viernes, 10 de mayo de 2013

NÚMERO 127 MAYO 10 DE  2013 VIERNES
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Alba Hoyos Botero 
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Van a reducir la salud a un servicio público como la recolección de basura: Juan Gossaín

http://www.canalrcnmsn.com/noticias/van_reducir_la_salud_un_servicio_p%C3%BAblico_como_la_recolecci%C3%B3n_de_basura_juan_gossa%C3%ADnJuan Gossaín

El periodista reveló las consecuencias de la reforma a la salud que impulsa el Gobierno.

 Juan Gossaín, quien durante tres meses junto a un grupo de especialistas revisó "la letra menuda" del proyecto de reforma a la salud que impulsa el Gobierno, encontró temas muy preocupantes sobre la reforma a la salud y los publicó este jueves en el diario El Tiempo.
"Primero, las EPS no se acaban. A pesar de todos los abusos que se han cometido lo que hace el proyecto del Gobierno es crear unas nuevas llamadas gestoras de salud en las cuales podrían participar las EPS de hoy. Segundo, el dinero de la salud que se ha estado perdiendo durante 20 años ahora va a quedar prácticamente sin vigilante. El proyecto le quita a la Contraloría General la facultad de vigilar el dinero de la salud. Es decir, si antes se lo robaban como será cuando nadie las esté mirando", aseguró el periodista en diálogo con Noticias RCN.
Por su parte, el  ministro de Salud, Alejandro Gaviria, explicó en RCN La Radio que ya fue superada la controversia sobre el manejo y vigilancia de los dineros en el sistema público de salud, por lo que habrá una junta directiva con participación civil en las nuevas empresas de salud para descentralizar la administración de los dineros.
No obstante, para Gossaín el manejo del dinero público sigue siendo un tema muy complicado. "Hay temas muy delicados, por ejemplo, volver a entregarle a los políticos de las regiones el manejo de los dineros de la salud cuando ya sabemos que lo derrocharon y lo desaparecieron todo", aseveró.
Pero uno de los temas que más preocupa a Gossaín es la eliminación de la tutela para defender el derecho a la salud.
"Desde hace 20 años, la salud en Colombia es, según la ley, un servicio público esencial. En este proyecto le quitaron la palabra esencial para que ya no sea un derecho fundamental. Lo que hicieron fue reducirlo a un simple servicio público como la recolección de basura", explicó el escritor, quien además señaló que si el Congreso aprueba el proyecto tal y como está, la gente ya no tendría derecho a poner una tutela para que le atiendan una enfermedad.
Pese a que el ministro Gaviria dijo que ya fueron conciliados los textos de los proyectos de ley que buscan reformar al sector, el periodista dista de esa opinión.
"El ministro asegura que eso se superó y se concilió. ¿Cuándo?, si hace tres días ahí estaba en el texto. Yo gasté tres meses en la investigación y en el seguimiento" a la situación de la salud en el país, afirmó.
Por eso Gossaín pide que se concilien los dos proyectos y que se apruebe primero la ley estatutaria para que sirva de marco para una ley ordinaria sobre el sistema de salud. "Si aprobamos primero el proyecto del Gobierno que es ordinario y después el de las comunidades científicas que es extraordinario, lo que va pasar es que va a terminar mandando el más pequeño sobre el más grande".
Gossaín le aseguró al jefe de la cartera de Salud que su intención no es ser un "catastrofista", sino ser la voz de la gente que es ignorada cuando el Gobierno desarrolla proyectos  de esta magnitud.
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Lauristas, regocijadas por canonización de la Madre Laura    http://www.eluniversal.com.co/cartagena/cultural/lauristas-regocijadas-por-canonizacion-de-la-madre-laura-118984

 
 Alegría inmensa. Esas son las palabras que les salen del corazón a las integrantes delmovimiento Laurista cuando se les pregunta qué sienten ante el hecho histórico de la canonización de la Madre Laura Montoya Upegui, la primera santa colombiana.

Tanto las religiosas del movimiento Misioneras Lauristas como el de Seglares solo atinan a decir que no caben de la dicha ante la canonización de la religiosa, la cual se dará este domingo 12 de mayo, en la plaza de San Pedro en Roma, en una ceremonia presidida por el papa Francisco, y la cual comenzará a las 3 de la mañana, hora local.

La hermana Leticia Galiano, coordinadora de la Comunidad Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena – Misioneras Lauristas- con sede en el municipio de Campo de la Cruz, en Atlántico, dijo que el sentimiento que sienten por la exaltación a los altares de la Madre Laura es una alegría tan grande que no cabe dentro de su ser.

“Ser Laurista este es un reto y compromiso demasiado grande porque no es fácil seguir los pasos y enseñanzas de la Madre Laura, estas últimas contempladas en los 23 libros que nos dejó”, dijo.

Contó que la hermana Estefanía Martínez, quien conoció y convivió con la nueva santa de la Iglesia Católica, define a la Madre Laura como una mujer “arremetida”, entregada a Dios, que nada le impedía continuar la obra que había soñado. Nunca desfalleció por cumplirle a Dios, a pesar de todos los obstáculos que encontró en la vida.

“Ella siempre decía: ‘Si esta obra no es de Dios, yo misma ayudo a acabarla’”.

La hermana Leticia dice que la mayor enseñanza que a ella le dejó la Madre Laura es la entrega total a d Dios, representada en el trabajo en cuerpo y alma por los más débiles y desvalidos, como los indígenas, a los que se consideraba como animales, por no tener alma.

“Ella se esforzó por reivindicar el derecho de los indígenas, por demostrar que eran seres humanos que pensaban”.

¿”Qué me gustaría imitar de la Madre Laura? Pues el amor entrañable a Dios y sus esfuerzos para que los demás también lo amaran. Saber que si se tiene a Dios en el corazón se vencen todas las dificultades”, dice.

Las Misioneras Lauristas están en Campo de la Cruz hace 53 años. En Cartagena estuvieron hasta hace cuatro años, cuando dejaron su obra en el Colegio Madre Laura, en la Piedra de Bolívar.



COMUNIDAD SEGLAR

En esta ciudad ahora existe la Asociación Misioneras Seglares de la Madre Laura, conformada por un grupo de 11 mujeres que se han preocupado por seguir las enseñanzas de la misionera católica que llega a los altares.

Ellas no hacen votos sino compromisos y son laicos comprometidos con la animación y la actividad misionera de la Iglesia en comunión y participación de las hermanas misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, viviendo la espiritualidad propia de la Madre Laura.

La mayoría de integrantes de esa congregación residen en el barrio Piedra de Bolívar, donde por muchos años se asentaron las misioneras Lauristas.

Su labor la desarrollan a nivel de Iglesia, sirviendo como Ministros de la Comunión, visitas a los enfermos, entre otras labores.

Dos de las integrantes de la Asociación de Seglares en Cartagena son Vicenta Torres, coordinadora, y Martha Therán Beleño, quienes dijeron que ahora sienten más compromiso con su trabajo misionero, ya que tienen que ser dignas hijas de la Madre Laura.


En la parroquia San Lorenzo de la Piedra de Bolívar se oficiará una misa solemne en acción de gracias por la canonización de la Madre Laura, el domingo, a las 5 de la tarde.
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Quién fue Laura Montoya Upegui, la primera santa colombiana
http://www.eluniversal.com.co/cartagena/cultural/quien-fue-laura-montoya-upegui-la-primera-santa-colombiana-118983
 
La primera santa de Colombia fundó la Comunidad Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena – Misioneras Lauristas-. Hasta hace unos cinco años, varias de sus misioneras estuvieron en Cartagena, en la obra que ellas fundaron, el colegio Madre Laura, en el barrio Piedra de Bolívar.

Su biografía y enseñanzas se han convertido en normas de vida no solo para sus devotos, sino para todos aquellos que quieran trabajar por la obra de Dios, Ser Supremo que todo lo puede y todo lo controla.


El alborozo que existe entre la feligresía católica es grande. 

LA BIOGRAFÍA
 

Laura Montoya Upegui, la primera mujer colombiana en ostentar el título de Santa, nació en Jericó, en el departamento de Antioquia, el 26 de mayo de 1874, en el hogar conformado por Juan de la Cruz Montoya y Dolores Upegui Echavarría.

Su vida siempre estuvo signada por el dolor, la pobreza y toda clase de acontecimientos desafortunados, los mismos que servirían más adelante para templar su carácter y hacer de ella la mujer que la historia conoce: un ser que se desvivió por los más desvalidos y por aquellos que, como los indígenas, muchos creían que no tenían ni alma.

Según sus biógrafos, que son muchos, y entre los cuales se cuentan religiosas que conforman la comunidad por ella fundada, a la edad de dos años, en plena guerra civil de 1876, perdió a su papá, al defender éste sus principios religiosos.

De allí en adelante, la infancia y adolescencia de Laura habría de cambiar radicalmente, por cuanto todos los bienes de su familia, así como la de sus vecinos de Jericó, fueron confiscados, comenzando su mamá, Dolores, a pasar toda clase de penurias con sus tres hijos: Carmelita, Laura y Juan de la Cruz.

Trabajando de sol a sol; repudiadas y humilladas hasta por su propia familia; pasando hambre y toda clase de necesidades, un día cualquier el abuelo materno llamó a su hija con sus tres hijas para que se fueran a vivir en su finca, donde las estrecheces continuaban. También seguía la antipatía que la niña Laura despertaba entre algunos de sus familiares por su seriedad. Eso obligó a que ella pasara buena parte del día en el campo. Como todo lo malo trae algo bueno, esa circunstancia sirvió para que se volviera una persona contemplativa y amante de la naturaleza.

A los siete años seguía sin estudiar y un día cualquiera, viendo un hormiguero, descubrió cuál sería el sentido de su vida: “De repente fui como herida por un rayo. Aquel rayo fue como un conocimiento de Dios que hoy después de tanto estudiar y aprender no sé más de Dios que lo que supe entonces...”, dijo la Madre Laura, según cuenta la hermana María de Betania, en su libro “¡Qué mujer!”.

A los 16 años, sus conocimientos se limitaban a leer y escribir, los cuales habían sido impartidos por su sufrida madre, pero siempre tuvo la preocupación de que debía abrirse caminos para conseguir un pan digno para su familia. Así, un día cualquiera, demostrando el carácter y su decisión para conseguir lo que se proponía, se presentó ante la rectora de la Normal de Medellín, a quien le expuso la necesidad que tenía de estudiar. Se le concedió, entonces, el permiso para estudiar, pero en la biblioteca porque no tenía libros. Más tarde se hizo acreedora a una beca estatal. Así logró terminar y salió como maestra,

A sus 20 años tomó a su madre y se fue a laborar a una escuela. “Una vez le oí contar que a alguna amiga distante le puso un telegrama cuando recibió el primer sueldo, diciéndole algo así como ‘Hoy primer almuerzo completo’. Su amiga conocía sus privaciones y le había dicho: cuando logres llevar a tu mesa la primera ración ganada con tu esfuerzo, me avisas para congratularme”, cuenta la hermana María de Betania en su libro.

Su vida de maestra también estuvo sellada por el dolor, pero eso tampoco acabó con su templanza. Mientras la vida iba pasando ella seguía empeñada en ser una monja carmelita. Pero su camino estaba marcado para otra causa: ser misionera en las selvas para rescatar del olvido a “los infieles”, o sus “llagas”, como ella llamó a aquellas personas que vivían sin alimento espiritual y sin conocer a Dios.

Desde que tuvo su primer encuentro místico con Dios, hizo proyectos para ver cómo podía trabajar por esas almas, especialmente por los indios de Antioquia, aunque sin dejar de pensar en el Carmelo. Supo que sería misionera en 1908, cuando, acompañada por algunas amigas y por el sacerdote Ezequiel Pérez, viajó a Guapá, vereda del Chocó.

Su trabajo misionero se vería fortalecido tiempo después cuando el Papa Pío X escribió la encíclíca “Lacrimabili statu indorum”, en la que exhortó a la Iglesia de América a interesarse por los indios y a abrir facilidades para el trabajo con ellos.

Su obra misionera propiamente dicho la iniciaría en la población de Dabeiba, con los indios Catíos, después de recibir la debida autorización del Arzobispado de Medellín. Esta misión la inició el 5 de mayo de 1914. Para esa misión también fue acompañada por mujeres piadosas que no tuvieron miedo de decirle no a los sacrificios y a la aventura.

Su trabajo con los indios no sólo consistió en la evangelización, sino que los ayudó a sentirse seres humanos.

“En la búsqueda de los indios esa incansable. Recuerdo que viajábamos una vez por los tortuosos caminos de una misión de Urabá... El día había sido como eran entonces los días de apostolado en las selvas: lomo de mula, sol calcinante, poca comida, mucho entusiamo y ánimo en la búsqueda de los catíos”, relata la hermana María de Betania.

A medida que su misión continuaba en las inhóspitas selvas, la Madre Laura deseaba fundar centros misioneros, sin importarle las incomodidades o dificultades. Tampoco le importó su precaria salud, ni para viajar a Roma para buscar el decreto laudatorio para la comunidad que quería fundar. Como siempre conseguía lo que se proponía, aún después de muerta, en 1968 el Papa Pablo VI aprobó la comunidad de derecho ponfiticio Misioneras de María Auxiliadora y Santa Catalina de Siena Madre Laura, o Lauritas, como se le conoce hoy en día. 

La Madre Laura, después de infatigables jornadas misionales, falleció en Medellín el 21 de octubre de 1949. Al morir, su congregación tenía 467 religiosas y 93 novicias. Ayudó a fundar 122 casas, en donde se trabajaba con 22 tribus en tres países: Colombia, Venezuela y Ecuador. Hoy, ese trabajo misionero está en 19 países del mundo y la comunidad ya suma mil religiosas.

La tradición oral que se conserva entre Las Lauritas la describen como una mujer sencilla, con ingenuidad de niño y sumamente humilde. Están seguras que se hubiera opuesto a todo el barullo que se ha armado por su beatificación (hoy santificación), porque ella siempre quiso pasar desapercibida. Para ella, los más importante de toda la creación eran los indios y los más desvalidos.

También están convencidas, y aunque la piel se les eriza de la emoción, que ella desde antes que fuera beata los ayudaba desde el cielo, pero que ahora, seguramente, podrá decir con más ahínco: “Yo tengo sed de calmar tu sed”.

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Jericó se prepara para el día de la Madre Laura
http://www.diariodelhuila.com/site/index.php/especiales/35367-jerico-se-prepara-para-el-dia-de-la-madre-laura

Jericó en Antioquia será uno de los lugares más visitados en estos días con ocasión de la santificación de la madre Laura Montoya.

Las figuras religiosas, incluida la imagen de la madre Laura Montoya, han sido muy solicitadas por estos días.

La devoción aumenta cada día. 

Esta avalancha de personas, que consumen, duermen, se entretienen y además quieren ver los lugares que habitó la Madre Laura, tiene que caber en alguna parte.

De ahí que desde febrero, se empezó un trabajo coordinado entre el Viceministerio del Turismo, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Jericó, esta última responsable de llevar el liderazgo del plan de contingencia que se aplicará desde el viernes 10 de mayo hasta el martes 14.

Para tal fin ya está casi listo un mapa en el que se indican las salidas y las entradas al municipio, el parqueo de buses y vehículos particulares, los puntos de apoyo y hasta los baños públicos.

"Vamos a disponer de cerca de nueve puestos de control, uno en Jamaica, por ejemplo, que es el acceso en la vía nacional que va hacia La Pintada, y otro en las partidas Jericó-Tarso", indicó Diego Ríos, secretario de Gobierno de la localidad.

Agregó, que "esos puestos de control darán luces sobre cuántos vehículos particulares y buses se están moviendo para hacer una proyección estadística y tener tiempo de tomar decisiones".

La Policía desplegará 130 uniformados para ese día y habrá un acompañamiento de 30 miembros de la Defensa Civil y 35 bomberos. Andes prestará, además, un carro de bomberos para atender cualquier evento durante las 24 horas, del 12 al 13 de mayo.


En el caso del hospedaje, según Alejandro Jaramillo, director de la Oficina de Turismo del municipio, se cuenta "con una capacidad para albergar alrededor de 500 personas, que la duplicamos con los hoteles y fincas que están en Cauca Viejo, que tienen cerca de 558 camas, para un total de 1.058 camas en Jericó".

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Espero que hayan disfrutado de su Contenido, hasta pronto… 
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