martes, 23 de abril de 2013

NÚMERO 120  ABRIL  23  DE  2013  MARTES
Director
Bernardo A. Rendon  Restrepo
bernal.rendon@hotmail.com

Editora y Asesora
Alba Hoyos Botero 
Alhobo2011@hotmail.com 

Enlaces
myberose@hotmail.com 
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LA BARCA.
¡!Qué coincidencia!! 

El 22 de febrero de 2004 el actual presidente Juan Manuel Santos abordaba en El Tiempo su preocupación de demócrata con lo que sucedía electoralmente en Venezuela.

Cualquier parecido con lo que pasa ahora en el patio vecino puede ser una mera coincidencia, como reza la advertencia que los directores le cuelgan a las películas en las que se manejan temas dignos de agarrar con pinzas. 

Vislumbraba guerra
Comentaba el columnista Santos Calderón hace nueve años: “Venezuela va camino de una despiadada dictadura o hacia una guerra civil. Y a casi nadie parece importarle o darse por enterado. Los últimos hechos así lo confirman y las consecuencias para América Latina, pero sobre todo para nosotros, los colombianos, serán funestas”. 

El control chavista 
Iba más allá y se metía en las profundidades del fraude electoral venezolano: "No es sino hacer un breve recuento de las recientes movidas  para darse plena cuenta de sus verdaderas intenciones.  Su estrategia de denunciar un mega-fraude para darle piso a la cantidad de triquiñuelas que las autoridades electorales (controladas por Chávez) han utilizado con el fin de ponerles conejo a los 3,5 millones de firmantes, está funcionando ante los ojos (¿impotentes?) de la OEA y el Centro Carter”. 


Demoraban resultados
Otra denuncia de Santos del 2004: “La fecha para dar los supuestos resultados se ha venido corriendo tramposamente. Entre la convocatoria y el referéndum tienen que pasar 90 días. Lo ideal para el gobierno es entonces demorar los resultados.  Si el Consejo Electoral no resiste las presiones y convoca el referéndum, de inmediato apelaría al Tribunal Supremo, que por supuesto está a sus enteras órdenes. !Cómo es de rico jugar a la democracia con cartas marcadas y árbitros de bolsillo”....Como ahora lo hace 9 años despues  Tibisay Lucena Ramirez  rectora del Consejo Electoral Venezolano  a quien llegaron a confundir con una Inspectora colombiana  de rifas juegos y espectaculos.

La Influencia cubana
Se ocupaba, asimismo, de la influencia castrista: “El régimen de Chávez no ha escatimado esfuerzos para afianzar su revolución bolivariana y cerrarles cada vez más espacios a la oposición y a la democracia. Las Fuerzas Armadas se encuentran totalmente descuartizadas. Se sabe que por lo menos ocho mil ya han sido entrenados en Cuba Como contraprestación, Fidel hoy recibe más petróleo y más recursos que durante las mejores épocas de la Unión Soviética. Todo este plan, además, parece calcado de lo que Fidel hizo con Cuba en su momento”. 

El papelón de la  OEA

En su artículo, el líder de “Buen gobierno” extendía sus críticas a otros países del área: "Como Alberto Garrido ha denunciado,  Chávez se está dando el lujo   de aupar a los cocaleros de Bolivia, a los piqueteros de Argentina, a los Sin Tierra de Brasil, al Movimiento Indígena Pachacutik del Ecuador y por supuesto, como ya se sabe, a la guerrilla colombiana. ¿En qué queda la Carta de la OEA? Dónde está la solidaridad democrática? Semejante indiferencia, ceguera o imbecilidad puede resultar cómplice de una catástrofe política y social de enormes magnitudes. Las primeras víctimas serán los propios venezolanos. Las segundas, sus vecinos: nosotros los colombianos”.
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Por Víctor Zuluaga Gómez
victor zuluaga
Cómo no calificar de milagro que el señor Maduro llegue a la presidencia de Venezuela, cuando ha demostrado hasta la saciedad que no es precisamente la persona capaz de sacar a ese país del atolladero en que se encuentra.
Un candidato que se comunica con fallecido presidente Chávez por medio de pajaritos y cuyo discurso se centra exclusivamente en hablar de Chávez como un héroe en olor a santidad, el que haya triunfado en las pasadas elecciones no puede ser calificado sino como un milagro que ha hecho Chávez.

Porque podemos decir que el candidato Capriles tampoco tenía un discurso serio y quedó enredado en unos discursos contestararios, y quizás ello pudo haber influido en cierta medida para que se diera el triunfo de Maduro. Creo que los dos mostraron una gran inmadurez en sus discursos.


Luego de las últimas elecciones en las cuales salió triunfante Chávez, decía yo que el proyecto “chavista” iba perdiendo consistencia poco a poco y presagiaba que para las próximas elecciones, si estuviera Chávez, seguramente saldría derrotado. Pero la muerte prematura del “Comandante”, a no dudarlo, vino a darle una fuerza inusitada al candidato chavista, puesto que ha sido ya elevado a los altares como “héroe”, “salvador” y “santo” y eso es obvio que le dio a Maduro toda la fuerza necesaria para no haber sido derrotado por Capriles. 

Y aquí es donde se puede observar la irracionalidad de la política: mientras se habla de ideario, de doctrina, lo cierto es que en su momento, es un líder el que acapara toda la atención de los simpatizantes, a tal punto que no importa que en sus discursos o en sus acciones se puedan ver claramente ideas que permitan avizorar un cambio positivo en un determinado conglomerado. Porque a Venezuela ingresan millones de dólares como resultado de su exportación petrolera y son los millones de dólares con los cuales entrega subsidios, apoya a los países amigos, pero mientras eso sucede los artículos de primera necesidad escasean, la inflación hace que los salarios queden reducidos a la mínima expresión y la violencia común arrecia.

Es apenas lógico que en esas circunstancias, una baja sensible en los precios del petróleo dejarán a Venezuela en un estado de postración inimaginable, porque el problema no es hablar de revolución, entendida ésta como la entrega de subsidios a los más necesitados, sino a la búsqueda de condiciones de desarrollo que le permitan a Venezuela diversificar su producción agrícola e industrial. Lo demás es un vulgar populismo.

Y es bueno que Colombia, pero especialmente los departamentos que han vivido en gran medida del café, comiencen a tomar conciencia de que ha llegado el momento de conjugar el verbo “diversificar” porque hemos quedado  advertidos de que el siglo de oro del café ya pasó.
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Confusión marcó inicio de metroplús por la Oriental
El Metro anunció que rodaría, pero la Alcaldía dijo que no era así. Temprano, ciudadanos quedaron varados esperando el servicio.

Confusión marcó inicio de metroplús por la Oriental

En la Oriental los intervalos de los buses serán de 6 minutos en horas pico y 10 en el resto. FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ OCAMPO

Estaba programada para ayer, y empezó ayer. Pero... después de tremenda confusión que, en pleno Día sin carro, hizo que varios ciudadanos se quedaran, como dice la canción, esperando el bus. Hablamos de la operación comercial de metroplús por el corredor de la avenida Oriental.

El Metro había anunciado la semana pasada que la línea dos de buses prestaría servicio ayer, luego de que el alcalde, Aníbal Gaviria, la inaugurara. Sin embargo, temprano, la Alcaldía, en un comunicado, expresó: "Con el propósito de lograr una óptima prestación del servicio, metroplús continuará los próximos días desarrollando pruebas en la pretroncal de la Oriental y por lo tanto la operación comercial, que estaba prevista para iniciar hoy lunes, se posterga por unos días. Desde la semana pasada se realizan ajustes de semaforización y vías, lo que permitirá un mejor funcionamiento".

El vicealcalde de Movilidad, Javier Hurtado, dijo: "Es una operación en conjunto y tuvimos una falla logística en no informar oportunamente a través de un comunicado de prensa; esperamos iniciar la operación miércoles o jueves, mientras hacemos ajustes".

Los usuarios preguntaban por los buses y supusieron que no habría servicio. La sorpresa nos la llevamos a las 10:48 a.m., cuando al paradero San José, sentido norte sur, llegó uno de los vehículos. Lo abordamos y pagamos con la Cívica. Contaba con guías, lo que el Metro llama operación instructiva con usuario final. Alexánder Holguín iba para su casa, en Manrique, y dijo que el servicio le será útil.

El resto del día siguieron en marcha los 20 padrones (para 90 pasajeros) que componen la flota. Y hoy, según informó el Metro, vuelven a rodar a las 4:30 a.m. ¡Ah…, y el alcalde no lo ha inaugurado.

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¿CÓMO FUNCIONA?

SOLO SE PUEDE USAR CON LA CÍVICA

Los horarios de esta ruta serán los mismos del resto del sistema: de lunes a sábado, de 4:30 a.m. a 11:00 p.m., y domingos y festivos, de 5:00 a.m. a 10:00 p.m. Solo se puede usar con tarjeta Cívica (el pasaje cuesta $1.550). Como la línea uno, también recorre entre la U. de M. y Aranjuez, pero se desvía en Industriales, toma la av. El Poblado, la Oriental y Bolívar, para llegar a Hospital.
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Los falsos rojos
http://elpais.com/elpais/2013/04/22/opinion/1366631674_856207.html

Nicolás Maduro y su entorno han reaccionado con torpeza tras su exigua victoria en las elecciones de Venezuela. Han iniciado una caza de brujas para detectar a aquellos de los suyos que votaron a la oposición
 CRISTINA MARCANO 23 ABR 2013 - 00:01 CET –Publicado en Abril 23-2013 Martes en EL PAIS de España

Por pura casualidad la tarde del lunes 15 de abril presencié en primera fila la escena que dio inicio a las protestas de la oposición en demanda de la revisión de los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela. El tránsito en Caracas era milagrosamente fluido y el ambiente tranquilo pero demasiado sombrío para el trópico. Poca gente y escasos coches en las calles como si el domingo hubiera sido prorrogado.
De pronto, faltando apenas minutos para la proclamación presidencial de Nicolás Maduro, estalló la acción. Unos 30 militares, felinamente agazapados tras unos arbustos, echaron a correr al tiempo que decenas de jóvenes aparecían gritando consignas y agitando banderas por la ancha avenida hacia la que se dirigía el taxi.
Nada extraordinario en la capital venezolana, a no ser por un detalle que llamó mi atención y la del conductor. Habiendo podido impedir que la multitud tomara la principal autopista de la ciudad, con un par de bombas lacrimógenas como acostumbran, los soldados los dejaron hacer y permanecieron alineados al borde, tan solo mirando.
Me pregunté si esperaban órdenes de sus superiores para actuar o una reprimenda. ¿Habrían votado disciplinadamente por Maduro o la mitad de ellos lo habría hecho por su rival, Henrique Capriles? ¿Obedecía esa inusual permisividad a que eran traidores o infiltrados, como cataloga el Gobierno a quienes comen de su mano y votan por la oposición?
Esa misma interrogante, aplicada a un universo de 19 millones de electores, mortifica desde entonces a un Gobierno sorprendido por el aluvión de votos que recibió la oposición, a un presidente inseguro y errático. Sorprendido por cifras difíciles de digerir y aturdido con las cacerolas, que retumbaron hasta en las barriadas pobres. Ilegítimo para millones y bajo sospecha internacional hasta que se demuestre lo contrario.
Lo que iba a ser una gran fiesta para el candidato oficial, confiado en alzarse con un mínimo de ocho puntos de ventaja, terminó siendo un baño de agua helada. Lo que se preveía como una luz verde para la aplanadora chavista y la radicalización de su proyecto político no ha sido más que una exigua victoria con sabor a descalabro.
El hechizo de Chávez no funciona igual desde el más allá. Aunque se invoque su memoria, el carisma no es hereditario. Incluso dando por buenas las cifras que las autoridades electorales aceptaron revisar tras cuatro días de protestas, la realidad es que el equilibrio de fuerzas ha cambiado y la hegemonía chavista en las votaciones ya no es tal.
El hechizo de Hugo Chávez no funciona igual desde el más allá; el carisma no es hereditario
Con la desaparición del caudillo se esfumaron miles de votos, disparando una tendencia que se observa desde 2006, aunque no a semejante velocidad. Desde su reelección en octubre pasado, sus discípulos dilapidaron más de 100.000 votos mensuales.
Políticamente, el país es una naranja cortada a la mitad con precisión, aunque sin balance alguno. Maduro lleva el revés tatuado en el ceño, pero actúa con la misma prepotencia de antes, como si su piso político hubiera quedado intacto. El Gobierno sabe, amargamente, que su ventaja se desplomó de 11 a menos de dos puntos en seis meses mientras que la oposición creció cinco.
Pero antes que reflexionar a fondo sobre las causas, hay quienes, atemorizados por la posibilidad real de perder el poder, buscan conjurar los fantasmas con el simplismo de la depuración ideológica.
Ante el campanazo de los venezolanos, Maduro y compañía han reaccionado torpemente. De manera paranoica y autoritaria. Y, desde hace una semana, propician una cacería de brujas en la Administración pública para detectar a los “falsos rojos”, como algunos denominan a quienes ejercen sus derechos constitucionales.
Ha habido reportes de revisión de los teléfonos de agentes policiales y del cateo de escritorios en ministerios en busca de algún rastro de libertad de pensamiento; de despidos y amenazas a empleados públicos, de arresto a militares presuntamente cercanos a la oposición, y surgió una cuenta en Twitter —@cerotraidores— con mensajes como el siguiente: “Esta señorita de la foto trabaja en Petropiar Anzoátegui PDVSA y apoya libremente a Capriles”.
Si ese es el camino escogido por Maduro, su Gobierno tiene un arduo e inútil trabajo, que hará más ineficiente una burocracia donde la fidelidad política está por encima del profesionalismo. Salvo contadas excepciones de quienes se niegan a disfrazarse, no podrá identificar a los casi 700.000 “falsos rojos” que le arruinaron la celebración. Y si algún pajarito se lo pudiera decir, esos votos no volverán.
Formados en la escuela de polarización de Chávez, sus pupilos no conciben otra manera de relacionarse con la oposición, y sus líderes, que la amenaza y la satanización. Soplan otros vientos, pero siguen anclados a esa dinámica. Y asoman el rostro de lo que va siendo el chavismo sin Chávez: más de lo mismo, pero sin su liderazgo carismático y su olfato político, con la tentación de compensar la debilidad con el uso de la fuerza.
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Henrique Capriles ha salido fortalecido como líder, ganándose el respeto de la masa opositora
Maduro tuvo un agrio estreno. En lugar de exponer sus planes, repartió amenazas a diestra y siniestra. Prohibió una manifestación, censuró a dos televisoras por transmitir en vivo una rueda de prensa de Capriles —“defínanse con quién están, ¿con la patria o con el fascismo?”— y acusó a la oposición de desmanes que nunca ocurrieron como el incendio de centros de salud, desmentido con pruebas por la prensa y ONG. Innecesaria su advertencia de que gobernará con “mano dura”.
En medio del desconcierto y las críticas en sus filas, el sucesor ruge con mirada asustadiza y apela al viejo guion de los planes diabólicos de la burguesía para reanimar a sus seguidores sin mayor éxito. No ha sido una reacción aislada. Las damas rojas que presiden la fiscalía, la Defensoría del Pueblo y el Tribunal Supremo lo han respaldado, como cabía esperar, y adelantaron la posibilidad de enjuiciar a Capriles y miembros de su comando por instigación a la violencia y rebelión.
En esta coreografía del poder destacó notablemente el exmilitar Diosdado Cabello, jefe de la Asamblea Nacional, quien mostró su talante al negar la palabra a los diputados opositores si no reconocían a Maduro como presidente. Toda una declaración de intenciones. Pero ninguna amenaza puede ocultar su estremecimiento.

Hace un mes pensaban que Capriles se inmolaría y, en cambio, ha salido fortalecido como líder, ganándose el respeto de la masa opositora y, algo clave, el de los dirigentes de la coalición. Ganó esa batalla y otra, que el propio oficialismo le sirvió en bandeja de plata. El rechazo inicial de los poderes a revisar los votos le permitió mostrar músculo y lograr que su reclamo cobrara un tono épico que no habría tenido si hubiera sido atendido de inmediato.
A la oposición le tomó años admitir que el chavismo caló profundamente como movimiento, algo que no puede perder de vista. La venda que debería caer ahora es otra. Pero el Gobierno no luce dispuesto a quitársela, preso de su adicción al poder y de sus prejuicios ideológicos.
Venezuela tiene por delante un largo mes y un panorama difícil independientemente del resultado de la auditoría. Si hubo fraude, Capriles habrá hecho historia, pero gobernará en condiciones políticas y económicas muy adversas. Si no ¿podrá mantener la moral de sus seguidores y conducirlos asertivamente hacia la próxima gran batalla? En el horizonte brilla la posibilidad de ganar las parlamentarias de 2015 y ejercer un verdadero contrapeso a la presidencia.
La ratificación de Maduro le daría cierto aire. Puede seguir cazando fantasmas y embestir a la oposición. Pero difícilmente su precaria ventaja le permitirá radicalizarse e imponer un modelo hegemónico. ¿Podrá controlar ese misterio que son las fuerzas armadas? ¿Confía en la lealtad de sus copartidarios? ¿Logrará derrotar a su gran enemigo, al que ni siquiera pudo vencer Chávez? Ese monstruo de 1.000 cabezas en que se ha convertido el aparato estatal, corrupto e incompetente, que no puede ni con la economía ni con el hampa, seguirá engendrando “falsos rojos” día tras día.
Cristina Marcano es periodista y escritora. Ha publicado, junto a Alberto Barrera Tyszca, Hugo Chávez sin uniforme. Una historia personal (Debate), una biografía del expresidente de Venezuela.
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Colombia aplaza el debate sobre la ampliación del mandato presidencial

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, desató un fuerte debate cuando propuso que los mandatos del presidente y de los alcaldes duraran seis años en lugar de cuatro. “Si me llego a presentar a la reelección ese periodo sería de dos años. Y a partir de ese momento, seis sin reelección”, fueron las palabras de Santos durante un encuentro con los alcaldes de todo el país en Cartagena. La iniciativa, para hacerse realidad, necesitaría una reforma constitucional.
Apenas Santos lanzó la propuesta, el presidente del Senado, Roy Barreras, dijo que empezaría de inmediato los contactos para redactar la reforma. Pero este lunes el mismo Barreras anunció que, tras consultar a los diferentes partidos, la iniciativa quedaba aplazada hasta el 20 de Julio de 2014, cuando comenzará un nuevo gobierno y un nuevo Congreso.
Horas después, el propio Santos también llamó a la calma en una carta que le hizo llegar a Barreras. “Jamás me prestaría a sugerir una reforma constitucional en beneficio propio”, dijo en el escrito. El presidente explicó que en caso de presentarse a la reelección estaría dispuesto a que se le "recortara el segundo periodo a dos años”.

En la misiva reconoció que se había equivocado al pensar que la propuesta sería bien recibida y afirmó que tramitarla en esta época preelectoral no es conveniente “Como soy el primero en considerar que el país lo que necesita son iniciativas que nos unan en lugar de dividirnos, considero que sería inconveniente dar trámite en el Congreso, en este momento”, precisó.
En otro acto público previo, Santos había aclarado que su propuesta no buscaba más que alinear las elecciones presidenciales con las de los gobernadores y alcaldes, y las de congresistas, con concejales y diputados. Es decir, por un lado la elección de cargos ejecutivos y por otro las de autoridades legislativas. Para el mandatario hacerlo de esa forma facilitaría la ejecución de los programas de gobierno.

El actual sistema está en vigor desde 1991 cuando se promulgó una nueva constitución. Se estableció que de esta manera se daba mayor autonomía a las elecciones regionales y con ello se ayudaba a la descentralización del país. Para Santos la separación de elecciones “no ha funcionado tan bien”. Con relación a la reelección dijo que prefiere que no se pueda optar a dos mandatos pero sí que el mandato sea más largo.

A pesar de las aclaraciones del mandatario, la propuesta abrió un nuevo frente de batalla entre los aliados de Santos y la oposición encabezada por el uribismo y cierto sector de izquierdas del Polo Democrático. La relación entre la propuesta de Santos y los diálogos en La Habana es clara para algunos líderes de opinión, ya que los cálculos más optimistas no coinciden con el plazo de noviembre de 2013 para firmar la paz con las FARC. Una de las opositoras de Santos, la exsenadora liberal Piedad Córdoba, dijo en su cuenta de Twitter que “si para lograrla (la paz) se requieren dos años más, que haya paz”.

El exvicepresidente Francisco Santos, que ya ha anunciado que se lanzará a la presidencia, considera la propuesta una cortina de humo y Clara López, presidenta del Polo Democrático, aseguró que modificar el periodo es legislar en causa propia. A la polémica también se suman los resultados de una encuesta que reveló que el 63% de los colombianos rechaza la reelección de Santos.
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Espero que hayan disfrutado de su Contenido, hasta pronto… 

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