murmuraciones internas de los escribas cuando sana al paralítico (cf Lc 9, 46). Conocía los juicios del fariseo cuando la pecadora lava sus pies con lágrimas (cf Lc 7, 36-50). Conocía la traición de Judas (cf Jn 13, 27). ¡Él conocía lo que hay en el corazón del hombre!
Pero Jesús fue más que un Profeta. Y con sus profecías demostró que era enviado de Dios y además demostró que era Dios. Todo cuanto Él decía lo sabía como Dios y también como Hombre.
4. Jesús: Mesías
Elegido y ungido por Dios y enviado con una misión. Jesús no sólo no usa el término de Mesías, sino que positivamente tiene una actitud de ocultamiento y reserva en este sentido. Impone silencio a los demonios para que no lo descubran como Mesías (Cf Mc 1, 33; 3, 12; Lc 4, 41).
Pero ocurre también que a Jesús le preguntan si es Él el Mesías y responde diciendo: Sí, pero...; sí, pero no del modo como vosotros pensáis.. Su mesianismo va a escandalizar, va a defraudar a muchos, va a ser signo de contradicción, una piedra de escándalo para los judíos.
Cristo había sido reacio a confesar públicamente su identidad mesiánica. Tenía el peligro de que le entendieran en sentido político-nacional, cuando su misión era otra muy distinta. Y cuando lo confesó públicamente en la Pasión, ante el sumo sacerdote, fue tratado de blasfemo.
5. Jesús: Hijo de David
Jesús no se lo aplica nunca espontáneamente, aunque tampoco lo niega cuando se lo atribuyen (Mt 21, 9-15). La muchedumbre lo considera como hijo de David (Mt 12, 23-27; Mc 10, 47-48; Lc 18, 38-39); pero Jesús no reivindica dicho título, como si tuviese miedo a la exaltación política que ello traería consigo. Era en tiempos de Jesús uno de los títulos de más acusado trasfondo político.
6. Jesús: el Hijo del hombre
7. Jesús: Maestro
Es curioso ver que de un total de cincuenta y ocho veces en que aparece la palabra maestro en el Nuevo Testamento, cuarenta y ocho se encuentran en los evangelios, y cuarenta y uno referido a Jesús. En muchas ocasiones se dice en el evangelio que Jesús enseña a los discípulos y a la gente. La actividad pública de Jesús se caracteriza por su enseñanza, por lo que parece justificado hablar respecta a Él designándolo comoMaestro.
Jesús enseña en los lugares públicos de carácter religioso, dirigiéndose a la gente que allí se reúne: en la sinagoga los días de sábado y en el área del templo.
Ocasionalmente los evangelios mencionan la actividad de enseñanza al aire libre, o en las plazas de la aldea.
La instrucción de Jesús se dirige a la gente sin distinción alguna o a los discípulos por separado.
La forma de enseñanza de Jesús corresponde a la de la tradición bíblica, sapiencial y de las escuelas judías: sentencias proverbiales, semejanzas, parábolas, etc.
Este título de Jesús Maestro será objeto de todo un capítulo más adelante.
Elegido y ungido por Dios y enviado con una misión. Jesús no sólo no usa el término de Mesías, sino que positivamente tiene una actitud de ocultamiento y reserva en este sentido. Impone silencio a los demonios para que no lo descubran como Mesías (Cf Mc 1, 33; 3, 12; Lc 4, 41).
Pero ocurre también que a Jesús le preguntan si es Él el Mesías y responde diciendo: Sí, pero...; sí, pero no del modo como vosotros pensáis.. Su mesianismo va a escandalizar, va a defraudar a muchos, va a ser signo de contradicción, una piedra de escándalo para los judíos.
Cristo había sido reacio a confesar públicamente su identidad mesiánica. Tenía el peligro de que le entendieran en sentido político-nacional, cuando su misión era otra muy distinta. Y cuando lo confesó públicamente en la Pasión, ante el sumo sacerdote, fue tratado de blasfemo.
5. Jesús: Hijo de David
Jesús no se lo aplica nunca espontáneamente, aunque tampoco lo niega cuando se lo atribuyen (Mt 21, 9-15). La muchedumbre lo considera como hijo de David (Mt 12, 23-27; Mc 10, 47-48; Lc 18, 38-39); pero Jesús no reivindica dicho título, como si tuviese miedo a la exaltación política que ello traería consigo. Era en tiempos de Jesús uno de los títulos de más acusado trasfondo político.
6. Jesús: el Hijo del hombre
Tiene estos sentidos:
Primero: Hijo del hombre en clara referencia
al texto de Daniel (7, 9-14). Con ellos viene a indicar que su mesianismo es
divino. En efecto, el hijo del hombre es preexistente, proviene del cielo y
aparece junto al anciano sobre la nube, lugar de las manifestaciones de Dios.
Segundo: Jesús, al usar el título de hijo del
hombre, lo hace en conexión con la función del siervo de Yavé, en cuanto que su
mesianismo de origen divino y trascendente se realiza con la misión de redimir
a la humanidad (Mateo 20, 28), perdonar los pecados, juzgar, consolar a los
pecadores. Jesucristo emplea este título ochenta y dos veces.
Tercero: Hijo del hombre por ser verdadero
hombre. Es el hijo de hombre más extraordinario de todos. Hijo de hombre porque
sufrirá todo tipo de humillaciones, porque no tendrá donde reclinar la cabeza.
Une la función del Hijo del Hombre con la del siervo de Yavé humillado,
servidor y sufrido. 7. Jesús: Maestro
Es curioso ver que de un total de cincuenta y ocho veces en que aparece la palabra maestro en el Nuevo Testamento, cuarenta y ocho se encuentran en los evangelios, y cuarenta y uno referido a Jesús. En muchas ocasiones se dice en el evangelio que Jesús enseña a los discípulos y a la gente. La actividad pública de Jesús se caracteriza por su enseñanza, por lo que parece justificado hablar respecta a Él designándolo comoMaestro.
Jesús enseña en los lugares públicos de carácter religioso, dirigiéndose a la gente que allí se reúne: en la sinagoga los días de sábado y en el área del templo.
Ocasionalmente los evangelios mencionan la actividad de enseñanza al aire libre, o en las plazas de la aldea.
La instrucción de Jesús se dirige a la gente sin distinción alguna o a los discípulos por separado.
La forma de enseñanza de Jesús corresponde a la de la tradición bíblica, sapiencial y de las escuelas judías: sentencias proverbiales, semejanzas, parábolas, etc.
Este título de Jesús Maestro será objeto de todo un capítulo más adelante.
8. Jesús:
Señor
Superior a todos, de condición divina. El título Señor se refiere más directamente a las relaciones de Cristo con nosotros. La función magisterial de Jesús, según el primer evangelista, tiende a coincidir con la de Señorde los discípulos, hasta el punto de que ninguno de ellos puede arrogarse el título de maestro.
En concomitancia con esta acentuación del papel autorizado de Jesús en el evangelio de Mateo, los discípulos se dirigen a Jesús dándole el título de Señor, mientras que son los demás, los de fuera, los que llaman a Jesús maestro. También el evangelio de Lucas revela esta tendencia a reservar el uso del título maestro para los que son extraños al grupo de los discípulos, mientras que estos últimos llaman a Jesús Señor
9. Jesús: Hijo de Dios
Jesús al presentar al Padre, indirectamente se está revelando a sí mismo como el Hijo en un sentido único y trascendente. No es que busque su gloria al revelarse como el Hijo; es que al revelar la gloria del Padre, inevitablemente revela la suya propia.
Es en el evangelio de san Juan donde Jesús se presenta como el Hijo en un sentido único y trascendente. La relación única entre ambos la presenta mediante un conocimiento mutuo único (Jn 1, 18: 10, 15; 17, 25), un amor recíproco también exclusivo (Jn 5, 20; 14, 31; 17, 24.26), mediante la unidad de ambos en la acción (Jn 5, 17.19.20.30), que hace que los dos sean una misma cosa (Jn 14, 10; 17, 21-22). De este modo, quien honra al Padre honra al Hijo (Jn 5, 22-27), y quien ve al Hijo ve igualmente al Padre.
Este es el secreto de la vida íntima de Jesús: su filiación divina. Hay en él, junto a su condición divina, una atracción continua del Padre, un deseo de estar a solas con Él; deseo que a veces sólo puede cumplir quedándose toda la noche de oración tras una jornada agotadora de actividad. Parece como si la esencia misma de la personalidad de Jesús fuese su relación con el Padre. Era algo obsesivo en Él. Incluso le llamabaAbbá, papá, expresando así la conciencia de su filiación divina.
Jesús nos ha introducido por adopción en la relación única filial que él mantiene con el Padre. Ser cristiano es ser hijo en el Hijo.
10. Jesús: Mesías, el Hijo de Dios vivo
Jesús no se autodesigna nunca como el mesías. Son los otros, los discípulos o la gente quienes lo llaman mesias, christós, o con fórmulas equivalentes como hijo de David.
No sólo Jesús no se presenta nunca como mesías, sino que se muestra reticente y en algunos casos contrario frente a semejante reconocimiento por parte de los demás. Incluso cuando Pedro le confesó como Mesías, les impuso a todos los apóstoles severamente que no hablasen de él a nadie (cf. Mc 8, 30).
Se trata del famoso secreto mesiánico. ¿Por qué? Porque había tendencia de entender el término mesiasdesde el punto de vista demasiado político y social. Y Jesús quería evitar a toda costa ese significado. No es un mesías político ni social, sino un mesías espiritual, un ungido de Dios, que nos salvó del pecado a través de su pasión y muerte en la cruz. No vino a instaurar un mesianismo nacionalista judío. Incluso la fuerte acentuación religiosa de su proyecto, que incluye una nueva imagen de Dios-Padre que acoge a los pobres, a los pequeños y desamparados, a los pecadores y a los extranjeros, choca abiertamente con la visión de un mesianismo político.
Superior a todos, de condición divina. El título Señor se refiere más directamente a las relaciones de Cristo con nosotros. La función magisterial de Jesús, según el primer evangelista, tiende a coincidir con la de Señorde los discípulos, hasta el punto de que ninguno de ellos puede arrogarse el título de maestro.
En concomitancia con esta acentuación del papel autorizado de Jesús en el evangelio de Mateo, los discípulos se dirigen a Jesús dándole el título de Señor, mientras que son los demás, los de fuera, los que llaman a Jesús maestro. También el evangelio de Lucas revela esta tendencia a reservar el uso del título maestro para los que son extraños al grupo de los discípulos, mientras que estos últimos llaman a Jesús Señor
9. Jesús: Hijo de Dios
Jesús al presentar al Padre, indirectamente se está revelando a sí mismo como el Hijo en un sentido único y trascendente. No es que busque su gloria al revelarse como el Hijo; es que al revelar la gloria del Padre, inevitablemente revela la suya propia.
Es en el evangelio de san Juan donde Jesús se presenta como el Hijo en un sentido único y trascendente. La relación única entre ambos la presenta mediante un conocimiento mutuo único (Jn 1, 18: 10, 15; 17, 25), un amor recíproco también exclusivo (Jn 5, 20; 14, 31; 17, 24.26), mediante la unidad de ambos en la acción (Jn 5, 17.19.20.30), que hace que los dos sean una misma cosa (Jn 14, 10; 17, 21-22). De este modo, quien honra al Padre honra al Hijo (Jn 5, 22-27), y quien ve al Hijo ve igualmente al Padre.
Este es el secreto de la vida íntima de Jesús: su filiación divina. Hay en él, junto a su condición divina, una atracción continua del Padre, un deseo de estar a solas con Él; deseo que a veces sólo puede cumplir quedándose toda la noche de oración tras una jornada agotadora de actividad. Parece como si la esencia misma de la personalidad de Jesús fuese su relación con el Padre. Era algo obsesivo en Él. Incluso le llamabaAbbá, papá, expresando así la conciencia de su filiación divina.
Jesús nos ha introducido por adopción en la relación única filial que él mantiene con el Padre. Ser cristiano es ser hijo en el Hijo.
10. Jesús: Mesías, el Hijo de Dios vivo
Jesús no se autodesigna nunca como el mesías. Son los otros, los discípulos o la gente quienes lo llaman mesias, christós, o con fórmulas equivalentes como hijo de David.
No sólo Jesús no se presenta nunca como mesías, sino que se muestra reticente y en algunos casos contrario frente a semejante reconocimiento por parte de los demás. Incluso cuando Pedro le confesó como Mesías, les impuso a todos los apóstoles severamente que no hablasen de él a nadie (cf. Mc 8, 30).
Se trata del famoso secreto mesiánico. ¿Por qué? Porque había tendencia de entender el término mesiasdesde el punto de vista demasiado político y social. Y Jesús quería evitar a toda costa ese significado. No es un mesías político ni social, sino un mesías espiritual, un ungido de Dios, que nos salvó del pecado a través de su pasión y muerte en la cruz. No vino a instaurar un mesianismo nacionalista judío. Incluso la fuerte acentuación religiosa de su proyecto, que incluye una nueva imagen de Dios-Padre que acoge a los pobres, a los pequeños y desamparados, a los pecadores y a los extranjeros, choca abiertamente con la visión de un mesianismo político.
Además, la propuesta de una síntesis ética que se caracteriza por el amor gratuito y universal que abraza incluso a los enemigos no se presta a la realización de un programa mesiánico de tipo revolucionario y socializante.
De hecho, Jesús con sus opciones y sus tomas de posición defraudó las esperanzas mesiánico-nacionalistas.
11. Jesús: Salvador
Jesucristo vino a salvar al hombre, no tanto a las circunstancias molestas. Por eso, aún con la venida de Cristo Salvador, perdura el mal en el mundo, sobre todo el mal físico (cf. Mt 19, 12-13; Mc 1, 14-15).Vino a salvar a todo el hombre: sea en el alma, sea el cuerpo. Y vino a salvar a todos los hombres (cf. Mt 28, 19-20). Esa salvación supuso un cambio interior del hombre. La salvación de Cristo nos hace hombres nuevos.
¿Cómo nos salvó? Encarnándose, muriendo por nosotros, satisfaciendo y reparando nuestro pecado.
Nosotros recibimos la salvación reconociéndonos pecadores, abriéndonos a esa salvación en los sacramentos. Estamos llamados a ser co-salvadores con Cristo, mediante nuestro sacrificio, nuestro apostolado directo.
12. Jesús: Siervo de Yavé
Este calificativo hace referencia al hecho de que está íntimamente unido a Dios y que sufrirá por nosotros.
13. Jesús: Sumo sacerdote
Sumo Sacerdote, pues es el puente más directo para unirnos a Dios.
14. Jesús: Mediador Ya que es el intermediario ante Dios de nuestras necesidades.
15. Jesús: Juez
Porque juzgará en el último día.
16. Jesús: Santo de Dios
Se le denomina Santo de Dios dado que es Hijo de Dios.
Jesucristo vino a salvar al hombre, no tanto a las circunstancias molestas. Por eso, aún con la venida de Cristo Salvador, perdura el mal en el mundo, sobre todo el mal físico (cf. Mt 19, 12-13; Mc 1, 14-15).Vino a salvar a todo el hombre: sea en el alma, sea el cuerpo. Y vino a salvar a todos los hombres (cf. Mt 28, 19-20). Esa salvación supuso un cambio interior del hombre. La salvación de Cristo nos hace hombres nuevos.
¿Cómo nos salvó? Encarnándose, muriendo por nosotros, satisfaciendo y reparando nuestro pecado.
Nosotros recibimos la salvación reconociéndonos pecadores, abriéndonos a esa salvación en los sacramentos. Estamos llamados a ser co-salvadores con Cristo, mediante nuestro sacrificio, nuestro apostolado directo.
12. Jesús: Siervo de Yavé
Este calificativo hace referencia al hecho de que está íntimamente unido a Dios y que sufrirá por nosotros.
13. Jesús: Sumo sacerdote
Sumo Sacerdote, pues es el puente más directo para unirnos a Dios.
14. Jesús: Mediador Ya que es el intermediario ante Dios de nuestras necesidades.
15. Jesús: Juez
Porque juzgará en el último día.
16. Jesús: Santo de Dios
Se le denomina Santo de Dios dado que es Hijo de Dios.
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Contexto
socio-político que vivió Jesús.
¿Cómo era Palestina en tiempos de Jesús?
Situación política.
Palestina estaba dominada por Roma. La cultura dominante del país era la judía, aunque también se hablaba el griego. Por tanto, era un país cruzado por varias culturas: hebrea, griega y romana. Roma respetaba bastante las particulares e instituciones de los pueblos que dominaban. Había un representante romano para gobernar, con una pequeña guardia. La vida de Jesús se desarrolla en el tiempo de los emperadores Augusto y Tiberio. Herodes el Grande es el rey de toda Palestina cuando Jesús nace. Herodes muere en seguida, dejando a sus hijos su territorio: Herodes Antipas hereda Galilea, y Arquelao Judea. En tiempos de Jesús había también judíos rebeldes, que lucharon por la independencia de Palestina, incluso con las armas. Entre ellos estaban Judas Galileo y los zelotas.
Situación política.
Palestina estaba dominada por Roma. La cultura dominante del país era la judía, aunque también se hablaba el griego. Por tanto, era un país cruzado por varias culturas: hebrea, griega y romana. Roma respetaba bastante las particulares e instituciones de los pueblos que dominaban. Había un representante romano para gobernar, con una pequeña guardia. La vida de Jesús se desarrolla en el tiempo de los emperadores Augusto y Tiberio. Herodes el Grande es el rey de toda Palestina cuando Jesús nace. Herodes muere en seguida, dejando a sus hijos su territorio: Herodes Antipas hereda Galilea, y Arquelao Judea. En tiempos de Jesús había también judíos rebeldes, que lucharon por la independencia de Palestina, incluso con las armas. Entre ellos estaban Judas Galileo y los zelotas.
Situación social.
Palestina se componía de dos grupos sociales: los judíos habitantes en la misma Palestina y los paganos romanos. Había bastantes judíos que vivían en la diáspora, es decir, fuera de Palestina. Dentro del grupo judío había dos orientaciones desde el punto de vista religioso:
Palestina se componía de dos grupos sociales: los judíos habitantes en la misma Palestina y los paganos romanos. Había bastantes judíos que vivían en la diáspora, es decir, fuera de Palestina. Dentro del grupo judío había dos orientaciones desde el punto de vista religioso:
Los fariseos: era un grupo religioso al que pertenecían
algunos sacerdotes, pero la mayoría eran laicos. Cumplían la ley de Moisés
estrictamente. Respetaban las tradiciones (sábado, ritos purificatorios,
oraciones, limosnas, diezmos, etc.) Estudiaban la ley de Moisés. Eran
influyentes y respetados. Esperaban la futura llegada de un Mesías liberador
político. Creían en la resurrección final. Deseaban la independencia de
Palestina. No eran amigos de los romanos, aunque vivían con ellos.
Los saduceos: grupo religioso al que pertenecían las
familias sacerdotales más importantes. Querían también la independencia, pero
vivían sin grandes problemas bajo la dominación romana. Rechazaban las
tradiciones orales judías. No creían en la resurrección. Eran ricos.
Otras clases sociales: Las
grandes muchedumbres: sencillos, religiosos; los sacerdotes: cuidaban el templo
y ofrecían sacrificios; los levitas: ayudaban a los
sacerdotes;
los guardias del templo: ponían orden dentro del recinto del templo; los
escribas: maestros y abogados; los Ancianos: Sus decisiones eran determinantes;
los esenios o monjes de Qumran: una especie de orden religiosa; los discípulos
de Juan Bautista; los publicanos: unidos con los romanos; cobraban los
impuestos; eran ricos y odiados; considerados como pecadores; no cumplían la
ley ni las purificaciones; los herodianos: deseaban que la familia de Herodes
se hiciera cargo del poder de Palestina; los zelotas: rebeldes y fanáticos
contra la dominación romana; nacionalistas, patriotas, creyentes y violentos;
querían una nación libre y gobernada en nombre de Dios.
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Jesús
y los apóstoles.
Jesús, desde el inicio de su vida pública, atrae a
muchas personas que se convierten en sus discípulos. Los discípulos lo siguen,
quieren escuchar, aprender. Unos serán fieles siempre, otros en un momento dado
le darán la espalda.
Jesús escoge de entre sus discípulos a los doce apóstoles, a quienes les dará una misión muy importante: continuar la misión.
Conozcamos cómo fue la relación de Jesús con sus discípulos:
Jesús escoge de entre sus discípulos a los doce apóstoles, a quienes les dará una misión muy importante: continuar la misión.
Conozcamos cómo fue la relación de Jesús con sus discípulos:
Textos tomados del
libro Vida de Cristo con permiso del autor P. Enrique Cases
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¿Apariencia -de
-Jesús?
Pregunta: "¿Cómo era Jesús?"
Respuesta: La Biblia nunca da alguna descripción física de
Cristo. Lo más cercano que podemos ver a una descripción está en Isaías 53:2b,
“No hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le
deseemos.” Todo esto nos dice que la apariencia de Jesús era la de cualquier
otro hombre – Él tenía una apariencia común. Isaías estaba profetizando aquí,
que la venida del Siervo sufriente surgiría en condiciones pobres y no usaría
ninguno de los emblemas usuales de la realeza, haciendo Su verdadera
identidad visible únicamente para el discernimiento del ojo de la fe.
Isaías describe después la
apariencia de Cristo como se vería cuando fuera azotado antes de Su
crucifixión. “De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue
desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que
el de los hijos de los hombres.” (Isaías 52:14). Estas palabras describen la
inhumana crueldad que Él sufrió hasta el punto en que ya no parecía un ser
humano (Mateo 26:67; 27:30; Juan 19:3). Su apariencia era tan terrible, que la
gente lo veía asombrada.
La mayoría de las imágenes
que tenemos de Jesús hoy probablemente no sean fieles. Jesús era un judío, así
que es probable que Él tuviera la piel morena, los ojos oscuros y el cabello
negro. Esto está muy lejos de la representación del pelo rubio, los ojos azules
y la piel blanca en muchas imágenes modernas. Una cosa es segura: si fuera
importante para nosotros saber realmente cómo era Él, Mateo, Pedro y Juan,
quienes pasaron tres años con Él, ciertamente podrían darnos una descripción
precisa, así como lo harían Sus hermanos, Jacobo y Judas. Sin embargo, estos
escritores del Nuevo Testamento no ofrecen detalles acerca de Sus atributos
físicos.
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¿COMO ERA LA APARIENCIA FISICA DE JESUS?
Cuando conocemos la verdad de los hechos nos suele
confundir al principio, ya que dicho conocimiento nuevo contrasta con lo que
siempre nos habían enseñado.
Una de estas verdades es sobre el aspecto físico que tuvo Jesucristo cuando estuvo en la tierra. La gran mayoría de las personas creen a ciencias ciertas que Jesús tenía la apariencia de un hombre delicado, frágil y de cabellos largos. Esta imagen es tomada de las pinturas que se han hecho de Jesús, basadas en lo que los pintores mismos imaginaban como era Jesús o lo que los religiosos de la época pensaban como era Jesús.
Primero que nada debemos recordar que Jesús era judío, en el libro de Juan cap.4, ers.9, una mujer que sabía del origen judío de Jesús le dijo “… ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?” Por ende el aspecto de Jesús debió ser como un judío normal de la época. Pues, entonces, la pregunta es ¿cómo era la apariencia física de un judío de la época? Bueno, los judíos de le época de Jesús tenían pómulos y nariz prominentes, cabello rizado corto y tez morena y muchos hombres llevaban barba. En general eran todos parecidos ya que la raza era más pura que en la actualidad.
Pero, para conocer el verdadero aspecto físico de Jesús es necesario ir a la fuente original que describe a Jesús y dejar de lado los pensamientos que los hombres se han hecho de Él. Esta fuente original es la Biblia. En ella encontramos varios pasajes dispersos que nos dicen como era Jesús cuando estuvo en la tierra.
La Biblia nos dice que Jesús no era bien parecido. En el libro de Isaías cap.53, vers.2 dice “…no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”. Esta Escritura es una profecía sobre la apariencia de Jesús, que se cumplió al pie de la letra, tal es así que en el libro de Mateo cap.4, vers.30 dice “más él pasó por en medio de ellos, y se fue” es decir que no fue reconocido a simple vista, dándonos a entender que su apariencia era normal a la de un judío de su época. Otra Escritura que prueba esto se encuentra en Mateo cap.6, vers.48-49 que dice “y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Es decir Judas tuvo que besarlo para identificar a Jesús, ya que a simple viste eran todos parecidos.
El aspecto del físico de Jesús no era dulce y pusilánime como muestra la iconografía religiosa. Por el contrario era un hombre musculoso, varonil y dinámico. El libro de Marcos cap.6 vers.3 dice “¿no es éste el carpintero…” esto significa que siendo Jesús de profesión carpintero o constructor, indudablemente debió ser un hombre fuerte con brazos y hombros desarrollados con callos en las manos.
Su tez era morena, bronceado por el sol de Judea, recordemos que Jesús recorría largas distancias caminando hasta terminar cansado y sediento como dice el libro de Juan cap.4 vers.6 “…entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo”
En cuanto al largo del cabello, los registros históricos de la época nos muestran estatuas de los soldados romanos con cabello corto, al igual que los emperadores romanos que también usaban pelo corto. Es más, el estilo helénico griego para los hombres era el cabello corto. En cuanto a los judíos de la época era costumbre también usar el pelo corto como lo afirma el libro del profeta Ezequiel cap.44, vers.20 que dice “y no se raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello, sino que lo recortarán solamente”. Igualmente las estatuas de varones judíos de la época los muestran con pelo corto.
Por lo visto en el párrafo anterior, indudablemente el cabello de Jesús era corto como cualquier judío de su época. En el primer libro a los Corintios cap.11 vers.14 dice “la naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Algunas personas alegan que Jesús había hecho el voto nazareo y por eso Jesús supuestamente tenía el cabello largo. Recordemos que el voto nazareo era esencialmente un voto de humildad donde los que lo hacían se dejaban crecer el cabello sin cortarlo y no podían beber vino ni tomar contacto con personas muertas, como lo dice el libro de Números cap.6 vers.2-6 “el hombre…que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse al Eterno, se abstendrá de vino y de sidra…todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento del Eterno, será santo; dejará crecer su cabello. Todo el tiempo que se aparte para el Eterno, no se acercará a persona muerta”.
Claramente Jesús no había tomado el voto nazareo ya que Él bebía vino como lo dice el libro de Mateo cap.11 vers.19 “vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: he aquí un hombre comilón y bebedor de vino…”. En otra ocación, Jesús tomó contacto con un muerto como lo afirma el mismo libro de Mateos cap.9 vers.18 y 25 que dice “…mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella y vivirá…pero cuando la gente había sido echada fuera, entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó”. Ambas conductas eran prohibidas por el voto nazareo conforme a lo visto en el párrafo anterior. Jesús se crió en la ciudad de Nazaret de ahí que se lo conociera como nazareno y a sus seguidores como nazarenos. Lo que no debemos confundir es nazareno con nazareo.
No sólo conocemos con certeza como era la apariencia física de Jesús de cuando vino a vivir a la tierra sino también que sabemos cómo es su apariencia como ser espiritual en el presente. El libro de Apocalipsis cap.19 vers.12 y 15 dice “sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas…de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro…” Efectivamente, Jesucristo tiene hoy un cuerpo glorioso y poderoso.
Ese mismo Jesucristo retornará nuevamente a la tierra, pero esta vez vendrá a establecer el Reino de Dios para gobernar a todas las naciones, y un pueblo, la Iglesia de Dios, se ha arrepentido de su vida pasada y pecaminosa y está preparándose para recibir al momento de Su Venida un cuerpo espiritual glorioso similar al que Cristo tiene ahora y para gobernar bajo Jesucristo en ese Reino eterno.
El desafío es muy grande. Anímese a estudiar la Biblia, la cual es la Palabra de Dios, a obedecer lo que en ella se nos instruye y ser así participante de ese grupo de personas que desean estar con Cristo en Su Reino a Su segunda Venida!!!
Una de estas verdades es sobre el aspecto físico que tuvo Jesucristo cuando estuvo en la tierra. La gran mayoría de las personas creen a ciencias ciertas que Jesús tenía la apariencia de un hombre delicado, frágil y de cabellos largos. Esta imagen es tomada de las pinturas que se han hecho de Jesús, basadas en lo que los pintores mismos imaginaban como era Jesús o lo que los religiosos de la época pensaban como era Jesús.
Primero que nada debemos recordar que Jesús era judío, en el libro de Juan cap.4, ers.9, una mujer que sabía del origen judío de Jesús le dijo “… ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?” Por ende el aspecto de Jesús debió ser como un judío normal de la época. Pues, entonces, la pregunta es ¿cómo era la apariencia física de un judío de la época? Bueno, los judíos de le época de Jesús tenían pómulos y nariz prominentes, cabello rizado corto y tez morena y muchos hombres llevaban barba. En general eran todos parecidos ya que la raza era más pura que en la actualidad.
Pero, para conocer el verdadero aspecto físico de Jesús es necesario ir a la fuente original que describe a Jesús y dejar de lado los pensamientos que los hombres se han hecho de Él. Esta fuente original es la Biblia. En ella encontramos varios pasajes dispersos que nos dicen como era Jesús cuando estuvo en la tierra.
La Biblia nos dice que Jesús no era bien parecido. En el libro de Isaías cap.53, vers.2 dice “…no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”. Esta Escritura es una profecía sobre la apariencia de Jesús, que se cumplió al pie de la letra, tal es así que en el libro de Mateo cap.4, vers.30 dice “más él pasó por en medio de ellos, y se fue” es decir que no fue reconocido a simple vista, dándonos a entender que su apariencia era normal a la de un judío de su época. Otra Escritura que prueba esto se encuentra en Mateo cap.6, vers.48-49 que dice “y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Es decir Judas tuvo que besarlo para identificar a Jesús, ya que a simple viste eran todos parecidos.
El aspecto del físico de Jesús no era dulce y pusilánime como muestra la iconografía religiosa. Por el contrario era un hombre musculoso, varonil y dinámico. El libro de Marcos cap.6 vers.3 dice “¿no es éste el carpintero…” esto significa que siendo Jesús de profesión carpintero o constructor, indudablemente debió ser un hombre fuerte con brazos y hombros desarrollados con callos en las manos.
Su tez era morena, bronceado por el sol de Judea, recordemos que Jesús recorría largas distancias caminando hasta terminar cansado y sediento como dice el libro de Juan cap.4 vers.6 “…entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo”
En cuanto al largo del cabello, los registros históricos de la época nos muestran estatuas de los soldados romanos con cabello corto, al igual que los emperadores romanos que también usaban pelo corto. Es más, el estilo helénico griego para los hombres era el cabello corto. En cuanto a los judíos de la época era costumbre también usar el pelo corto como lo afirma el libro del profeta Ezequiel cap.44, vers.20 que dice “y no se raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello, sino que lo recortarán solamente”. Igualmente las estatuas de varones judíos de la época los muestran con pelo corto.
Por lo visto en el párrafo anterior, indudablemente el cabello de Jesús era corto como cualquier judío de su época. En el primer libro a los Corintios cap.11 vers.14 dice “la naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Algunas personas alegan que Jesús había hecho el voto nazareo y por eso Jesús supuestamente tenía el cabello largo. Recordemos que el voto nazareo era esencialmente un voto de humildad donde los que lo hacían se dejaban crecer el cabello sin cortarlo y no podían beber vino ni tomar contacto con personas muertas, como lo dice el libro de Números cap.6 vers.2-6 “el hombre…que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse al Eterno, se abstendrá de vino y de sidra…todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento del Eterno, será santo; dejará crecer su cabello. Todo el tiempo que se aparte para el Eterno, no se acercará a persona muerta”.
Claramente Jesús no había tomado el voto nazareo ya que Él bebía vino como lo dice el libro de Mateo cap.11 vers.19 “vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: he aquí un hombre comilón y bebedor de vino…”. En otra ocación, Jesús tomó contacto con un muerto como lo afirma el mismo libro de Mateos cap.9 vers.18 y 25 que dice “…mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella y vivirá…pero cuando la gente había sido echada fuera, entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó”. Ambas conductas eran prohibidas por el voto nazareo conforme a lo visto en el párrafo anterior. Jesús se crió en la ciudad de Nazaret de ahí que se lo conociera como nazareno y a sus seguidores como nazarenos. Lo que no debemos confundir es nazareno con nazareo.
No sólo conocemos con certeza como era la apariencia física de Jesús de cuando vino a vivir a la tierra sino también que sabemos cómo es su apariencia como ser espiritual en el presente. El libro de Apocalipsis cap.19 vers.12 y 15 dice “sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas…de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro…” Efectivamente, Jesucristo tiene hoy un cuerpo glorioso y poderoso.
Ese mismo Jesucristo retornará nuevamente a la tierra, pero esta vez vendrá a establecer el Reino de Dios para gobernar a todas las naciones, y un pueblo, la Iglesia de Dios, se ha arrepentido de su vida pasada y pecaminosa y está preparándose para recibir al momento de Su Venida un cuerpo espiritual glorioso similar al que Cristo tiene ahora y para gobernar bajo Jesucristo en ese Reino eterno.
El desafío es muy grande. Anímese a estudiar la Biblia, la cual es la Palabra de Dios, a obedecer lo que en ella se nos instruye y ser así participante de ese grupo de personas que desean estar con Cristo en Su Reino a Su segunda Venida!!!
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¿CÓMO
ERA JESÚS HOMBRE?
No es fácil saberlo con exactitud.
Pero al menos se puede saber como NO ERA físicamente.
Veamos esta descripción tomada directamente de la Biblia.
Pero al menos se puede saber como NO ERA físicamente.
Veamos esta descripción tomada directamente de la Biblia.
ALGUNOS se sorprenderán al saber que aquel Jesús de
aspecto frágil y largos cabellos, de bata blanca y reluciente aureola, que
tantas veces han visto en las imágenes, ¡no corresponde a la descripción de la
Biblia! ¡Los cuadros y estatuas son de “otro Jesús”! (ver II Corintios 11:4).
En las Sagradas Escrituras no hay un solo pasaje que
ofrezca una descripción completa de Jesús el hombre. Pero muchos versículos
dispersos nos dan una idea bastante clara de cómo era.
Veamos algunos.
Veamos algunos.
Hay que buscar estos pasajes en la Biblia, analizarlos y preguntarse si la
imagen mental que tiene de Jesús, la que tradicionalmente se ha presentado como
verdadera, corresponde a la realidad.
JESÚS EL
HOMBRE
- Jesús no era
excepcionalmente bien parecido
“Creció en su presencia como vástago tierno,
como raíz de tierra seca.
No había en él belleza ni majestad alguna;
su aspecto no era atractivo
y nada en su apariencia lo hacía deseable”.
(Isaías 53:2).
como raíz de tierra seca.
No había en él belleza ni majestad alguna;
su aspecto no era atractivo
y nada en su apariencia lo hacía deseable”.
(Isaías 53:2).
-Podía andar entre
las multitudes sin que lo reconocieran
(Lucas 4:30).
(Lucas 4:30).
Judas tuvo que identificarlo con un
beso
“Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es; prendedle.
“Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es; prendedle.
Y luego, llegándose a
Jesús, le dijo: ¡Dios te guarde, Rabbí! y le besó”.
(Mateo 26:48-49).
(Mateo 26:48-49).
Llevaba el cabello
corto, pero pudo tener barba
“Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
no escondí mi rostro”.
(Isaías 50:6).
“Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
no escondí mi rostro”.
(Isaías 50:6).
Jesús fue el mayor
de varios hermanos y hermanas
“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María; y sus hermanos, Santiago, y José, y Simón, y Judas? Y las hermanas de él, ¿no están todas aquí con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todo esto? Y se escandalizaban en él”.
(Mateo 13:55-56).
“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María; y sus hermanos, Santiago, y José, y Simón, y Judas? Y las hermanas de él, ¿no están todas aquí con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todo esto? Y se escandalizaban en él”.
(Mateo 13:55-56).
De niño fue
especialmente inteligente
“Y sucedió que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas”.
(Lucas 2:46-47)
“Y sucedió que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas”.
(Lucas 2:46-47)
Como adulto asombró
a los sabios de su época
“Y maravillábanse los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin habérsele nunca enseñado?
Respondióles pues Jesús, y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió”.
(Juan 7:15,16).
“Y maravillábanse los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin habérsele nunca enseñado?
Respondióles pues Jesús, y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió”.
(Juan 7:15,16).
Físicamente, no era
el “Jesús” dulce y pusilánime de las imágenes que vemos a diario.
Era un hombre musculoso, varonil y dinámico.Siendo carpintero (Marcos 6:3), debió tener callos en las manos y hombros fuertes y desarrollados.
Era un hombre musculoso, varonil y dinámico.Siendo carpintero (Marcos 6:3), debió tener callos en las manos y hombros fuertes y desarrollados.
Como en esa época
no había herramientas eléctricas, tenía que taladrar y aserrar a mano, y esto
requería fuerza y resistencia. Lo que es más, una persona débil no habría
sobrevivido a los azotes infligidos por los romanos.
“Así que Pilato, deseando contentar al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de haberlo azotado, para que fuese crucificado”.
(Marcos 15:15)
“Así que Pilato, deseando contentar al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de haberlo azotado, para que fuese crucificado”.
(Marcos 15:15)
Tampoco habría
podido ayunar 40 días y luego ganar la batalla más decisiva de todos los
tiempos contra Satanás.
“Entonces fue conducido Jesús por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches…” (Mateo 4:1-11)
“Entonces fue conducido Jesús por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches…” (Mateo 4:1-11)
La Biblia indica
que Jesús tuvo su propia casa en la ciudad de Capernaum.
“Y pasados algunos días, Jesús volvió a entrar en Capernaum, y se oyó decir que estaba en casa”.
(Marcos 2:1; Mateo 13:36, 57)
“Y pasados algunos días, Jesús volvió a entrar en Capernaum, y se oyó decir que estaba en casa”.
(Marcos 2:1; Mateo 13:36, 57)
No era un vagabundo
sin medios para sustentarse. Su casa era lo bastante grande para albergar a
varias personas. El hecho de que sus familiares estuvieran “afuera” indica que
el grupo al cual se dirigía estaba dentro de la casa.
“Y mientras hablaba aún al pueblo, he aquí que su madre y sus hermanos estaban fuera, buscando medio de hablar con él”.
(Mateo 12:46; 13:1).
“Y mientras hablaba aún al pueblo, he aquí que su madre y sus hermanos estaban fuera, buscando medio de hablar con él”.
(Mateo 12:46; 13:1).
Es posible que Él
mismo, como carpintero, haya construido la casa.
Jesús era conocedor de la fauna y
la flora
“Mirad las aves del cielo, cómo ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta: ¿no valéis vosotros mucho más que ellas?”
“Mirad las aves del cielo, cómo ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta: ¿no valéis vosotros mucho más que ellas?”
(Mateo 6:26-30)
De los principios
de la agricultura
(Mateo 13:1-43)
(Mateo 13:1-43)
Y de la cría de
animales domésticos “Y a ellos les dijo: ¿Cuál de vosotros tendrá un asno o un buey que cayere en
un pozo, y no le sacará luego en día de sábado?”
(Juan 10:1-5; Lucas 13:15; 14:5)
(Juan 10:1-5; Lucas 13:15; 14:5)
Sabía observar los
elementos para saber qué tiempo haría
“Pero él respondiendo, les dijo: A la caída de la tarde decís: Hará buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y a la mañana: Hoy habrá tempestad; porque el cielo está rojo y encapotado. ¡Hipócritas! sabéis discernir la faz del cielo; mas no podéis discernir las señales de los tiempos”.
(Mateo 16:2-3)
“Pero él respondiendo, les dijo: A la caída de la tarde decís: Hará buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y a la mañana: Hoy habrá tempestad; porque el cielo está rojo y encapotado. ¡Hipócritas! sabéis discernir la faz del cielo; mas no podéis discernir las señales de los tiempos”.
(Mateo 16:2-3)
Bronceado por el
sol de Judea, Jesús estaba acostumbrado a caminar largas distancias hasta
quedar sudoroso, cansado y sediento
“…y el pozo de Jacob estaba allí. Jesús, por tanto, estando cansado a causa del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora de sexta. Viene una mujer de Samaria a sacar agua: Jesús le dice: Dame de beber”
(Juan 4:6-7).
“…y el pozo de Jacob estaba allí. Jesús, por tanto, estando cansado a causa del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora de sexta. Viene una mujer de Samaria a sacar agua: Jesús le dice: Dame de beber”
(Juan 4:6-7).
Sin duda, hubo
momentos en sus viajes en que fue necesario dormir a la intemperie o bajo
cualquier cubierta que encontrara
“Y Jesús le dice: Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo, nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza”
(Mateo 8:20).
“Y Jesús le dice: Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo, nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza”
(Mateo 8:20).
UN HOMBRE
POLIFACÉTICO
Quienes se imaginan solamente a un Jesús manso,
benévolo y delicado han olvidado que echó a los cambistas del templo en dos
ocasiones Volcando mesas y asientos tiró el dinero por el piso, y mientras los
cambistas aterrados procuraban evadirlo, tomó una fusta y con ella sacó a las
ovejas y bueyes asustados”.
(Juan 2:13-17; Marcos 11:15-17).
(Juan 2:13-17; Marcos 11:15-17).
Los mismos ojos en
que brilló el fuego de la justa indignación…
“Y sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo de tu Casa me consume”.
(Juan 2:17)
“Y sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo de tu Casa me consume”.
(Juan 2:17)
(Juan 11:35; Isaías 53:3).
Jesús estaba lleno
de compasión.
“Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor”.
(Mateo 9:36)
“Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor”.
(Mateo 9:36)
Le gustaban los
niños…
“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.”
(Marcos 10:15-16)
“Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.”
(Marcos 10:15-16)
…y éstos lo querían
a Él.
“Y cuando los jefes de los sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hacía, y a los niños que aclamaban en el Templo, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron mucho”
(Mateo 21:15).
“Y cuando los jefes de los sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hacía, y a los niños que aclamaban en el Templo, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron mucho”
(Mateo 21:15).
Le gustaba estar
con la gente…
“Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas”.
(Marcos 6:34; Lucas 9:11)
“Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas”.
(Marcos 6:34; Lucas 9:11)
…y servirle.
“Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban
“Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban
oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él”.
(Hechos 10:38).
(Hechos 10:38).
Pero también
lograba aislarse para estar solo y mantener contacto con su Padre en el cielo.
“En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo”.
(Mateo 14:22-23).
“En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo”.
(Mateo 14:22-23).
Jesús comprendía a
los pobres…
Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.
(Lucas 21:1-4)
Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.
(Lucas 21:1-4)
…y a los ricos.
(Lucas 21:13-34)
(Lucas 21:13-34)
Comprendía tanto
los problemas del jornalero como del patrón.
(Mateo 20:1-16).
(Mateo 20:1-16).
Conocía los
principios de la economía y sabía cómo se debe manejar la riqueza.
“¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello”.
“¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello”.
(Mateo 23:23; Lucas 19:12-16).
“Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: –¿Su maestro no paga el impuesto del templo?
–Sí, lo paga –respondió Pedro. Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle: –¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás? –A los demás –contestó Pedro. –Entonces los suyos están exentos –le dijo Jesús–.
Pero, para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo”.
(Mateo 17:24-27; 22:17-21)
Jesús
comía con publicanos y pecadores.
“Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos: –¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?”
(Mateo 9:10-11)
“Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos: –¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?”
(Mateo 9:10-11)
…y con
fariseos.
“Y le rogó uno de los fariseos que comiera con él: y entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa”.
(Lucas 7:36)
“Y le rogó uno de los fariseos que comiera con él: y entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa”.
(Lucas 7:36)
Sabía cómo
portarse en cualquier situación social.
Vestía bien. Su ropa era de tan buena calidad que los soldados romanos echaron suertes sobre ella.
“Y habiéndole crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes; para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mí ropa echaron suertes”.
(Mateo 27:35).
Vestía bien. Su ropa era de tan buena calidad que los soldados romanos echaron suertes sobre ella.
“Y habiéndole crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes; para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mí ropa echaron suertes”.
(Mateo 27:35).
Jesús hizo
su primer milagro en las bodas de una familia próspera. El vino se había
acabado, y Él convirtió agua en más vino, tal vez entre 350 y 550 litros.
(Juan 2:1-11)
(Juan 2:1-11)
A Jesús le gustaba la buena comida y la buena
bebida, pero siempre ejerció una templanza y un control perfectos.
“Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y decís: ¡Demonio tiene!
El Hijo del hombre ha venido, que come y bebe, y decís: ¡He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!”
“Porque ha venido Juan el Bautista, que no come pan, ni bebe vino, y decís: ¡Demonio tiene!
El Hijo del hombre ha venido, que come y bebe, y decís: ¡He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores!”
(Lucas 7:33-34)
Tenía una voz
fuerte y resonante, perfectamente audible para las multitudes en épocas muy
anteriores al micrófono.
“Y llamando a sí al pueblo, les dijo: Oíd y entended”
(Mateo 15:10)
“Y llamando a sí al pueblo, les dijo: Oíd y entended”
(Mateo 15:10)
Cuando era
apropiado, introducía alguna nota de humor
“Él les contestó: –Vayan y díganle a ese zorro: ‘Mira, hoy y mañana seguiré expulsando demonios y sanando a la gente, y al tercer día terminaré lo que debo hacer.”
(Lucas 13:32; Marcos 3:17)
Jesús amaba la vida y la vivió en abundancia. Pero
jamás permitió que nada interfiriera con la proclamación del evangelio del
reino de Dios ni con el cumplimiento de la voluntad de su Padre.“Él les contestó: –Vayan y díganle a ese zorro: ‘Mira, hoy y mañana seguiré expulsando demonios y sanando a la gente, y al tercer día terminaré lo que debo hacer.”
(Lucas 13:32; Marcos 3:17)
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”.
UN EJEMPLO
PARA NOSOTROS
Jesús, fue maestro,
amigo leal, hombre cariñoso, dinámico y ecuánime.
Hablaba y se comunicaba con todos: sacerdotes, rameras, comerciantes, leprosos, niños, soldados romanos, judíos, samaritanos, viudas, dirigentes de la sinagoga, pecadores…unos lo amaban, otros lo odiaban; unos lo temían, todos lo respetaban. En cada circunstancia de su vida polifacética obedeció las leyes de su Padre, dejando un ejemplo perfecto y enteramente práctico para todos nosotros.
Hablaba y se comunicaba con todos: sacerdotes, rameras, comerciantes, leprosos, niños, soldados romanos, judíos, samaritanos, viudas, dirigentes de la sinagoga, pecadores…unos lo amaban, otros lo odiaban; unos lo temían, todos lo respetaban. En cada circunstancia de su vida polifacética obedeció las leyes de su Padre, dejando un ejemplo perfecto y enteramente práctico para todos nosotros.
El cabello corto en los hombres no es nada moderno. Era la moda predominante y aceptada en tiempos de Jesús.
Los libros de historia lo demuestran así. Las estatuas de los legionarios romanos los muestran con el cabello corto. Un romano con cabello largo era raro.
Todos los emperadores romanos antes y después de Cristo, desde Julio César hasta Trajano, llevaban el cabello corto; y el emperador imponía la moda en todo el imperio.
Antes de los romanos, la cultura que predominó en la zona oriental del Mediterráneo, incluso en Judea, fue la griega.
Aun en tiempos de Cristo, gran parte de la población judía era de cultura helénica y de habla griega (Juan 12:20; Hechos 6:1)
El estilo helénico griego para los hombres era el cabello corto.
¿Y los judíos no helénicos? El Talmud judío, que es anti helénico, dice que los sacerdotes deben cortarse el pelo cada 30 días. Estos judíos conocían el mandato de Ezequiel 44:20: “Y no se raparán su cabeza, ni dejaran crecer su cabello”.
Las estatuas y demás reproducciones de varones judíos en los tiempos de Cristo muestran que el estilo del cabello era corto.
Hay quienes piensan que Jesús había hecho voto de nazareo, mas no fue así. Jesús era de Nazaret. Los primeros cristianos se llamaban a veces nazarenos, pero ninguno de estos términos tiene que ver con el voto de nazareo.
Hay que notar que Jesús bebió vino (Mateo 11:19) y en una ocasión tocó un cadáver (Mateo 9:25). Ambos actos eran prohibidos para quienes hacían voto de nazareo (Números 6:3,6).
Ahora veamos l Corintios 11:14, cuyo significado se aclara con lo anterior. “La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”
Los que hacían voto de nazareo se dejaban crecer el cabello en muestra de humildad. Era precisamente una vergüenza. Hay que notar también que tan pronto como terminaba el periodo del voto, el nazareo debía raparse la cabeza (Números 6:18).
No, Jesús no tenía el cabello largo. Su aspecto era similar al de cualquier judío normal de su época.
Varias veces pudo pasar inadvertido entre las multitudes porque se parecía a los demás (Lucas 4:30; Juan 8:59; 10:39).
Judas tuvo que valerse de una señal especial, un beso, para indicar a sus enemigos quién era (Mateo 26:48-49).
No habría tenido que hacerlo si Jesús tuviese un aspecto diferente de los demás.
Espero que hayan disfrutado de su Contenido, hasta pronto…
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