NÚMERO 178 NOVIEMBRE 7 DE 2013 (JUEVES)
Director
Bernardo A. Rendon Restrepo
bernal.rendon@hotmail.com
Editora y Asesora
Alba Hoyos Botero
Alhobo2011@hotmail.com
Enlaces
myberose@hotmail.com
Google rinde homenaje a Rafael Pombo
en sus 180 años de natalicio
El buscador de Internet Google celebra hoy el 180 aniversario del nacimiento del escritor y poeta colombiano Rafael Pombo con un "doodle" dedicado al autor de las historias infantiles más importantes del país.
El "doodle", versión temática que aparece
en la cabecera del buscador, muestra ilustraciones de algunos de los personajes
que protagonizan sus obras, como "El renacuajo paseador", "Simón
el bobito", "La pobre viejecita" o "Mirringa
mirronga".
Estas
obras "hacen parte de la memoria colectiva de décadas enteras de
colombianos quienes han crecido con las historias de Pombo, quien falleció el
12 de noviembre de 1912 a la edad de 89 años", señaló Google en un
comunicado de prensa.
Google recuerda que Pombo, nacido en Bogotá el 7 de
noviembre de 1833, estudió las fábulas en Estados Unidos y las encontró
"muy adecuadas para encauzar gustos, valores y tradiciones en los
niños".
"Fue un
maestro para transformarlas en poemas divertidos, con humor, musicalidad,
riqueza visual y trama sencilla y directa. Con ello, dejó un legado de más de
160 fábulas con temas muy diversos: morales, filosóficos, políticos, religiosos
y satíricos", añade el buscador.
Rafael Pombo, que por una ley de 1912, año de su
fallecimiento, fue nombrado "Gloria de las letras colombianas",
también fue soldado, periodista, traductor y diplomático.
Pombo estudió las fábulas en Estados Unidos y
las encontró muy adecuadas para encauzar gustos, valores y tradiciones en los
niños. Fue un maestro para transformarlas en poemas divertidos, con humor,
musicalidad, riqueza visual y trama sencilla y directa. Con ello, nos dejó un
legado de más de 160 fábulas con temas muy diversos: morales, filosóficos,
políticos, religiosos y satíricos.
“El niño es una bomba aspirante,
no de razonamientos que lo fatigan, sino de imágenes; es esencialmente curioso,
práctico y material; quiere que se le enseña objetivamente.”Rafael
Pombo
---
Rafael Pombo
Nació en Bogotá en 1833. Hijo de don Lino de Pombo y de doña Ana Rebolledo. Hizo estudios de ingeniería por complacer a su padre, quien se mostraba en desacuerdo con que su hijo fuera poeta. Siendo un joven ingeniero, tomó las armas en defensa del gobierno constitucional de 1854. El único puesto público que desempeñó fue el de Secretario de la Legación en Washington, que estaba a cargo del General don Pedro Alcántara Herrán. Cuando éste se retiró, Pombo actuó como Encargado de Negocios. Al caer el gobierno legítimo, se quedó sin ocupación oficial, pero permaneció muchos años en los Estados Unidos dedicado a trabajos literarios. A esta circunstancia se deben Los Cuentos Pintados, pues fue contratado por la Editorial Appleton para hacer unas traducciones de las que surgieron sus libros para niños. Luego regresó al país y se instaló en Bogotá, en donde permaneció hasta su muerte, ocupado en trabajos de arte y literatura. Fue Secretario Perpetuo de la Academia de la Lengua. Pombo fue también periodista. En su juventud, redactó, con Vergara y Vergara, un periódico literario: La Siesta. También publicó los periódicos El Cartucho y El Centro. Fue coronado en 1905 en el Teatro Colón. Cuenta Antonio Gómez Restrepo, uno de los críticos más conocedores de su obra, que después de la coronación, se recluyó en su lecho hasta su muerte en 1912. "Encerrado en su cuarto lleno de libros y de cuadros, pasaba sus días dedicado a la lectura, a escribir versos en minúsculos trozos de papel y a mantener una activa correspondencia con sus grandes amigos don Rufino y don Angel Cuervo. Allí lo visitaba un pequeño grupo de fieles amigos, que hacían caso omiso de las rarezas del poeta, para disfrutar de su original conversación*.
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Nació en Bogotá en 1833. Hijo de don Lino de Pombo y de doña Ana Rebolledo. Hizo estudios de ingeniería por complacer a su padre, quien se mostraba en desacuerdo con que su hijo fuera poeta. Siendo un joven ingeniero, tomó las armas en defensa del gobierno constitucional de 1854. El único puesto público que desempeñó fue el de Secretario de la Legación en Washington, que estaba a cargo del General don Pedro Alcántara Herrán. Cuando éste se retiró, Pombo actuó como Encargado de Negocios. Al caer el gobierno legítimo, se quedó sin ocupación oficial, pero permaneció muchos años en los Estados Unidos dedicado a trabajos literarios. A esta circunstancia se deben Los Cuentos Pintados, pues fue contratado por la Editorial Appleton para hacer unas traducciones de las que surgieron sus libros para niños. Luego regresó al país y se instaló en Bogotá, en donde permaneció hasta su muerte, ocupado en trabajos de arte y literatura. Fue Secretario Perpetuo de la Academia de la Lengua. Pombo fue también periodista. En su juventud, redactó, con Vergara y Vergara, un periódico literario: La Siesta. También publicó los periódicos El Cartucho y El Centro. Fue coronado en 1905 en el Teatro Colón. Cuenta Antonio Gómez Restrepo, uno de los críticos más conocedores de su obra, que después de la coronación, se recluyó en su lecho hasta su muerte en 1912. "Encerrado en su cuarto lleno de libros y de cuadros, pasaba sus días dedicado a la lectura, a escribir versos en minúsculos trozos de papel y a mantener una activa correspondencia con sus grandes amigos don Rufino y don Angel Cuervo. Allí lo visitaba un pequeño grupo de fieles amigos, que hacían caso omiso de las rarezas del poeta, para disfrutar de su original conversación*.
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El pardillo, El renacuajo paseador, Simón el
bobito, Pastorcita, Juan chunguero, La pobre viejecita, El gato bandido, Juan
matachín y Mirringa mirronga son los cuentos que podrás encontrar en este
libro. En cada uno de ellos la historia que se desarrolla atrae por lo
gracioso, divertido y entretenido de la trama que se va desenvolviendo y
también por que sin dejar lo ocurrente de la situación, siempre deja una
moraleja, una enseñanza, que nos servirá para ir formando nuestro carácter y
para afianzar nuestros valores.
Michín dijo a su
mamá:
"Voy a volverme Pateta,
y el que a impedirlo se meta
en el acto morirá.
Ya le he robado a papá
daga y pistolas; ya estoy
armado y listo; y me voy
a robar y matar gente,
y nunca más (¡ten presente!)
verás a Michín desde hoy".
Yéndose al monte, encontró
a un gallo por el camino,
y dijo: "A ver qué tal tino
para matar tengo yo".
Puesto en facha disparó,
retumba el monte al estallo,
Michín maltrátase un callo
y se chamusca el bigote;
pero tronchado el cogote,
cayó de redondo el gallo.
Luego a robar se encarama,
tentado de la gazuza,
al nido de una lechuza
que en furia al verlo se inflama,
mas se le rompe la rama,
vuelan chambergo y puñal,
y al son de silba infernal
que taladra los oídos
cae dando vueltas y aullidos
el prófugo criminal.
Repuesto de su caída
ve otro gato, y da el asalto
"¡Tocayito, haga usted alto!
¡Déme la bolsa o la vida!"
El otro no se intimida
y antes grita: "¡Alto el ladrón!"
Tira el pillo, hace explosión
el arma por la culata,
y casi se desbarata
Michín de la contusión.
Topando armado otro día
a un perro, gran bandolero,
se le acercó el marrullero
con cariño y cortesía:
"Camarada, le decía,
celebremos nuestra alianza";
y así fue: diéronse chanza,
baile y brandy, hasta que al fin
cayó rendido Michín
y se rascaba la panza.
"Compañero", dijo el perro,
"debemos juntar caudales
y asegurar los reales
haciéndoles un entierro".
Hubo al contar cierto yerro
y grita y gresca se armó,
hasta que el perro empuñó
a dos manos el garrote:
Zumba, cae, y el amigote
medio muerto se tendió.
Con la fresca matinal
Michín recobró el sentido
y se halló manco, impedido,
tuerto, hambriento y sin un
real.
Y en tanto que su rival
va ladrando a carcajadas,
con orejas agachadas
y con el rabo entre piernas,
Michín llora en voces tiernas
todas sus barrabasadas.
Recoge su sombrerito,
y bajo un sol que lo abrasa,
paso a paso vuelve a casa
con aire humilde y contrito.
"Confieso mi gran delito
y purgarlo es menester",
dice a la madre; "has de ver
que nunca más seré malo,
¡oh mamita! dame palo
¡pero dame qué comer!"
y el que a impedirlo se meta
en el acto morirá.
Ya le he robado a papá
daga y pistolas; ya estoy
armado y listo; y me voy
a robar y matar gente,
y nunca más (¡ten presente!)
verás a Michín desde hoy".
Yéndose al monte, encontró
a un gallo por el camino,
y dijo: "A ver qué tal tino
para matar tengo yo".
Puesto en facha disparó,
retumba el monte al estallo,
Michín maltrátase un callo
y se chamusca el bigote;
pero tronchado el cogote,
cayó de redondo el gallo.
Luego a robar se encarama,
tentado de la gazuza,
al nido de una lechuza
que en furia al verlo se inflama,
mas se le rompe la rama,
vuelan chambergo y puñal,
y al son de silba infernal
que taladra los oídos
cae dando vueltas y aullidos
el prófugo criminal.
Repuesto de su caída
ve otro gato, y da el asalto
"¡Tocayito, haga usted alto!
¡Déme la bolsa o la vida!"
El otro no se intimida
y antes grita: "¡Alto el ladrón!"
Tira el pillo, hace explosión
el arma por la culata,
y casi se desbarata
Michín de la contusión.
Topando armado otro día
a un perro, gran bandolero,
se le acercó el marrullero
con cariño y cortesía:
"Camarada, le decía,
celebremos nuestra alianza";
y así fue: diéronse chanza,
baile y brandy, hasta que al fin
cayó rendido Michín
y se rascaba la panza.
"Compañero", dijo el perro,
"debemos juntar caudales
y asegurar los reales
haciéndoles un entierro".
Hubo al contar cierto yerro
y grita y gresca se armó,
hasta que el perro empuñó
a dos manos el garrote:
Zumba, cae, y el amigote
medio muerto se tendió.
Con la fresca matinal
Michín recobró el sentido
y se halló manco, impedido,
tuerto, hambriento y sin un
real.
Y en tanto que su rival
va ladrando a carcajadas,
con orejas agachadas
y con el rabo entre piernas,
Michín llora en voces tiernas
todas sus barrabasadas.
Recoge su sombrerito,
y bajo un sol que lo abrasa,
paso a paso vuelve a casa
con aire humilde y contrito.
"Confieso mi gran delito
y purgarlo es menester",
dice a la madre; "has de ver
que nunca más seré malo,
¡oh mamita! dame palo
¡pero dame qué comer!"
Mirringa Mirronga,
la gata candonga
va a dar un convite jugando escondite,
y quiere que todos los gatos y gatas
no almuercen ratones ni cenen con ratas.
"A ver mis anteojos, y pluma y tintero,
y vamos poniendo las cartas primero.
Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas,
y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas.
"Ahora veamos qué tal la alacena.
Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena!
Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa.
¡Qué amable señora la dueña de casa!
"Venid mis michitos Mirrín y Mirrón.
Id volando al cuarto de mamá Fogón
por ocho escudillas y cuatro bandejas
que no estén rajadas, ni rotas ni viejas.
"Venid mis michitos Mirrón y Mirrín,
traed la canasta y el dindirindín,
¡y zape, al mercado! que faltan lechugas
y nabos y coles y arroz y tortuga.
"Decid a mi amita que tengo visita,
que no venga a verme, no sea que se enferme
que mañana mismo devuelvo sus platos,
que agradezco mucho y están muy baratos.
"¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran
¡Que quiten el polvo, que frieguen, que barran
¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín!
Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".
Llegaron en coche ya entrada la noche
señores y damas, con muchas zalemas,
en grande uniforme, de cola y de guante,
con cuellos muy tiesos y frac elegante.
Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta
en una cabriola se mordió la cola,
mas olió el tocino y dijo "¡Miaao!
¡Este es un banquete de pipiripao!"
Con muy buenos modos sentáronse todos,
tomaron la sopa y alzaron la copa;
el pescado frito estaba exquisito
y el pavo sin hueso era un embeleso.
De todo les brinda Mirringa Mirronga:
- "¿Le sirvo pechuga?" - "Como usted disponga,
y yo a usted pescado, que está delicado".
- "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta:
"Repita sin miedo". Y él dice: - "Concedo".
Mas ¡ay! que una espina se le atasca indina,
y Ñoña la hermosa que es habilidosa
metiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!"
Mirriña a Cuca le golpeó en la nuca
y pasó al instante la espina del diantre,
sirvieron los postres y luego el café,
y empezó la danza bailando un minué.
Hubo vals, lanceros y polka y mazurca,
y Tompo que estaba con máxima turca,
enreda en las uñas el traje de Ñoña
y ambos van al suelo y ella se desmoña.
Maullaron de risa todos los danzantes
y siguió el jaleo más alegre que antes,
y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta!
¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"
Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia
y armó un gatuperio un poquito serio
dándoles chorizo de tío Pegadizo
para que hagan cenas con tortas ajenas.
va a dar un convite jugando escondite,
y quiere que todos los gatos y gatas
no almuercen ratones ni cenen con ratas.
"A ver mis anteojos, y pluma y tintero,
y vamos poniendo las cartas primero.
Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas,
y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas.
"Ahora veamos qué tal la alacena.
Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena!
Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa.
¡Qué amable señora la dueña de casa!
"Venid mis michitos Mirrín y Mirrón.
Id volando al cuarto de mamá Fogón
por ocho escudillas y cuatro bandejas
que no estén rajadas, ni rotas ni viejas.
"Venid mis michitos Mirrón y Mirrín,
traed la canasta y el dindirindín,
¡y zape, al mercado! que faltan lechugas
y nabos y coles y arroz y tortuga.
"Decid a mi amita que tengo visita,
que no venga a verme, no sea que se enferme
que mañana mismo devuelvo sus platos,
que agradezco mucho y están muy baratos.
"¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran
¡Que quiten el polvo, que frieguen, que barran
¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín!
Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".
Llegaron en coche ya entrada la noche
señores y damas, con muchas zalemas,
en grande uniforme, de cola y de guante,
con cuellos muy tiesos y frac elegante.
Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta
en una cabriola se mordió la cola,
mas olió el tocino y dijo "¡Miaao!
¡Este es un banquete de pipiripao!"
Con muy buenos modos sentáronse todos,
tomaron la sopa y alzaron la copa;
el pescado frito estaba exquisito
y el pavo sin hueso era un embeleso.
De todo les brinda Mirringa Mirronga:
- "¿Le sirvo pechuga?" - "Como usted disponga,
y yo a usted pescado, que está delicado".
- "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta:
"Repita sin miedo". Y él dice: - "Concedo".
Mas ¡ay! que una espina se le atasca indina,
y Ñoña la hermosa que es habilidosa
metiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!"
Mirriña a Cuca le golpeó en la nuca
y pasó al instante la espina del diantre,
sirvieron los postres y luego el café,
y empezó la danza bailando un minué.
Hubo vals, lanceros y polka y mazurca,
y Tompo que estaba con máxima turca,
enreda en las uñas el traje de Ñoña
y ambos van al suelo y ella se desmoña.
Maullaron de risa todos los danzantes
y siguió el jaleo más alegre que antes,
y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta!
¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"
Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia
y armó un gatuperio un poquito serio
dándoles chorizo de tío Pegadizo
para que hagan cenas con tortas ajenas.
----
A Juan Matachín
¡Mírenle la
estampa!
Parece un ratón
Que han cogido
en trampa.
Con ese
morrión.
Fusil,
cartuchera,
Tambor y
morral,
Tiene cuanto
quiera
Nuestro general.
Las moscas se
espantan
Así que lo ven,
Y él mismo al
mirarse
Se asusta
también.
Y a todos
advierte
Con lengua y
clarín
“¡Ay de aquel
que insulte
“A Juan
Matachín!”
Érase
una viejecita
Sin
nadita que comer
Sino
carnes, frutas, dulces,
Tortas,
huevos, pan y pez
Bebía
caldo, chocolate,
Leche,
vino, té y café,
Y
la pobre no encontraba
Qué
comer ni qué beber.
Y
esta vieja no tenía
Ni
un ranchito en que vivir
Fuera
de una casa grande
Con
su huerta y su jardín
Nadie,
nadie la cuidaba
Sino
Andrés y Juan Gil
Y
ocho criados y dos pajes
De
librea y corbatín
Nunca
tuvo en qué sentarse
Sino
sillas y sofás
Con
banquitos y cojines
Y
resorte al espaldar
Ni
otra cama que una grande
Más
dorada que un altar,
Con
colchón de blanda pluma,
Mucha
seda y mucho olán.
Y
esta pobre viejecita
Cada
año, hasta su fin,
Tuvo
un año más de vieja
Y
uno menos que vivir
Y
al mirarse en el espejo
La
espantaba siempre allí
Otra
vieja de antiparras,
Papalina y peluquín.
Y
esta pobre viejecita
No
tenía que vestir
Sino
trajes de mil cortes
Y
de telas mil y mil.
Y
a no ser por sus zapatos,
Chanclas,
botas y escarpín,
Descalcita
por el suelo
Anduviera
la infeliz
Apetito
nunca tuvo
Acabando
de comer,
Ni
gozó salud completa
Cuando
no se hallaba bien
Se
murió del mal de arrugas,
Ya
encorvada como un tres,
Y
jamás volvió a quejarse
Ni
de hambre ni de sed.
Y
esta pobre viejecita
Al
morir no dejó más
Que
onzas, joyas, tierras, casas,
Ocho
gatos y un turpial
Duerma
en paz, y Dios permita
Que
logremos disfrutar
Las
pobrezas de esa pobre
Y morir del mismo mal
---
Pastorcita perdió
sus ovejas
¡y quién sabe por
dónde andarán!
-No te enfades,
que oyeron tus quejas
y ellas mismas
bien pronto vendrán.
Y no vendrán
solas, que traerán sus colas,
Y ovejas y colas
gran fiesta darán.
Pastorcita se
queda dormida,
Y soñando las oye
balar.
Se despierta y las
llama enseguida,
Y engañada se
tiende a llorar.
No llores,
pastora, que niña que llora
Bien pronto la
oímos reír y cantar.
Levantóse
contenta, esperando
Que ha de verlas
bien presto quizás;
Y las vio; mas dio
un grito observando
Que dejaron las
colas detrás.
Ay mis ovejitas
¡pobres raboncitas!
¿dónde están mis
colas? ¿no las veré más?
Pero andando con
todo el rebaño
Otro grito una
tarde soltó,
Cuando un gajo de
un viejo castaño
Cargadito de colas
halló.
Secándose al
viento, dos, tres, hasta ciento,
Allí unas tras
otra ¡colgadas las vio!
Dio un suspiro y
un golpe en la frente,
Y ensayó cuanto
pudo inventar,
Miel, costura,
variado ingrediente,
Para tanto rabón
remendar;
Buscó la colita de
cada ovejita
Y al verlas como
antes se puso a bailar
SIMÓN EL BOBITO
Simón el bobito
llamó al pastelero:
¡a ver los
pasteles, los quiero probar!
-Sí, repuso el
otro, pero antes yo quiero
ver ese
cuartillo con que has de pagar.
Buscó en los
bolsillos el buen Simoncito
y dijo: ¡de
veras! no tengo ni unito.
A Simón el
bobito le gusta el pescado
Y quiere
volverse también pescador,
Y pasa las
horas sentado, sentado,
Pescando en el
balde de mamá Leonor.
Hizo Simoncito
un pastel de nieve
Y a asar en las
brasas hambriento lo echó,
Pero el
pastelito se deshizo en breve,
Y apagó las
brasas y nada comió.
Simón vio unos
cardos cargando viruelas
Y dijo: -¡qué
bueno! las voy a coger.
Pero peor que
agujas y puntas de espuelas
Le hicieron
brincar y silbar y morder.
Se lavó con
negro de embolar zapatos
Porque su
mamita no le dio jabón,
Y cuando
cazaban ratones los gatos
Espantaba al
gato gritando: ¡ratón!
Ordeñando un
día la vaca pintada
Le apretó la
cola en vez del pezón;
Y ¡aquí de la
vaca! le dio tal patada
Que como un
trompito bailó don Simón.
Y cayó montado
sobre la ternera
Y doña ternera
se enojó también
Y ahí va otro
brinco y otra pateadera
Y dos
revolcadas en un santiamén.
Se montó en un
burro que halló en el mercado
Y a cazar
venados alegre partió,
Voló por las
calles sin ver un venado,
Rodó por las
piedras y el asno se huyó.
A comprar un
lomo lo envió taita Lucio,
Y él lo trajo a
casa con gran precaución
Colgado del
rabo de un caballo rucio
Para que
llegase limpio y sabrosón.
Empezando
apenas a cuajarse el hielo
Simón el bobito
se fue a patinar,
Cuando de
repente se le rompe el suelo
Y grita: ¡me
ahogo! ¡vénganme a sacar!
Trepándose a un
árbol a robarse un nido,
La pobre casita
de un mirlo cantor,
Desgájase el
árbol, Simón da un chillido,
Y cayó en un
pozo de pésimo olor
Ve un pato, le
apunta, descarga el trabuco:
Y volviendo a
casa le dijo a papá:
Taita yo no
puedo matar pajaruco
Porque cuando
tiro se espanta y se va.
Viendo una
salsera llena de mostaza
Se tomó un buen
trago creyéndola miel,
Y estuvo
rabiando y echando babaza
Con tamaña
lengua y ojos de clavel.
Vio un montón
de tierra que estorbaba el paso
Y unos
preguntaban ¿qué haremos aquí?
Bobos dijo el
niño resolviendo el caso;
Que abran un
grande hoyo y la echen allí
Lo enviaron por
agua, y él fue volandito
Llevando el
cedazo para echarla en él
Así que la
traiga el buen Simoncito
Seguirá su
historia pintoresca y fiel.
----
Mariposa,
Vagarosa
Rica en tinte y en
donaire
¿qué haces tú de
rosa en rosa?
¿de qué vives en
el aire?
Yo, de flores
Y de olores,
Y de espumas de la
fuente,
Y del sol
resplandeciente
Que me viste de
colores
¿Me regalas
tus dos alas?
¡son tan lindas!
¡te las pido!
deja que orne mi
vestido
con la pompa de
tus galas
Tú, niñito
tan bonito,
tú que tienes
tanto traje,
¿Por qué quieres
un ropaje
que me ha dado
Dios bendito?
¿De qué alitas
necesitas
si no vuelas cual
yo vuelo?
¿qué me resta bajo
el cielo
si mi todo me lo
quitas?
Días sin cuento
De contento
El Señor a ti me
envía;
Mas mi vida es un
solo día,
No me lo hagas de
tormento
¿te divierte
dar la muerte
a una pobre
mariposa?
¡ay¡ quizás sobre
una rosa
Me hallarás muy
pronto inerte.
Oyó el niño
Con cariño
Esta queja de
amargura,
Y una gota de miel
pura
Le ofreció con
dulce guiño
Ella, ansiosa,
Vuela y posa
En su palma
sonrosada,
Y allí mismo, ya
saciada,
Y de gozo
temblorosa,
Expiró la mariposa.
---
El Renacuajo paseador
Rafael Pombo
El hijo de rana, Rinrín renacuajo
Salió esta mañana muy tieso
y muy majo
Con pantalón corto, corbata
a la moda
Sombrero encintado y chupa
de boda.
-¡Muchacho, no salgas¡- le
grita mamá
pero él hace un gesto y
orondo se va.
Halló en el camino, a un
ratón vecino
Y le dijo: -¡amigo!- venga
usted conmigo,
Visitemos juntos a doña
ratona
Y habrá francachela y habrá
comilona.
A poco llegaron, y avanza
ratón,
Estírase el cuello, coge el
aldabón,
Da dos o tres golpes,
preguntan: ¿quién es?
-Yo doña ratona, beso a
usted los pies
¿Está usted en casa? -Sí
señor sí estoy,
y celebro mucho ver a
ustedes hoy;
estaba en mi oficio,
hilando algodón,
pero eso no importa;
bienvenidos son.
Se hicieron la venia, se
dieron la mano,
Y dice Ratico, que es más
veterano :
Mi amigo el de verde rabia
de calor,
Démele cerveza, hágame el
favor.
Y en tanto que el pillo
consume la jarra
Mandó la señora traer la
guitarra
Y a renacuajo le pide que
cante
---
Cutufato
y su gato
Rafael
Pombo
Quiso
el niño Cutufato
Divertirse
con un gato;
Le
ató piedras al pescuezo,
Y
riéndose el impío
Desde
lo alto de un cerezo
Lo
echó al río.
Por
la noche se acostó;
Todo
el mundo se durmió,
Y
entró a verlo un visitante
El
espectro de un amigo,
Que
le dijo: ¡Hola! al instante
¡Ven
conmigo!
Perdió
el habla; ni un saludo
Cutufato
hacerle pudo.
Tiritando
y sin resuello
Se
ocultó bajo la almohada;
Mas
salió, de una tirada
Del
cabello
Resistido
estaba el chico;
Pero
el otro callandico,
Con
la cola haciendo un nudo
De
una pierna lo amarró,
Y,
¡qué horror! casi desnudo
Lo
arrastró.
Y
voló con él al río,
Con
un tiempo oscuro y frío,
Y
colgándolo a manera
De
un ramito de cereza
Lo
echó al agua horrenda y fiera
De
cabeza
¡Oh!
¡qué grande se hizo el gato!
¡qué
chiquito el Cutufato!
¡Y
qué caro al bribonzuelo
su
barbarie le costó!
Más
fue un sueño, y en el suelo
Despertó.
---
Viénele a un mono la chusca idea
De ornar con flores a una marrana,
Y ella al mirarse ya tan galana,
Envanecida se contonea.
Y a cuantos mira grúñeles: ¡ea!
¡paso a la venus! ¡todos atrás!
¡ah! dijo el zorro: siempre eres fea;
pero adornada: ¡mil veces más!
---
!
OTRAS OBRAS CONOCIDAS
LAS SIETE VIDAS DEL GATO
LAS FLORES
MOSCA GRANDE
EN EL NÍAGARA (CONTEMPLACIÓN)
LA HORA DE TINIEBLAS (POEMA)
----
Este fantástico
escritor nos ha alegrado a millones de personas con sus maravillosas obras por
muchas generaciones, y este homenaje es solo una forma de agradecer y valorar
su maravilloso trabajo que ha enriquecido las vidas de tantas
personas.
Sus cuentos llenos
de alegría y de historias fantásticas, siempre nos
hicieron reír cuando eramos pequeños y aun siguen llenando de sonrisas a muchos niños,
porque son hechas por un maravilloso escritor como lo fue Rafael Pombo, un
hombre al que nunca le falto la creatividad, un hombre con capacidad de soñar y
de imaginar nuevos mundos y transformar esos pensamientos en escritos. Un
hombre que sin duda merece este homenaje y mucho màs.
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