Director
Bernardo A. Rendon
Restrepo
bernal.rendon@hotmail.com
Editora y Asesora
Alba Hoyos Botero
Alhobo2011@hotmail.com
Enlaces
myberose@hotmail.com
Twitter@revistaconstelaCIENCIA
http://www.abc.es/ciencia/20130112/abci-descubierta-estructura-gigantesca-universo-201301111403.html
J. DE J. @JUDITHDJ / MADRID
Un vehículo que viaje a la velocidad de la luz tardaría alrededor de 4.000 millones de años en cruzar este grupo de cuásares
Distribución
de los cuásares
Un equipo internacional de astrónomos, liderado por académicos de la británica Universidad de Central Lancashire (UCLan), ha descubierto la estructura más grande conocida en el Universo. El gran grupo cuásar (LQG) es tan grande que un vehículo que viaje a la velocidad de la luz tardaría alrededor de 4.000 millones de años en cruzarlo. La investigación aparece publicada en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.
Un equipo internacional de astrónomos, liderado por académicos de la británica Universidad de Central Lancashire (UCLan), ha descubierto la estructura más grande conocida en el Universo. El gran grupo cuásar (LQG) es tan grande que un vehículo que viaje a la velocidad de la luz tardaría alrededor de 4.000 millones de años en cruzarlo. La investigación aparece publicada en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.
Cuásar según
la RAE: Es el tipo de astro más alejado en el universo
Los cuásares son
los núcleos de las galaxias de los primeros días del universo que se someten a
períodos breves de brillo extremadamente alto, lo que los hace visibles a
través de enormes distancias. Estos períodos son «breves» en términos
astrofísicos, pero en realidad duran de 10 a 100 millones de años.
Desde
1982, los científicos conocen que los cuásares tienden a agruparse en grupos o
«estructuras» de tamaño sorprendentemente grande, formando grandes grupos
cuásar o LQG (por sus siglas en inglés).
El nuevo LQG no es solo significativo por su tamaño, sino que tambiéndesafía el principio cosmológico,
la suposición de que el Universo, cuando se ve en una escala lo suficientemente
grande, se ve igual sin importar desde donde se está observando.
La teoría moderna de la cosmología se basa en el trabajo de Albert
Einstein, y depende de la asunción del principio cosmológico. El principio se supone, pero nunca ha sido demostrado con observaciones
«más allá de toda duda razonable».
Para dar una idea de la escala, nuestra galaxia, la Vía Láctea, se separa
de su vecina más cercana, la galaxia de Andrómeda, por unos 0,75Megapársecs (Mpc) -el pársec es una unidad de longitud utilizada en
astronomía, paralaje de un segundo de arco o arcosegundo- o 2,5 millones de
años luz.
Grupos enteros de galaxias pueden tener 2-3 Mpc de ancho, pero un LQG puede
tener 200 Mpc o más de diámetro. Basado en el principio cosmológico y la teoría moderna de la cosmología, los cálculos sugieren que los
astrofísicos no deberían ser capaces de encontrar una estructura más grande de
370 Mpc.
Dimensiones
desafiantes
Sin embargo, el grupo recién descubierto tiene una dimensión de 500 Mpc.
Pero debido a que es alargado, su dimensión más larga llega a los 1.200 Mpc (4 millones de años luz), unas 1.600
veces mayor que la distancia de la Vía Láctea a Andrómeda.
«Si bien
es difícil de comprender la magnitud de este LQG, podemos decir sin lugar a
dudas que es la estructura más grande jamás vista en el Universo entero. Esto
es muy emocionante, sobre todo porque va en contra de nuestra comprensión
actual de la escala del Universo», afirma Roger Clowes, responsable del equipo
de investigadores.
«Incluso
viajando a la velocidad de la luz, llevaría 4.000 millones de años luz cruzar
esta estructura. Esto es importante no solo por su tamaño sino también porque
desafía el principio cosmológico, que ha sido ampliamente aceptado desde
Einstein. Nuestro equipo busca más casos similares que añadan más peso a este
reto».
---
DIATRIBA CONTRA EL RUIDO
Por ERNESTO OCHOA | Publicado el 12 de enero de 2013 en EL COLOMBIANO
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/D/diatriba_contra_el_ruido/diatriba_contra_el_ruido.asp?CodSeccion=219
Por ERNESTO OCHOA | Publicado el 12 de enero de 2013 en EL COLOMBIANO
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/D/diatriba_contra_el_ruido/diatriba_contra_el_ruido.asp?CodSeccion=219
Apagada la pólvora decembrina y de fin de año y terminada la pausa
de vacaciones, que de una u otra forma descongestiona la ciudad, Medellín empieza
de nuevo su camino de urbe ruidosa. Hay que estar preparados para revivir la
tortura.
Ahí está el ruido. Taladra, hiere, enferma, entorpece, lleva al borde de la locura. Se alarga, se retrae, se amontona, se arrastra, golpea contra las paredes, se represa, estalla. Estalla dentro de uno. Resquebraja la soledad, el silencio interior, ese último refugio donde uno intenta guarecerse, pero hasta donde el ruido llega, infiltrado, serpenteante.
El ruido busca llenar un vacío interior. Es problema de las almas, no de las máquinas. Una ciudad poblada de ruidos, a toda hora y en todas partes, es algo más que la imagen de una cultura mecanizada. Es el síntoma de la deshumanización de una sociedad que ha perdido los perfiles del espíritu, la exquisita delicadeza de la paz, de la serenidad, del silencio.
Mientras escribo intento aislarme, abstraerme, navegar hacia dentro. No oír, no oír. Es imposible. Por la ventana penetra el ruido sordo, redondo, arrastrado, de la calle. Un ruido viscoso, constante, sin intermitencias, que lo va rodeando a uno y se le pega como una piel. Ruido odioso y hostigante, que sube del asfalto como una bocanada caliente. Ruido infernal, enervante, enloquecedor. Ruido que penetra, que barrena y se hunde en el cerebro hasta el dolor. Duele en los oídos. Duele en la frente. Duele en la sangre. Por todo el cuerpo.
Hemos perdido el sentido de la soledad, la capacidad de silencio. Por eso reina la mediocridad, el descontrol. Detrás del ruido hay algo que se descompone. Un pueblo sin alma, al que, para que no piense, hay que prenderle radios transistores, equipos de sonido, televisores, altoparlantes que invadan el ambiente. Un pueblo de autómatas arrastrados sobre el asfalto para ensordecer la conciencia. Un pueblo cuyos jóvenes aran su desesperanza montados en una estentórea fugacidad.
Las campañas contra el ruido, para que sean efectivas, tienen que ir complementadas, creando en la gente una necesidad espiritual que le ayude a desalojar el ruido y recuperar el silencio. La música, el arte, la lectura, la religiosidad, el placer de la conversación, el sentido del hogar y de la familia. El amor a la naturaleza, al campo. El estudio, la investigación, la capacidad de reflexión interior. Los placeres sencillos de la vida. Pero, por lo general se le hurta el cuerpo a la soledad. Se tiene miedo a encontrarse a solas consigo mismo.
Andamos desparramados, dispersos, volcados hacia fuera. Mejor apague y vámonos. Mañana será otro día. Aunque en esta ciudad del desasosiego, la aurora no amanece, la rastrillan los motores contra el suelo, como un fósforo.
Ahí está el ruido. Taladra, hiere, enferma, entorpece, lleva al borde de la locura. Se alarga, se retrae, se amontona, se arrastra, golpea contra las paredes, se represa, estalla. Estalla dentro de uno. Resquebraja la soledad, el silencio interior, ese último refugio donde uno intenta guarecerse, pero hasta donde el ruido llega, infiltrado, serpenteante.
El ruido busca llenar un vacío interior. Es problema de las almas, no de las máquinas. Una ciudad poblada de ruidos, a toda hora y en todas partes, es algo más que la imagen de una cultura mecanizada. Es el síntoma de la deshumanización de una sociedad que ha perdido los perfiles del espíritu, la exquisita delicadeza de la paz, de la serenidad, del silencio.
Mientras escribo intento aislarme, abstraerme, navegar hacia dentro. No oír, no oír. Es imposible. Por la ventana penetra el ruido sordo, redondo, arrastrado, de la calle. Un ruido viscoso, constante, sin intermitencias, que lo va rodeando a uno y se le pega como una piel. Ruido odioso y hostigante, que sube del asfalto como una bocanada caliente. Ruido infernal, enervante, enloquecedor. Ruido que penetra, que barrena y se hunde en el cerebro hasta el dolor. Duele en los oídos. Duele en la frente. Duele en la sangre. Por todo el cuerpo.
Hemos perdido el sentido de la soledad, la capacidad de silencio. Por eso reina la mediocridad, el descontrol. Detrás del ruido hay algo que se descompone. Un pueblo sin alma, al que, para que no piense, hay que prenderle radios transistores, equipos de sonido, televisores, altoparlantes que invadan el ambiente. Un pueblo de autómatas arrastrados sobre el asfalto para ensordecer la conciencia. Un pueblo cuyos jóvenes aran su desesperanza montados en una estentórea fugacidad.
Las campañas contra el ruido, para que sean efectivas, tienen que ir complementadas, creando en la gente una necesidad espiritual que le ayude a desalojar el ruido y recuperar el silencio. La música, el arte, la lectura, la religiosidad, el placer de la conversación, el sentido del hogar y de la familia. El amor a la naturaleza, al campo. El estudio, la investigación, la capacidad de reflexión interior. Los placeres sencillos de la vida. Pero, por lo general se le hurta el cuerpo a la soledad. Se tiene miedo a encontrarse a solas consigo mismo.
Andamos desparramados, dispersos, volcados hacia fuera. Mejor apague y vámonos. Mañana será otro día. Aunque en esta ciudad del desasosiego, la aurora no amanece, la rastrillan los motores contra el suelo, como un fósforo.
---
LA DICTADURA VENEZOLANA
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/L/la_dictadura_venezolana/la_dictadura_venezolana.asp?CodSeccion=219
Mientras en Venezuela se demuele lentamente el edificio de
una democracia que mucho costó construir, la comunidad internacional calla
frente a la evidente violación de las normas y el modelo político de este país
que han conducido a una grave enfermedad de la democracia venezolana; más
duradera, dañina y contagiosa de la que dicen puede tener su presidente.
Seguir especulando sobre el estado de salud de Chávez es una pérdida de tiempo, lo que importa y debe llamar la atención de la opinión pública internacional es el grave estado de salud de la democracia venezolana y por consiguiente de la supuesta separación de poderes en este país.
El reciente fallo del máximo tribunal de justicia de Venezuela consideró que no era necesaria una nueva toma de posesión del Presidente, rompiendo así el artículo 231 de la Constitución venezolana que indica: "El candidato elegido tomará posesión del cargo de Presidente de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional… Si por cualquier motivo el presidente no puede tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia". Ni lo uno ni lo otro y así, el Tribunal en cuestión interpretó la norma a su manera y conveniencia considerando que la posesión de Chávez no era necesaria, pues "no hubo interrupción en el ejercicio de su cargo". Qué belleza.
Ya sabemos que el régimen venezolano mueve masas utilizando todo tipo de maniobras para aparentar un amplio respaldo popular ante esta clase de arbitrariedades, lo que extraña es el silencio sepulcral de los organismos multilaterales ante el evidente quebranto de la Carta venezolana. Muy buenos estos organismos internacionales para el protocolo, la realización de cumbres y las declaraciones grandilocuentes; muy tímidos para expresarse con claridad y contundencia ante casos realmente importantes como el que hoy vive Venezuela.
El estado de salud del teniente coronel y de cualquier persona, son asuntos propios del Creador y del círculo íntimo familiar, pero el respeto por las leyes sí es asunto de los tribunales, los políticos y también de los organismos multilaterales, ahí no caben falsas prudencias y medias tintas.
Los países y líderes verdaderamente democráticos deberían pronunciarse frente al abuso de las leyes en Venezuela y la lenta demolición de su democracia, en donde los tribunales parecen más oficinas del gobierno que poderes autónomos y controladores del Ejecutivo. La excesiva prudencia y silencio ante la ausencia de Chávez y la violación de la Constitución venezolana terminará haciendo un daño irreversible, pues el mundo entero contempla cómo lentamente se instaura una dictadura en medio de la permisividad y silencio de los países y sus líderes.
Seguir especulando sobre el estado de salud de Chávez es una pérdida de tiempo, lo que importa y debe llamar la atención de la opinión pública internacional es el grave estado de salud de la democracia venezolana y por consiguiente de la supuesta separación de poderes en este país.
El reciente fallo del máximo tribunal de justicia de Venezuela consideró que no era necesaria una nueva toma de posesión del Presidente, rompiendo así el artículo 231 de la Constitución venezolana que indica: "El candidato elegido tomará posesión del cargo de Presidente de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional… Si por cualquier motivo el presidente no puede tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia". Ni lo uno ni lo otro y así, el Tribunal en cuestión interpretó la norma a su manera y conveniencia considerando que la posesión de Chávez no era necesaria, pues "no hubo interrupción en el ejercicio de su cargo". Qué belleza.
Ya sabemos que el régimen venezolano mueve masas utilizando todo tipo de maniobras para aparentar un amplio respaldo popular ante esta clase de arbitrariedades, lo que extraña es el silencio sepulcral de los organismos multilaterales ante el evidente quebranto de la Carta venezolana. Muy buenos estos organismos internacionales para el protocolo, la realización de cumbres y las declaraciones grandilocuentes; muy tímidos para expresarse con claridad y contundencia ante casos realmente importantes como el que hoy vive Venezuela.
El estado de salud del teniente coronel y de cualquier persona, son asuntos propios del Creador y del círculo íntimo familiar, pero el respeto por las leyes sí es asunto de los tribunales, los políticos y también de los organismos multilaterales, ahí no caben falsas prudencias y medias tintas.
Los países y líderes verdaderamente democráticos deberían pronunciarse frente al abuso de las leyes en Venezuela y la lenta demolición de su democracia, en donde los tribunales parecen más oficinas del gobierno que poderes autónomos y controladores del Ejecutivo. La excesiva prudencia y silencio ante la ausencia de Chávez y la violación de la Constitución venezolana terminará haciendo un daño irreversible, pues el mundo entero contempla cómo lentamente se instaura una dictadura en medio de la permisividad y silencio de los países y sus líderes.
----
Dios
puede darnos períodos de transición y tiempos de espera para ayudarnos a
depender de Él y confiar en sus planes.!
Nuestra
vida es una serie de decisiones. Una
alternativa: vivir, bajo la aceptación de la gracia de Dios, una vida entera de
obediencia y gratitud. Aguarda pacientemente en la
dirección de Dios y decide hacer Su voluntad! Pensad hoy en esto!
Dios te bendice!
Espero que hayan disfrutado de
su Contenido, hasta pronto…
La información e imágenes
publicadas en esta revista están extractadas de la Internet, principalmente de
Google, El Colombiano, El Barquero de Eje21, El Tiempo, El Campanario, Juan Paz, CLARIN de
Argentina, EL UNIVERSO de Ecuador, El Informador desde Santa Marta y
demás prensa y a la vez vía email. Si hay algún error o queja, se
puede contactar con nosotros en avizor2012@gamil.com. Además,
los artículos y opiniones que se publican en cada edición, es de responsabilidad exclusiva
de cada articulista y en ninguna forma comprometen el pensamiento editorial del Director de
OJO AVIZOR. NOSOTROS NO PLAGIAMOS LO ÚNICO QUE HACEMOS CON TODO RESPETO, ES
REPRODUCIR LOS COMENTARIOS U ARTÍCULOS QUE POR SU INTERÉS AMERITE
RESALTAR, RECONOCIENDO QUIEN ES EL AUTOR DEL MISMO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario