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Una marcha por la paz que divide
Por SALUD HERNÁNDEZ-MORA -Bogotá, 9
abril 2013
Más
que una espontánea marcha por la paz parecía un combate político entre quienes
fueron aliados y hoy en día son enconados enemigos. Juan Manuel
Santos orquestó una marcha difusa con la que pretendía obtener el
respaldo popular a su proceso de paz y, de paso, a la posible reelección. Para
ello aceptó que las Farc y su Marcha Patriótica lideraran la convocatoria y que
incluso en zonas bajo su influencia, como pude comprobar el fin de semana en
Chocó, financien el viaje de los manifestantes hacia las capitales.
Pero no logró su objetivo porque en Bogotá apenas se concentraron cincuenta mil personas y eso que el alcalde dio el día libre a los funcionarios.
En
la orilla contraria tenía al ex Presidente Álvaro Uribe haciendo
campaña para que la gente no saliera. Para él, la marcha pretendía tanto
legitimar a las Farc como fortalecer las ansias reeleccionistas de Santos. Esta
última razón es la que esgrime el socialista Polo Democrático, decidido
defensor de las negociaciones de La Habana, para que pidieran a los suyos
quedarse en casa. Tampoco les debe entusiasmar que Gustavo Petro,
alcalde de Bogotá y tránsfuga de su partido, fuera uno de los principales
promotores.
Desde mi punto de vista, el peligro de la manifestación, de haber logrado el millón de personas en Bogotá, era otorgar a la guerrilla un poder político del que carecen y que les permitiría negociar en Cuba aún con más fuerza. Así mismo, enviar una imagen equívoca al planeta que podía interpretar que la banda terrorista cuenta con respaldo popular y legitimidad política, y que anhelan la paz tanto como el gobierno o cualquier ciudadano, como si no fueran ellos responsables de la violencia.
Coincidía, además, con otro inteligente movimiento de las Farc: la llegada a Cuba de destacados jefes guerrilleros para integrar el equipo negociador. Solo uno de ellos, Pablo Catatumbo, acumula 52 órdenes de captura por crímenes de lesa humanidad.
Su presencia en la mesa es importante porque representa a uno de los Bloques más sanguinarios lo que deja claro que las Farc no están divididas frente al proceso, como algunos críticos señalaban, y que actúan unidos. Además, por el mero hecho de viajar a Cuba, lavan sus pecados y dan a entender que el compromiso de Catatumbo y las Farc con la paz va en serio.
Saben
que cuenta con el apoyo indirecto del Presidente Santos, sus
ministros y adeptos, que emprendieron un equivocado camino que solo beneficia a
los violentos. Se están dedicando a tildar de “guerreristas y enemigos de la
paz” a cualquier persona que critique el proceso, ya sea periodista, analista,
político o líder social. Incluso les lanza dardos más venenosos que a los
propios terroristas. Y éstos, aprovechando la ocasión, siguen su ejemplo y bajo
el disfraz de convencidos pacifistas, se permiten realizar idénticas
acusaciones. Ahora ese orfeón combinado gobierno-Farc alabará la buena voluntad
de Catatumbo y arrojarán a la hoguera a quienes osen reclamarle por sus
incontables crímenes.
En el fondo, con la marcha, cada cual andaba detrás de su propio objetivo.
Santos, la reelección, pasar a la Historia como el artífice de la paz y, de paso, ganar el Nobel, un galardón que acaricia en sus sueños. Uribe, atajar las aspiraciones de quien fuera su ministro de Defensa, al que considera un traidor, así como conquistar una buena tajada en las próximas elecciones legislativas y situar bien a su candidato presidencial. Las Farc, el sello político que obligue a la comunidad internacional a sacarles de las listas de terroristas, total impunidad para sus jefes y participar en el juego democrático sin necesidad de hacer grandes concesiones.
Después de hoy martes al gobierno le queda nítido su nula capacidad de convocatoria y a las Farc que si no cambian de actitud, el proceso no tendrá respaldo ciudadano.
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Pero no logró su objetivo porque en Bogotá apenas se concentraron cincuenta mil personas y eso que el alcalde dio el día libre a los funcionarios.
Desde mi punto de vista, el peligro de la manifestación, de haber logrado el millón de personas en Bogotá, era otorgar a la guerrilla un poder político del que carecen y que les permitiría negociar en Cuba aún con más fuerza. Así mismo, enviar una imagen equívoca al planeta que podía interpretar que la banda terrorista cuenta con respaldo popular y legitimidad política, y que anhelan la paz tanto como el gobierno o cualquier ciudadano, como si no fueran ellos responsables de la violencia.
Coincidía, además, con otro inteligente movimiento de las Farc: la llegada a Cuba de destacados jefes guerrilleros para integrar el equipo negociador. Solo uno de ellos, Pablo Catatumbo, acumula 52 órdenes de captura por crímenes de lesa humanidad.
Su presencia en la mesa es importante porque representa a uno de los Bloques más sanguinarios lo que deja claro que las Farc no están divididas frente al proceso, como algunos críticos señalaban, y que actúan unidos. Además, por el mero hecho de viajar a Cuba, lavan sus pecados y dan a entender que el compromiso de Catatumbo y las Farc con la paz va en serio.
En el fondo, con la marcha, cada cual andaba detrás de su propio objetivo.
Santos, la reelección, pasar a la Historia como el artífice de la paz y, de paso, ganar el Nobel, un galardón que acaricia en sus sueños. Uribe, atajar las aspiraciones de quien fuera su ministro de Defensa, al que considera un traidor, así como conquistar una buena tajada en las próximas elecciones legislativas y situar bien a su candidato presidencial. Las Farc, el sello político que obligue a la comunidad internacional a sacarles de las listas de terroristas, total impunidad para sus jefes y participar en el juego democrático sin necesidad de hacer grandes concesiones.
Después de hoy martes al gobierno le queda nítido su nula capacidad de convocatoria y a las Farc que si no cambian de actitud, el proceso no tendrá respaldo ciudadano.
¿Quién miente?
Por SALUD HERNÁNDEZ-MORA-Bogotá, 14 de octubre de 2012
“Cada día entiendo menos este proceso.
Pensaba que se trataba de una dura negociación entre dos partes y que una de
ellas representaba a ese 97 por ciento de colombianos que rechazan a las Farc.
Pero empiezo a pensar que es un espectáculo que pretende dar apariencia de
negociación a lo que es una
entrega …
Empecemos por hablar de secuestro.
Puesto que Santos aseguró, durante los primeros meses de su mandato, que un
inamovible para sacar la llave de la paz era liberar a todos los secuestrados,
muchos creímos que lo cumpliría. Pero llegado el momento clave, se puso del
lado de la guerrilla. Dijo con firmeza: “Hay que creerles”, cuando la banda
terrorista aseguró que no tiene un secuestrado. Y pidió a las víctimas que
aporten pruebas, una bofetada que llenó de ira y tristeza a familiares de
cautivos.
Por eso, la Fiscalía convirtió el
plantón de hoy, que organizó Erwin Hoyos y secundó País Libre, en una mascarada
indignante. El viernes, los fiscales de Justicia y Paz afirmaron que sólo hay
un secuestrado en manos de las Farc y que, de todas formas, como para dar
contentillo a los que claman que son muchos, harán un despliegue en la plaza
Simón Bolívar para que familiares de cautivos denuncien sus casos.
¿No será que pretenden difundir la
imagen de mesas vacías, estilo consultas de los partidos, para demostrar al
país y al mundo que eso de que hay secuestrados es una mentira?
Desde ya advierto que será una
concentración esquelética, porque si ya fue un fracaso la marcha que se
organizó después de que las Farc asesinaran a sangre fría a los 4 uniformados
que llevaban 14 años en cautiverio, con más razón hoy solo habrá un puñado de
ciudadanos. La convocatoria apenas ha tenido difusión: es domingo de puente y
los secuestrados -vivos o desaparecidos- se han convertido en molestas
cucarachas que hay que barrer bajo la alfombra.
… sorprende que el Presidente,
Piedad Córdoba y las Farc coincidan a la hora de atacar a País Libre y digan
que sus informes son falsos y esconden intereses ocultos. Hubiera esperado del
mandatario un respeto por los que luchan con las uñas, desde hace 20 años, por
un país mejor sin recurrir a las armas y de la mano de las víctimas.
En cuanto a lo de la Ministra, es de
Ripley. Si asegura que ‘Simón Trinidad’ puede estar en la mesa, verá lo que
demoran en pedir presos en Colombia para ir a tomar ron a Cuba. Otra estúpida
entrega gratuita.
Si el Gobierno se amarrara los
pantalones, evitaría, al menos, la rueda de prensa en Oslo. Ya verán el
lamentable espectáculo de unas Farc vomitando mentiras al mundo, entre ellas,
que las marchas del viernes, organizadas en buena parte por ellos, son
expresión libre e indignada del pueblo libre.
Ojalá el Presidente y los negociadores
hubieran acompañado a víctimas de los paramilitares en su largo recorrido por
conocer la verdad sobre sus familiares secuestrados y desaparecidos, como hizo
País Libre. Entenderían que negar las evidencias no reconcilia”.
----
SALUD HERNANDEZ-MORA
El problema para
firmar una paz con una banda terrorista que niega la evidencia y no está
dispuesta a aceptar el primer crimen es que uno no sabe qué firma.
“Una
cosa es lo que las Farc dicen en público como parte de su plataforma (…) y otra
cosa es lo que se habla en la mesa”, dijo Humberto de la Calle después de la
última ronda de conversaciones. Se refería, claro está, a las declaraciones que
hacen los de las Farc antes de iniciar cada jornada de diálogos y que parecen
diseñadas para agitar la bilis colectiva. De ahí mis preguntas.
Señor De la Calle,
con el mayor respeto, ¿a qué Farc les creemos, con cuál nos quedamos? ¿Con los
que hablan con ustedes, a puerta cerrada, como príncipes encantados? ¿Con la
mano de patanes, arrogantes y cínicos que se pasan la vida provocando a los
colombianos en sus comparecencias públicas en La Habana? ¿O con los que
conocemos aquí a diario, los que matan, secuestran, torturan, reclutan niños,
violan niñas, extorsionan?
Porque a mí me dio la
impresión de que trató a sus compatriotas con cierto tono despectivo y aire
paternalista, como si no poseyeran la sabiduría, reservada a ustedes, para
discernir entre la actuación carnavalesca de ‘Márquez’ y compañía dirigida a la
masa ciudadana, y la grandeza de los planteamientos y discusiones que solo los
elegidos presencian en la intimidad de la mesa.
Como no he sido
privilegiada con su don, yo solo veo a las Farc del cinismo, la mentira y las
bombas. A esa guerrilla consciente de que conquistaron su espacio político en
Cuba con el lenguaje de las balas y que es la violencia el mejor argumento para
conservarlo; a las Farc que destruyen un internado rural porque no quieren que
el progreso les robe campesinos; a las que asesinaron a los tres niños awás en
represalia por la negativa de esa etnia a apoyarlas en su negocio del
narcotráfico en Nariño; a las que siguen ocultando a los secuestrados
extorsivos; a las que lanzaron una granada al grupo de lugareños que apagaban
un incendio en Miraflores porque lo importante es asesinar a un policía así
también muera un menor y queden heridos graves varios campesinos; a las que
obligan a punta de fusil y amenazas a participar en la Marcha Patriótica puesto
que no renuncian a la combinación de las formas de lucha, y a las que repiten
hasta el cansancio que las únicas víctimas son ellos, que jamás causaron
sufrimiento a un solo colombiano.
El problema
para firmar una paz con una banda terrorista que niega la evidencia y no está
dispuesta a aceptar el primer crimen es que uno no sabe qué firma. Por eso
sería ridículo pensar siquiera en la posibilidad de un cese del fuego
bilateral. A las Fuerzas Militares se las puede acuartelar, pero es imposible detener
la guerra pútrida de las Farc, máxime cuando no están dispuestas a confesar sus
acciones.
Lo de ellos son
extorsiones, secuestros, amenazas, destierros, minas antipersonas, asesinatos
incluso pagando sicarios, narcotráfico en alianza con ‘los Rastrojos’ y
‘Urabeños’, entre otras modalidades. Supervisar que dejen de hacer todo eso,
máxime cuando mienten de manera recurrente y el propio Gobierno las cubre,
sería dejar a los civiles a la intemperie, en especial a los que habitan las
regiones donde las Farc son más fuertes. Y supondría concederles por la puerta
de atrás estatus de fuerza beligerante cuando ya solo son terrorismo mafioso
descarnado.
NOTA 1. Las fotos de
‘Iván Márquez’ en una Harley-Davidson en Venezuela, donde residía en calidad de
huésped distinguido del chavismo, muestra a una oligarquía fariana acostumbrada
a vivir rico con la plata robada. Es decir, perfiles sobornables, pero a precio
elevado. No se transarán por un taxi.
NOTA 2.
Vergonzosa la actitud de los medios persiguiendo la caravana del CICR. Con una
mano damos palo al circo de Farc y Piedad, al abuso del dolor de los cautivos,
y con otra lo alimentamos.
SALUD HERNANDEZ-MORA
El problema para
firmar una paz con una banda terrorista que niega la evidencia y no está
dispuesta a aceptar el primer crimen es que uno no sabe qué firma.
“Una
cosa es lo que las Farc dicen en público como parte de su plataforma (…) y otra
cosa es lo que se habla en la mesa”, dijo Humberto de la Calle después de la
última ronda de conversaciones. Se refería, claro está, a las declaraciones que
hacen los de las Farc antes de iniciar cada jornada de diálogos y que parecen
diseñadas para agitar la bilis colectiva. De ahí mis preguntas.
Señor De la Calle,
con el mayor respeto, ¿a qué Farc les creemos, con cuál nos quedamos? ¿Con los
que hablan con ustedes, a puerta cerrada, como príncipes encantados? ¿Con la
mano de patanes, arrogantes y cínicos que se pasan la vida provocando a los
colombianos en sus comparecencias públicas en La Habana? ¿O con los que
conocemos aquí a diario, los que matan, secuestran, torturan, reclutan niños,
violan niñas, extorsionan?
Porque a mí me dio la
impresión de que trató a sus compatriotas con cierto tono despectivo y aire
paternalista, como si no poseyeran la sabiduría, reservada a ustedes, para
discernir entre la actuación carnavalesca de ‘Márquez’ y compañía dirigida a la
masa ciudadana, y la grandeza de los planteamientos y discusiones que solo los
elegidos presencian en la intimidad de la mesa.
Como no he sido
privilegiada con su don, yo solo veo a las Farc del cinismo, la mentira y las
bombas. A esa guerrilla consciente de que conquistaron su espacio político en
Cuba con el lenguaje de las balas y que es la violencia el mejor argumento para
conservarlo; a las Farc que destruyen un internado rural porque no quieren que
el progreso les robe campesinos; a las que asesinaron a los tres niños awás en
represalia por la negativa de esa etnia a apoyarlas en su negocio del
narcotráfico en Nariño; a las que siguen ocultando a los secuestrados
extorsivos; a las que lanzaron una granada al grupo de lugareños que apagaban
un incendio en Miraflores porque lo importante es asesinar a un policía así
también muera un menor y queden heridos graves varios campesinos; a las que
obligan a punta de fusil y amenazas a participar en la Marcha Patriótica puesto
que no renuncian a la combinación de las formas de lucha, y a las que repiten
hasta el cansancio que las únicas víctimas son ellos, que jamás causaron
sufrimiento a un solo colombiano.
NOTA 1. Las fotos de
‘Iván Márquez’ en una Harley-Davidson en Venezuela, donde residía en calidad de
huésped distinguido del chavismo, muestra a una oligarquía fariana acostumbrada
a vivir rico con la plata robada. Es decir, perfiles sobornables, pero a precio
elevado. No se transarán por un taxi.
NOTA 2.
Vergonzosa la actitud de los medios persiguiendo la caravana del CICR. Con una
mano damos palo al circo de Farc y Piedad, al abuso del dolor de los cautivos,
y con otra lo alimentamos.
Se ve, exsenadora,
que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen empeñadas en
combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
No
es por sabotear el proceso, que diría el Gobierno, aficionado como el anterior
a estigmatizar a sus críticos, y eso que posan de tolerantes. Pero, lamento
contradecirla, la Marcha Patriótica es de las Farc.
El
domingo estaba en Bojayá (Chocó) y vi salir 12 pangas hacia Turbo. El día
anterior, la guerrilla pagó 4 millones por cada una a sus propietarios, un
precio justo porque el combustible allá es costoso, son seis horas de trayecto
y los lancheros debían esperar hasta el miércoles para regresar a los pasajeros
–unos 20 por embarcación–. En Turbo los esperaban buses que los llevarían a
Bogotá. De ahí que muchos arribaran de madrugada y se concentraran temprano en
la plaza de Bolívar.
Llegaron
pronto no por enorme afán de paz, sino porque la guerrilla no pagaba
alojamiento, solo transporte y comida. En la Marcha anterior, muchos se
quejaron porque les incumplieron con la comida y pasaron hambre.
El
sábado había estado en unas veredas de Bojayá (haciendo una crónica para SoHo)
y me dijeron que se apuntaron empujados por las Farc y para conocer Bogotá.
Como
usted bien sabe, Jesús Médicis Leudo, veterano periodista de Quibdó, está preso
porque confesó pertenecer a la red de apoyo del Bloque Noroccidental y recibir
del comandante ‘Rubín Morro’ 72 millones de pesos para conformar la Marcha
Patriótica en la región y pagar sus actividades.
En
un correo de ‘Rubín Morro’ a ‘Iván Márquez’, comenta que el periodista “hace
rato viene haciendo un trabajo con nosotros” y que sus primeras tareas fueron
enviar manifestantes a Bogotá y buscar cuadros para Marcha Patriótica. En la
misiva también informa de los actos terroristas cometidos, tales como quemar un
bus de la empresa Occidental y asesinar al conductor. Lo mataron, escribe,
porque “fue la única forma para que nos siguieran pagando el impuesto, 60
millones semestral”.
Se
ve, exsenadora, que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen
empeñadas en combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
Además, me parece impresentable que el Presidente alcahuete el uso de dineros
manchados de sangre para actos políticos.
Pero
le tengo más datos de la marcha del 9. ‘Bigotes’, del frente 37, entregó 400
raciones de comida y coordinó con milicianos la ida de campesinos. ‘Arnoldo’,
del frente 45, ordenó a sus hombres hablar con presidentes de juntas de acción
comunal para que contribuyeran mandando labriegos, igual que hizo ‘Iván’, del
frente 10, y los del sexto, por citar solo unos.
No
digo que los manifestantes sean guerrilleros; muy al contrario, quienes
vinieron de lejos fueron forzados y los citadinos salieron por creer de buena
fe en este proceso. Por eso encuentro más repudiable lo que las Farc hicieron.
Por cierto, este jueves la Jacobo Arenas, por orden de ‘Jaime Barragán’,
secuestró al comerciante William Francisco Villamil en Santander de Quilichao
(Cauca), y lo sacaron por los lados de San Pedro hacia Jambaló. En su huida
asesinaron al joven patrullero Reina. Claro que dirán que invento para tirarle
piedras al proceso.
En
lo que coincido con usted es en que los militares están cansados del
Presidente, por lo que consideran son traiciones como la del otro día en La
Macarena. Cuentan que los animó a “neutralizar” a ‘Catatumbo’, Carlos Antonio
Lozada, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez, entre otros. Imagine la ira cuando días
más tarde descubrieron que el primero estaba en Cuba y algunos de los otros,
alistando viaje. Los ruidos de sables no son para tumbarlo, las FF. MM.
respetan y defienden la democracia, esto no es la Venezuela chavista, pero creo
que se prepara algo.
-----
Francisco Santos anuncia que vendrán más vallas
polémicas
Se ve, exsenadora,
que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen empeñadas en
combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
No
es por sabotear el proceso, que diría el Gobierno, aficionado como el anterior
a estigmatizar a sus críticos, y eso que posan de tolerantes. Pero, lamento
contradecirla, la Marcha Patriótica es de las Farc.
El
domingo estaba en Bojayá (Chocó) y vi salir 12 pangas hacia Turbo. El día
anterior, la guerrilla pagó 4 millones por cada una a sus propietarios, un
precio justo porque el combustible allá es costoso, son seis horas de trayecto
y los lancheros debían esperar hasta el miércoles para regresar a los pasajeros
–unos 20 por embarcación–. En Turbo los esperaban buses que los llevarían a
Bogotá. De ahí que muchos arribaran de madrugada y se concentraran temprano en
la plaza de Bolívar.
Llegaron
pronto no por enorme afán de paz, sino porque la guerrilla no pagaba
alojamiento, solo transporte y comida. En la Marcha anterior, muchos se
quejaron porque les incumplieron con la comida y pasaron hambre.
El
sábado había estado en unas veredas de Bojayá (haciendo una crónica para SoHo)
y me dijeron que se apuntaron empujados por las Farc y para conocer Bogotá.
Como
usted bien sabe, Jesús Médicis Leudo, veterano periodista de Quibdó, está preso
porque confesó pertenecer a la red de apoyo del Bloque Noroccidental y recibir
del comandante ‘Rubín Morro’ 72 millones de pesos para conformar la Marcha
Patriótica en la región y pagar sus actividades.
En
un correo de ‘Rubín Morro’ a ‘Iván Márquez’, comenta que el periodista “hace
rato viene haciendo un trabajo con nosotros” y que sus primeras tareas fueron
enviar manifestantes a Bogotá y buscar cuadros para Marcha Patriótica. En la
misiva también informa de los actos terroristas cometidos, tales como quemar un
bus de la empresa Occidental y asesinar al conductor. Lo mataron, escribe,
porque “fue la única forma para que nos siguieran pagando el impuesto, 60
millones semestral”.
Se
ve, exsenadora, que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen
empeñadas en combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
Además, me parece impresentable que el Presidente alcahuete el uso de dineros
manchados de sangre para actos políticos.
Pero
le tengo más datos de la marcha del 9. ‘Bigotes’, del frente 37, entregó 400
raciones de comida y coordinó con milicianos la ida de campesinos. ‘Arnoldo’,
del frente 45, ordenó a sus hombres hablar con presidentes de juntas de acción
comunal para que contribuyeran mandando labriegos, igual que hizo ‘Iván’, del
frente 10, y los del sexto, por citar solo unos.
No
digo que los manifestantes sean guerrilleros; muy al contrario, quienes
vinieron de lejos fueron forzados y los citadinos salieron por creer de buena
fe en este proceso. Por eso encuentro más repudiable lo que las Farc hicieron.
Por cierto, este jueves la Jacobo Arenas, por orden de ‘Jaime Barragán’,
secuestró al comerciante William Francisco Villamil en Santander de Quilichao
(Cauca), y lo sacaron por los lados de San Pedro hacia Jambaló. En su huida
asesinaron al joven patrullero Reina. Claro que dirán que invento para tirarle
piedras al proceso.
En
lo que coincido con usted es en que los militares están cansados del
Presidente, por lo que consideran son traiciones como la del otro día en La
Macarena. Cuentan que los animó a “neutralizar” a ‘Catatumbo’, Carlos Antonio
Lozada, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez, entre otros. Imagine la ira cuando días
más tarde descubrieron que el primero estaba en Cuba y algunos de los otros,
alistando viaje. Los ruidos de sables no son para tumbarlo, las FF. MM.
respetan y defienden la democracia, esto no es la Venezuela chavista, pero creo
que se prepara algo.
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Se ve, exsenadora,
que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen empeñadas en
combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
No
es por sabotear el proceso, que diría el Gobierno, aficionado como el anterior
a estigmatizar a sus críticos, y eso que posan de tolerantes. Pero, lamento
contradecirla, la Marcha Patriótica es de las Farc.
El
domingo estaba en Bojayá (Chocó) y vi salir 12 pangas hacia Turbo. El día
anterior, la guerrilla pagó 4 millones por cada una a sus propietarios, un
precio justo porque el combustible allá es costoso, son seis horas de trayecto
y los lancheros debían esperar hasta el miércoles para regresar a los pasajeros
–unos 20 por embarcación–. En Turbo los esperaban buses que los llevarían a
Bogotá. De ahí que muchos arribaran de madrugada y se concentraran temprano en
la plaza de Bolívar.
Llegaron
pronto no por enorme afán de paz, sino porque la guerrilla no pagaba
alojamiento, solo transporte y comida. En la Marcha anterior, muchos se
quejaron porque les incumplieron con la comida y pasaron hambre.
El
sábado había estado en unas veredas de Bojayá (haciendo una crónica para SoHo)
y me dijeron que se apuntaron empujados por las Farc y para conocer Bogotá.
Como
usted bien sabe, Jesús Médicis Leudo, veterano periodista de Quibdó, está preso
porque confesó pertenecer a la red de apoyo del Bloque Noroccidental y recibir
del comandante ‘Rubín Morro’ 72 millones de pesos para conformar la Marcha
Patriótica en la región y pagar sus actividades.
En
un correo de ‘Rubín Morro’ a ‘Iván Márquez’, comenta que el periodista “hace
rato viene haciendo un trabajo con nosotros” y que sus primeras tareas fueron
enviar manifestantes a Bogotá y buscar cuadros para Marcha Patriótica. En la
misiva también informa de los actos terroristas cometidos, tales como quemar un
bus de la empresa Occidental y asesinar al conductor. Lo mataron, escribe,
porque “fue la única forma para que nos siguieran pagando el impuesto, 60
millones semestral”.
Se
ve, exsenadora, que sus amigos no aprendieron nada del pasado. Las Farc siguen
empeñadas en combinar las formas de lucha y eso tuvo consecuencias dramáticas.
Además, me parece impresentable que el Presidente alcahuete el uso de dineros
manchados de sangre para actos políticos.
Pero
le tengo más datos de la marcha del 9. ‘Bigotes’, del frente 37, entregó 400
raciones de comida y coordinó con milicianos la ida de campesinos. ‘Arnoldo’,
del frente 45, ordenó a sus hombres hablar con presidentes de juntas de acción
comunal para que contribuyeran mandando labriegos, igual que hizo ‘Iván’, del
frente 10, y los del sexto, por citar solo unos.
No
digo que los manifestantes sean guerrilleros; muy al contrario, quienes
vinieron de lejos fueron forzados y los citadinos salieron por creer de buena
fe en este proceso. Por eso encuentro más repudiable lo que las Farc hicieron.
Por cierto, este jueves la Jacobo Arenas, por orden de ‘Jaime Barragán’, secuestró al comerciante William Francisco Villamil en Santander de Quilichao (Cauca), y lo sacaron por los lados de San Pedro hacia Jambaló. En su huida asesinaron al joven patrullero Reina. Claro que dirán que invento para tirarle piedras al proceso.
En
lo que coincido con usted es en que los militares están cansados del
Presidente, por lo que consideran son traiciones como la del otro día en La
Macarena. Cuentan que los animó a “neutralizar” a ‘Catatumbo’, Carlos Antonio
Lozada, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez, entre otros. Imagine la ira cuando días
más tarde descubrieron que el primero estaba en Cuba y algunos de los otros,
alistando viaje. Los ruidos de sables no son para tumbarlo, las FF. MM.
respetan y defienden la democracia, esto no es la Venezuela chavista, pero creo
que se prepara algo.
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Francisco Santos anuncia que vendrán más vallas polémicas
"Yo fui víctima de las Farc y de Pablo Escobar. Yo no voy a permitir que
las víctimas de las Farc las maltraten y las dejen aisladas y que no cuenten en
el proceso de paz"
El ex
vicepresidente Francisco Santos anunció que
instalará más vallas como la que generó polémica por comparar al guerrillero de
las Farc, Iván Márquez con el extinto narcotraficante
Pablo Escobar, y en la que se lee 'Quién ha matado más policías'…
Según el precandidato presidencial del Centro Democrático, 'hay que visibilizar
a las víctimas de las Farc'…
'Estas vallas, que son las primeras de muchas, tienen que ver es con visibilizar a las víctimas. Yo fui víctima de las Farc y de Pablo Escobar. Yo no voy a permitir que las víctimas de las Farc las maltraten y las dejen aisladas y que no cuenten en el proceso de paz', señaló Santos.
Santos señaló que las Farc deben pedirle perdón a las víctimas, y dijo que sus vallas nada tienen que ver con política.
'A mi me plantean que es un tema de campaña, y no. Yo simplemente he marchado por las víctimas. Entonces a mí no me vengan a hablar de que estamos utilizando el dolor de las víctimas. No, yo conozco y he trabajado con las víctimas que nadie quiere ver'.
El vicepresidente de la administración de Álvaro Uribe afirmó que el Gobierno y las Farc deben 'darle voz' a las personas que han sufrido el dolor que la guerra de las Farc han impuesto en Colombia.
'Estas vallas, que son las primeras de muchas, tienen que ver es con visibilizar a las víctimas. Yo fui víctima de las Farc y de Pablo Escobar. Yo no voy a permitir que las víctimas de las Farc las maltraten y las dejen aisladas y que no cuenten en el proceso de paz', señaló Santos.
Santos señaló que las Farc deben pedirle perdón a las víctimas, y dijo que sus vallas nada tienen que ver con política.
'A mi me plantean que es un tema de campaña, y no. Yo simplemente he marchado por las víctimas. Entonces a mí no me vengan a hablar de que estamos utilizando el dolor de las víctimas. No, yo conozco y he trabajado con las víctimas que nadie quiere ver'.
El vicepresidente de la administración de Álvaro Uribe afirmó que el Gobierno y las Farc deben 'darle voz' a las personas que han sufrido el dolor que la guerra de las Farc han impuesto en Colombia.
Espero que hayan disfrutado de su Contenido, hasta pronto…
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CAMPANARIO, LA BARCA DE CALDERÓN, EL
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