sábado, 26 de enero de 2013

NÚMERO 63 ENERO 26  DE  2013 SÁBADO

Director
Bernardo A. Rendon  Restrepo
bernal.rendon@hotmail.com

Editora y Asesora
Alba Hoyos Botero 
Alhobo2011@hotmail.com 


Enlaces
myberose@hotmail.com 




CARLOS MAURO HOYOS, PROCURADOR EPÓNIMO

CARLOS MAURO HOYOS , EL PAPÁ DE EL RETIRO
 




Por Horacio Serpa Uribe


Antioqueño, abogado, servidor público. No había cumplido cincuenta años y ya era personaje nacional. Fue juez, Contralor Departamental, representante a la Cámara. Pertenecía al Partido Liberal. Carlos Mauro Hoyos era Procurador General de la Nación cuando lo asesinaron hace 25 años.

Colombia vivía uno de sus peores momentos. Estaba asediada por la guerrilla, la delincuencia común y la pobreza, y le llegó una desgracia adicional: el narcotráfico. Terrorismo, asesinatos, secuestros. Había caído el ministro Lara Bonilla y estaba siendo diezmada la Unión Patriótica. Los mafiosos querían doblegar las instituciones y para imponer sus propósitos se dedicaron a secuestrar personas allegadas a las principales figuras públicas nacionales. Diana Turbay, Francisco Santos, Andrés Pastrana, otros más, se encontraban en las garras del monstruo.

Algunos años antes, en 1978, conocí a Carlos Mauro en la Cámara de Representantes. Juntos estuvimos ocho años en la Comisión Primera y en la Comisión de Acusación. Era diligente, activo, buen expositor, trabajador, de muy buenas maneras. Sonreía permanentemente y cumplía sus deberes en forma adecuada. Gozaba del respeto y la amistad de sus colegas congresistas.

Al iniciar el período legislativo de 1982 llegó a la Cámara, como suplente, un antioqueño del que se rumoraba que gozaba de apoyo popular en los barrios de Medellín porque era generoso con los pobres, a los que regalaba casas y entregaba regalos y diferentes beneficios. Como su principal fue elegido miembro de la Comisión de Acusaciones, con Carlos Mauro y los demás compañeros lo conocimos. No usaba corbata, era muy callado, escasamente asistía por ratos a las deliberaciones en medio de la intriga de todos y contestaba a lista con voz baja, cuando se pronunciaba su nombre: Pablo Escobar Gaviria.

Luego del conocido debate sobre el cheque del millón de pesos (con el que los amigos de  Evaristo Porras pretendieron tenderle una trampa al ministro Lara Bonilla) y de su asesinato, Escobar fue requerido por las autoridades judiciales como autor intelectual. Gozaba de inmunidad parlamentaria, por lo cual se realizó un trámite para su levantamiento, proceso del que fui ponente, bajo la presidencia de Hoyos. A partir de ahí el mafioso entró a la clandestinidad.

Ese Escobar fue el mismo que ordenó el secuestro del Procurador, quien por entonces libraba una lucha tenaz y erguida contra el narcotráfico. En ello Carlos Mauro fue claro, reiterativo, insistente. Era la voz ética de los colombianos y sus actitudes fueron contundentes en la lucha contra la delincuencia. Sabía de los peligros que ello entrañaba y que en su departamento las dificultades eran extremas, porque allí residían y actuaban los más avezados criminales. Sin embargo, siempre actuó con diligencia  y nunca dejó de ir a su Antioquia del alma.

Asaltado en el camino que lo traía de Medellín al aeropuerto, donde esa madrugada del lunes 25 de enero debía tomar un avión con destino a Bogotá, fue herido en el tobillo y obligado a subirse a un vehículo de los secuestradores. Horas después, mientras el país celebraba el rescate de Andrés Pastrana Arango, el mismo sujeto que con nosotros participó en algunas actividades en la Comisión de Acusación le dio la orden a sus secuaces para que lo asesinaran. Han contado ellos con la mayor desvergüenza, que Carlos Mauro supo del momento en el que lo iban a ultimar, y obró con tranquilidad, con dignidad, como los auténticos héroes.

Mucho tiempo pasará antes de que se olvide a Carlos Mauro Hoyos. Colombia lo recordará como un demócrata en la política y un jurista pulcro y de profundos conocimientos en el derecho. Su corto desempeño en el Ministerio Público fue suficiente para dar ejemplo de integridad, de transparencia, de equidad y de coraje.

La villanía de su muerte me produjo enorme tristeza. Conocí la fatal noticia en Barrancabermeja, cuando esperaba con angustia alguna información  sobre lo que ocurría con su secuestro. Lloré por cariño, por rabia, por indignación. Algunas semanas después derramé otras lágrimas cuando le contesté al presidente Barco que aceptaba reemplazar a Carlos Mauro en la Procuraduría, como homenaje a su memoria.
-----




Espero que hayan disfrutado de su Contenido, hasta pronto… 

La información e imágenes publicadas en esta revista están extractadas de la Internet, principalmente de Google,   El Colombiano, El Barquero de Eje21, El Tiempo, El Campanario, de la página censurada de Juan Paz, CLARIN de Argentina, EL UNIVERSO de Ecuador, El Informador desde Santa Marta, Portafolio  y demás prensa y a la vez vía email.  Si hay algún error o queja, se puede contactar con nosotros en   avizor2012@gamil.com. Además, los artículos y opiniones que se publican en cada edición,  es de responsabilidad exclusiva de cada articulista y en ninguna forma comprometen el pensamiento editorial del Director de OJO AVIZOR. NOSOTROS NO PLAGIAMOS LO ÚNICO QUE HACEMOS CON TODO RESPETO, ES REPRODUCIR LOS COMENTARIOS U ARTÍCULOS  QUE POR SU INTERÉS AMERITE SER RESALTADOS, RECONOCIENDO QUIEN ES EL AUTOR DEL MISMO.





















































No hay comentarios:

Publicar un comentario